•♂️| Capítulo 11

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✎ 11. Muy cerca de ti.

El otro día, después de haberse declarado, Amanda se había ido sin siquiera decir adiós.

Valentín no había pensado en otra cosa que en el rostro de ella, y en las sutiles palabras que habían abandonado sus labios. Estaba mal como psicólogo tomar los problemas de su paciente como algo personal. Se suponía que debía dejar todo en la consulta.

Miró con ansiedad la hora en el teléfono, faltaban solo 5 minutos para que cruzara por esa puerta el próximo paciente.

Siempre acostumbraba a llegar 20 o 10 minutos antes para revisar la lista de pacientes pendientes, u arreglar otros detalles, pero esta vez el único detalle que quería arreglar era el problema que le había generado Amanda.

Debió ser un idiota para no darse cuenta de las veces que ella se sonrojó cuando él le mencionaba algo sobre el tal “Oliver”, que no era más que un nombre sacado de su apellido; Oliva.

Por una parte su paciente mejoraba, pero por el lado personal, no sabía como romper su burbuja y decirle la verdad en la cara.

Valentín no gustaba de ella. Solo la veía como una asustada gatita de ojos grandes, que andaba por la vida con miedo hasta de su sombra. El buscaba ayudarla a salir adelante, pero no sentía nada hacía ella más que lástima y compasión. No era su tipo, y saber que ella sentía atracción hacía él hacia las cosas incómodas.

Escuchó que alguien tocaba a la puerta.

—Pase —dijo.

Sintió una presión en su pecho al verla pasar. No entendía por qué las cosas eran tan incómodas, pero si algo tenía claro, era que haría lo posible para que ella no tuviera más consultas con él; iba a arrancar ese miedo de raíz, o al menos lo intentaría.

Le dedicó una sonrisa de punta a punta camuflando el desorden de ideas, pensamientos y dudas que se paseaban por su cabeza.

—¿Cómo estás? —preguntó.

—Oye Valen, digo, Valentín, yo quería decirte que olvides lo que te dije ayer, solo es una confusión de mi parte, posta.

—Tranquila, eso ya pasó, si vos me decís que lo entierre, eso haré.

Mentira, claro que no iba a enterrar nada, eso mejor lo había motivado a accionar de otra forma.

Sacó un pañuelo de un cajón de su escritorio y caminó hacia ella. Se detuvo al frente; seguro y decidido.

—Prométeme que no huirás, y seguirás todas mis instrucciones.

—Lo prometo —dijo Amanda mirándolo.

No estaba cien por ciento seguro de sí lo que iba a ser funcionaría, pero debía arriesgarse.

—Paráte.

Amanda se levantó, y Valentín alejó la silla de ella.

—Ponte cerca de la pared pero sin tocarla.

Amanda se acercó a la pared, y luego se giró para mirarlo.

—Ahora ponte este pañuelo. —Le pasó el pañuelo y ella se lo colocó.

Perfecto, pensó Valentín.

Ella estaba tal y como él necesitaba que estuviera. Ponerla cerca de la pared fue una jugada bien calculada, y él sabía exactamente que había sido bastante precavido.

Se acercó a ella.

—Extiende los brazos.

Amanda extendió los brazos. Valentín la tomó por las muñecas, e hizo que las manos de ella tocaran sus hombros.

—¿Descríbeme que sentís en tus manos? —dijo.

Las manos de Amanda temblaban sobre sus hombros. Él sintió lo frías y sudadas que estaban. También notó como el cuerpo de ella se balanceaba un poco por los nervios.

—Siento tus…tus hombros, y son firmes.

Guió las manos de ella hasta su pecho, más concretamente en sus pezones.

Una oleada de bienestar lo invadió. Tener las manos de una mujer en su pecho era un desencadenante, él pensaba que no sentiría nada, pero se equivocaba; su cuerpo reaccionaba como por inercia.

—¿Y ahora cómo se siente?

—Igual de firme —dijo Amanda, sus mejillas estaban ardiendo.

Valentín siguió el recorrido y llevó las manos de ella hasta su abdomen, casi a dos metros de su bajo vientre. Lidió una batalla entre el deseo y la razón. El deseo le decía que siguiera llevando esa mano más abajo, justo en el lugar exacto donde todo estaba volviéndose desastroso, pero su razón le decía que mantuviera la compostura y dejara la mano allí.

Dejó el egoísmo de lado y le hizo caso a la razón, paralizó la mano allí, ni un centímetro más ni un centímetro menos.

—Sé sincera ¿Te gusta lo que sentís?

Amanda se encorvó un poco—más de lo que estaba—, y despidió de sus labios un «Sí», pero un «Sí» en voz baja, susurrado, casi con vergüenza.

Valentín en esos momentos pensó ser el psicólogo más desquiciado de todos los tiempos, pero simplemente ayudaría a su paciente de una manera poco habitual.

Hacía lo correcto, aunque acelerara el proceso y se volara algunas partes.

Se colocó las manos de ella detrás del cuello, y soltó sus muñecas.

—Déjalas ahí por favor —ordenó  con suavidad.

Ella obedeció y dejó las manos allí.

Él le acarició la mejilla. Tomó el frágil rostro de ella entre las manos y una punzada de nervios invadió su sistema.

Se acercó despacio hasta que rozó sus labios con los de ella. Notó que Amanda no había ejercido ninguna fuerza para detenerlo, así que la besó de manera lenta, y ella le siguió el ritmo.

Era extraño besar a una persona por la cual no  sentía nada. Solo sentía humedad, calidez, y su entrepierna reaccionando ante el estímulo.

Ella introdujo su lengua y él sintió como la movía con desesperación, en desorden, sin marcar ningún ritmo. Con la ansiedad con la que un hambriento devora la comida. Luego ella empezó a mover sus labios con más soltura y con más rapidez.

Cuando él escuchó el leve sonido que ella emitió al afincarse a la pared, supo que había hecho lo correcto. Si la dejaba sin ningún apoyo seguro se caería por los nervios, pero también la pared fijaba el límite; cuando ella la tocara significaría que había profundidad y que había llegado el momento de separarse.

Se separó de un tirón, porque sabía que ella no lo dejaría hacerlo despacio. Luego se lamió los labios y la observó bajar la mirada.

—¿Te gustó lo que acabaste de experimentar? —dijo Valentín respirando agitado.

—Me da pena decirlo, pero… sí, me gustó y mucho.







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¡¡¡La puta madre!!!!

No soy Amanda y hasta a mí me gustó ese beso ufff. ¿Ustedes qué piensan hermosuras?

Sí lo sé, estamos todos shockeados como en el otro cap.

Creo que Valentín le hizo a Amanda un tour por su cuerpo, solo faltaba la entrada VIP 🤣

Ya quisiera yo la VIP😏

¿Qué opinan de este cap? ¿Les gustó?

Voten sí así lo desean.


¡Cuídense y nos leemos pronto criaturitas del señor!

Androfobia-WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora