Ya habían recibido sus notas, todos habían aprobado e iban a tener su graduación formal y estaban emocionados, los padres de Sam iban a asistir e iban a ayudar con Brayan, aunque solo una vez a la semana, iban y los visitaban para ver cómo progresaba, a pesar de que los señores de Luque tenían dinero, Samuel quiso saber que era trabajar por su cuenta y vivir de eso dado que no le gustaba el concepto de vivir del dinero ajeno.
Ya era la noche de la graduación, durante la semana anterior que tuvieron libre al llegar del trabajo Sam y Rubén intentaban pasar tiempo juntos sin forzar nada para saber qué pasaba entre ellos, no pasaba de caricias, miradas y abrazos más largos, ambos tenían unos lindos trajes y una noche libres dado que los "futuros" abuelos se ofrecieron a cuidar al pequeño para que tuvieran una noche alocada por lo que se habían estado esforzando tanto en la escuela como en el trabajo en último año y esa noche se los habían ganado.
Ya se hallaban en el local sentados con las togas esperando escuchar sus nombres con sus diplomas, el par de amigos se habían sentado juntos alegres por la etapa que estaba culminando juntos, se estaban acercando a la letra "D" en el orden de apellidos y Rubén se ponía nervioso y movía mucho su pierna impaciente, a lo que Samuel para hacerle saber que no estaba solo colocó su mano sobre su rodilla y le sonrió, eso lo relajó un poco y pronto sonó que lo llamaban, se levantó el mayor y le susurró –Ya vuelvo– Irina quién era la única que sabía de todo lo golpeó suave para que los demás no vieran y él sonrió un poco viendo cómo recibía ese diploma y sonreía al público, después lo llamaron y se levantó y pasó exactamente lo mismo, a la hora de mirar al público no supo dónde mirar –Vamos Rubén– se escuchó, eran los padres de Samuel quienes agitaron suavemente el brazo del pequeño simulando un saludo, sonrió y miró a Samuel, quién le dedicó una mirada total de enamorado, bajando las escaleras resbaló, nadie lo notó, pero aquel moreno si, y cuando volvió a su sitio se burló como amigos, aprovechando para volver a dejar su mano sobre la rodilla del castaño que vió lo que hacía y sonrió.
Una vez terminada la ceremonia se dirigieron hacia los padres de Samuel para pasar un rato con ellos antes de ir a la fiesta de graduación –Chicos, estamos orgullosos de ambos– musitó el señor de Luque y alborotó el cabello del castaño abrazándolo por los hombros, esos señores lo trataban como su hijo, se despidió de ellos y por milésima vez agradeció que cuidarán de su pequeño paquetito.
Era hora de la fiesta, se juntaron con sus amigos y la pasaron genial, bailaron y se divirtieron mucho, una fiesta no era fiesta si no tenía alcohol, no fue mucho, pero si un poco para que se pusieran contentillos y disfrutaron mucho la última gran fiesta que tuvieron juntos, unas horas después el repertorio de canciones estaba variando mucho y sonó una canción "Antigua" que pintó perfecta para la ocasión ("Será porque te amo").
En cuanto empezó sin saberlo Samuel sacó a Rubén del local de la fiesta, a un jardín de fuera, la música aún se escuchaba por lo fuerte que estaba, Sam estaba decidido, no había pasado mucho, pero se había propuesto intentar ponerle una etiqueta a lo que eran esa noche, la música aún sonaba fuerte, así que fueron al rincón más alejado para poder conversar mejor.
–Rubén, ¿Te estás divirtiendo?– preguntó una vez llegaron al lugar –Claro que si, estoy con mis amigos–.
~Si canto, canto por ti~
Tomó las manos de Rubén y lo miro a los ojos.
~Por un amor que aparece, que nace y que crece dentro y fuera de mi~
–¿Quieres ser mi pareja oficial?–.
Rubén pensó en mil cosas en cuestión de segundos, desde que lo quería muchísimo y temía que no funcionará y que tal vez iban muy rápido, pero no era rápido porque se conocían desde hacía mucho tiempo, solo que él recién había reconocido sus sentimientos, pero si no funcionaba se iba a sentir muy mal, pero al fin y al cabo debía arriesgarse.
Habían mandado a Iri a buscar a los chicos porque alguien había colado más alcohol y no iban a desperdiciarlo, antes que se acabará tenían que tomar también, quien desde una distancia prudente vio como Sam tomaba sus manos e inmediatamente para el recuerdo sacó su móvil para tomar un vídeo del mágico momento.
Se acercó y le robó un beso lento, sus manos se posaron en las mejillas del opuesto mientras que él sorprendido reaccionó tomándolo de la cintura atrayéndolo hacia él, duró unos pocos segundos, ellos no lo habían hecho antes porque no sabía si debían, pero Rubén pensó que si se iba a arriesgar tenía que hacerlo bien.
–¿Eso es un si?–.
–Es un claro que sí–.
Hola :D
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Ojos Avellana - Rubegetta
RomanceRubén estudiaba y trabajaba para vivir el día; cierto día regresaba del café donde trabajaba con su amigo y escuchó un llanto que provenía de un callejón, notaron que habían abandonado en una caja a un recién nacido. Lo protegería con su vida. #Ru...