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¿De que estás hablando?– preguntó confundido –Nada, cosas mías– dije para luego volver a hablar –Me estabas diciendo algo antes– afirmé prestándole mi total atención, él levantó la vista y sonrió un poco –Solo te iba a pedir que me enseñes una foto del sobrino, ¿Cuándo podré verlo?– pidió casi suplicando, solo saqué mi móvil y lo escondí en mi mochila por si al profesor se le ocurría decomisármelo, lo desbloquee, abriendo mi galería, aunque sea quería mostrarle una foto, parecía compartir mi emoción, puse en compartir y se la mandé a Whatsapp; él ya me había dejado de mirar, verifique que ya se la había enviado y saqué mi cuaderno anillado poniendo mi móvil en medio –Mira disimuladamente tu celular, te he mandado una foto de él– su expresión cambio a tristeza leve –Se me acabo el plan de datos de este mes, pasado me renuevan– informó prendiendo y apagando el celular rápido –Él es muy bonito, es muy chiquito, tiene cabello castaño como yo, hace pequeños pucheros cuando tiene hambre, le gusta tomar uno de los dedos de Sam y succiona cuando tiene hambre, come todo el tiempo, duerme mucho, no llora mucho, pero no le gusta que abracé a Sam, es celosito–.

Describí lo mejor que pude –Tiene unos bonitos ojos avellana, es muy tierno, me da ganas de comérmelo; a Sam le tomo un día aprender a cambiarle los pañales, ¿Recuerdas cuando te enseñé a cambiarle los pañales a Rafa? Que grande que está, pensar que tenía poco menos de un año cuando lo conocí– sonreí por los buenos recuerdos –Si, ahora que sabe hablar esta diciendo que todo es suyo, y me quita todo, era mejor cuando era más pequeño, lloraba todo el tiempo, pero no caminaba ni jodía– me explicó –¿Puedes mostrarme la foto?– pidió nuevamente, asentí sacando el móvil, el profesor había salido del aula, probablemente al baño. Se la mostré, estaba muy feliz de verlo, era su cara de cuando descubrió que iba a tener un hermanito, cuando me contó tenía la misma cara, siempre le habían gustado los niños, quería que él fuera el primero en verlo.

La primera clase se pasó rápido, no presté la suficiente atención por las recurrentes preguntas de Mangel, no me favorecía sentarme junto a él; estábamos a un minuto de sonar la campana para cambiar de clase, en la que teníamos un intervalo de 5 minutos para descansar, guarde mis cosas antes de tiempo y en vez de copiar al no tener tiempo saqué mi móvil y tomarle una foto para transcribirlo en casa.

Ring, ring, ring...

Ya había acabado la clase, un suspiro de alivio salió de mis labios al haber tomado la foto antes de que borraran el pizarrón, tome mi mochila y salí del salón, Samuel me tomo del hombro frenando mi caminar –Rub, espera– pidió, me giré a verlo preguntando con la mirada que era lo que pasaba –Ven, vamos– ordenó, sin saber a dónde, lo seguí, corrimos bajo las gradas del campo –Sam, llegaremos tarde a clases, sabes que estoy en capilla– le advertí, simplemente me ignoró –Tengo una buena excusa, nos creerán– acotó sacando su celular, lo miré extrañado –¿Por qué estamos aquí?– pregunte sin obtener respuesta, levantó un dedo al escuchar como estaba marcando la llamada, denotando silencio; uno, dos, tres timbradas y contestaron.

Hola, llamaba para saber cómo les estaba yendo– habló con dulzura –Si, soy Samuel– afirmó al teléfono, sonó el timbre para que ingresemos a clases, lo miré con preocupación rogando que se apure, tapo el orificio del micrófono y me habló –Le estoy hablando a la niñera– comentó para volver a la llamada –Entonces no hubo ningún inconveniente, uff, que bueno– solo lo miraba como hablaba, como si antes lo hubiera hecho –Si, los pañales están en el primer cajón– orientó moviendo sus manos –Si, cuídense, adiós– fue lo último que dijo antes de colgar, encendí mi móvil para ver la hora, ya íbamos 5 minutos con retraso a la clase, lo que menos quería era una sanción, después de todo necesitaba buenas notas si no quería repetir –Sofía dice que Brayan está bien, haremos esto en cada descanso o receso, cuando podamos, debemos estar al tanto– asentí –Debemos ir a clases– volví a decir –Que milagro, tu queriendo ir a clases, siempre te escapabas a inicios de año– burló un poco –Pero ahora necesito terminar el año sin sanciones, que tendré que repetirlo si pasa algo– explique –Aparte la de literatura me tiene en capilla, me matará por llegar tarde–.






Hola :D

Buen día.

Capilla: cuando un profesor de tiene en la mira y si cometes algún error se pueden suspender

Cajón de preguntas, teorías o lo que sea💕

No sé a ustedes pero a pesar de ser "tranquila" en el salón, siempre me tenían en capilla.

Ojos Avellana - RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora