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✎ 8.Adiós.Valentín iba manejando el auto. Le era imposible concentrarse con plenitud en su tarea, pues su mente viajaba constantemente a unas cuantas horas atrás, cuando se adueñó de la piel de la chica que estaba en el asiento del copiloto.
Mirarla era recordar todo de nuevo, por eso se mantenía en silencio con la vista perdida en la carretera.
Estaba muy confundido. Al despertarse y observar como ella lo acariciaba y lo miraba, sintió algo extraño, un cosquilleo inusual dentro de su organismo.
En esos instantes, mientras se perdía en el miel de sus ojos, se atrevió a decir con seguridad que se había enamorado de ella. La había contemplado como la chica más guapa del mundo, pero el efecto matutino había pasado, la realidad era que los dos habían acordado separarse después de ese encuentro.Él sabía que no podía estar con una persona sin amarla. No podía tratar de solucionar un “problema”, que en realidad día a día se agrandaba. Estaba cometiendo un grave error, y por primera vez reconoció que había fallado.
—Valentín —dijo con suavidad Amanda.
—¿Sí?
—¿Podes pararte en esa farmacia? —indicó con el dedo—. Quiero comprar un acetaminofén, me duele un poco la cabeza.
Valentín fue reduciendo la velocidad.
—Está bien, toma —dijo sacando unos billetes de su bolsillo.
—No, yo ten…
—Por favor acéptalo, voy a insistir hasta que lo hagas.
Ella lo miró titubeante, hasta que al final tomó el dinero.
—Está bien, no quiero que se arme una pelea por esto.
Valentín agradeció que ella saliera de su vista unos minutos, quizás así podría pensar todo con mayor claridad.
Se sentía un poco melancólico y no sabía por qué. Tal vez dejar de ver Amanda después de haberse acostumbrado a sus ojos de gata abandonada, su sonrisa alegre, y su perfume de rosas y vainilla; fuera algo doloroso.
Observó como ella entraba después de unos minutos y le dedicaba una media sonrisa.
Sacó una botella de agua y se tomó la pastilla.
Él aceleró solo un poco más de lo normal. Quería acabar con ese momento rápido para evitar que le doliera más de lo que ya lo hacía.
A unas cuantas esquinas se veía la casa.
—¿Por qué estabas llorando en la ducha? —preguntó.
—¿Llo-llorar? ¿yo? Para nada, seguro escuchaste mal —dijo Amanda, luego miró por la ventana.
—No mientas Amanda. —Detuvo el auto puesto que ya habían llegado.
—Eso qué importancia tiene ahora… Ya llegamos, esta es la despedida.
Valentín no entendió por qué algo se rompía dentro de él. «Esta es la despedida» ¿Acaso cuatro palabras podían doler tanto?
Los ojos de Amanda se aguaron. Ella iba a abrir la puerta pero él la tomó del brazo, se acercó y la besó. Fue un beso apresurado. Sintió como ella movía sus labios con ansiedad. Supo al instante que esa era una verdadera despedida por cómo se besaban.
Introdujo la lengua en sus labios y la movió sin pudor. Saboreó la boca de ella con gula, deseando que no se fuera, aunque era lo mejor.
Todo su cuerpo estaba inundado de adrenalina. Subía y bajaba. Luego la plenitud se estabilizaba y solo había placer.
Se separó agitado y la miró a los ojos. Seguían aguados y las lágrima podían salir en cuestión de segundos.
—¿Querías saber porque lloraba estaba mañana? —dijo Amanda sosteniéndole la mejilla, su rostro estaba teñido de un rojo tenue.
—Sí.
—Lloraba porque vos nunca podrás amarme de la manera en la que yo lo hago. Lloraba porque el amor es de dos. Lloraba porque quedarme a tu lado es esclavitud y el amor debe ser libre. No puedo retenerte, ambos sabemos que esto nos daña, pero me duele tener que dejarte ir.
Valentín la abrazó sin poder consolarla de otra forma. Nunca pensó que alguien podría amarlo de esa manera. Pensó que lo de Amanda era un capricho, pero se daba cuenta de que no lo era.
Estaba confundido y no podía asegurarle nada. Lo mejor era dejar que ella se fuera mientras él aclaraba su “capricho”, sí, él empezaba a sentir un capricho.
Se separó y observó como ella abría la puerta. El vacío y el dolor salieron a hacer su escena; ya los veía venir.
La observó dirigirse a su hogar y dedicarle una débil sonrisa.
Adiós. Ese era el final. Todo había acabado de esa manera.
Debía sacarla de su mente. Debía exterminar ese maldito y dulce parásito que se estaba afincando con fuerza en su corazón, pero no era tan fácil.
Dio reversa, con la ilusión infantil de que sus sentimientos hicieran lo mismo.
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❱⌲ ˚‧⁺.*˚✧ ೃ˚✧⸙͎ ❬Holaaaa
Podrán existir capítulos mejores, pero este sin duda ha sido mi favorito.
Espero que les haya gustado y dejen su precioso voto.
Esto se pone complicado.
¡Amanda y Valen tienen que volver!
¡Esto no se puede quedar así!
Comenten un corazoncito si quieren que ellos no se separen.
Cuídense y nos leemos pronto corazones.
😘💕
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Androfobia-Wos
Fiksi Penggemar"Amanda no le había creado un problema, Amanda era el maldito problema" 📍 Sinopsis Valentín Oliva es psicólogo. Amanda flores es transferida a su consulta de manera parcial. El objetivo es enfrentarla a su mayor temor y curarla por compl...