–Antes que nada, ir al doctor– estableció Samuel, el castaño afirmó y le dio ternura ver la cara tan seria del moreno, pero con Brayan sentado en sus piernas babeando sus manos, una imagen muy linda que no encajaba con su rostro.
Terminando el desayuno salieron pronto para tener más tiempo de hacer otras cosas, el doctor los recibió con una sonrisa, Brayan lo reconoció, iban a controles cada dos o tres semanas y verificaban el progreso, les contaron al doctor extraoficialmente lo que tenían en mente, sobre adoptarlo o inscribirlo como propio, ahí les dijo algo que podría funcionar por lo menos por un tiempo –Recuerden que el DNI (documento nacional de identidad) lo pueden sacar hasta cuando tenga 14 años, así que primero preocúpense por que tenga al menos un apellido válido, después pueden incluir el otro– ese señor los había ayudado bastante –Y vean esto– les mostró las medidas actuales de Brayan –Ha pegado un pequeño estirón, ha de necesitar nueva ropa– Rubén sonrió –Nos dimos cuenta, después de la consulta iremos a comprar más– comentó Samuel –Crecen tan rápido– bromeó el castaño secándose lágrimas imaginarias, el ambiente era ameno y Brayan se sentía cómodo –Lo más probable es que en las siguientes semanas vaya a dormir menos que antes, y va a requerir más atenciones– concluyó el médico –Muchas gracias, lo tendremos en cuenta– empezaron a despedirse –Una última cosa chicos– habló haciendo que frenarán su caminar prestándole atención –¿Hicieron los ejercicios de estimulación que les recomendé?– asintieron y compartieron las reacciones del pequeño frente a los diferentes ejercicios, después de eso se pudieron marchar en paz.
Llegaron al supermercado y tomaron un carrito para las compras, lo primero en la lista: pañales, se les estaba acabando muy rápido, necesitaban más ropita, pero eso lo verían luego, en un centro comercial, también necesitaban pomada, y algunos comestibles, intentaron hacer las compras lo más rápido posible para poder tener tiempo e ir al centro comercial y comprar ropa para Brayan, se quedaron encantados con todo lo que había, mucha ropa en miniatura que lucía hermosa en Brayan, pero no podían darse el lujo de comprar toda por más mona que se viera, eligieron lo más esencial y se devolvieron a casa, sin darse cuenta ya se estaba haciendo de noche y no habían comido, Brayan si había estado constantemente siendo alimentado, pero ellos se descuidaron al ver otras cosas, como ya estaban de regreso pidieron comida para llevar y compartir con los abuelos, también pidieron aperitivos para no tener que esperar hasta que llegarán y guardarán todo.
Ya Brayan dormía en la habitación de Rubén cuando llegaron los padres del mayor, al entrar les pidieron que no hicieran mucho ruido y pasaron en silencio, ambos les entregaron unas bolsas que tenían ropa que le habían comprado al pequeño para ayudarlos y se lo agradecieron ya que no les alcanzaba para mucho, y ahora tendría más cambios, pasaron un rato muy bonito a pesar de que los abuelos querían ver al pequeño, después de todo no solían visitar frecuentemente a su hijo, a Sam le daba mucho gusto como Rubén se llevaba con su padre, sabiendo que no tiene familia le hacía feliz como encajaba en la suya, temía que lo que puedan tener no tenga resultado y terminé quedándose solo, sentía que era muy pronto para decirles a sus padres lo que recientemente había pasado, ellos se quedaron hablando un buen rato, así que aprovechó para ir a ver cómo estaba Brayan, quién se hallaba dormido abrazando el pequeño peluche de oso que era del castaño, se acercó a acariciar sus cabellos desordenados y se regresó a donde se encontraban sus padres, quienes se estaban despidiendo, pasaron en silencio para ver al pequeño y se retiraron fundiéndose los cuatro en un gran abrazo.
Una vez se fueron ambos se recostaron a ver una película para acabar con su día, al inicio ambos se encontraban a cada extremo del sofá, algo cansados se acercaron un poco rozando las yemas de sus dedos, el mayor preguntó por si podía abrazarlo, quería tenerlo con él, protegerlo ¿De qué? No sabía, solo lo quería tener pegado a él, le dejó un suave beso en su frente y sintió como se revolvía debajo de sus brazos y se devolvía para dejarle un beso en su mejilla, ambos cerraron sus ojos y se dejaron llevar por el momento, sus manos exploraban el cuerpo opuesto, se oían sus respiraciones agitadas y ellos cada vez más cerca, Rub tomó el límite del pantalón opuesto y empezó a jugar con el elástico e intentar bajarlo de a pocos mientras seguía besando la extensión del rostro del mayor, quién lo detuvo cuando se dió cuenta a dónde se dirigía –¿Estas seguro de que quieres seguir?– preguntó tomando aire viendo como los labios del castaño se veían algo hinchados –Si~.
Hola, disculpa la tardanza, después de subir ese último capítulo conseguí trabajo, y en menos de una semana empecé clases, así que entre esas dos cosas me ocupa bastante tiempo, pero me enfermé el fin de semana y progresé con este capítulo, hoy que no tenía ganas de hacer nada lo terminé.
Siguiente cap +18
Les quiero <333
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Ojos Avellana - Rubegetta
RomansaRubén estudiaba y trabajaba para vivir el día; cierto día regresaba del café donde trabajaba con su amigo y escuchó un llanto que provenía de un callejón, notaron que habían abandonado en una caja a un recién nacido. Lo protegería con su vida. #Ru...