-Va, firmamos nuestro horario de salida y nos piramos- comentó el castaño -Que entusiasmo por irte chaval- acotó secando sus manos con una toalla -Pero es que hoy a estado pesado, mucha gente, ya me quiero ir- se empezó a quejar posando su cabeza en el cuello de su amigo, quien acarició sus cabellos al sentir la cercanía del opuesto -Ya chiqui, dejame firmar a mí- Pidió para poder irse -¿Sabes?- preguntó mientras el otro firmaba -Hoy hay paro, así que tendremos que tomar el camino largo- añadió desinteresado mientras revisaba su móvil -Bueno, de paso me cuentas como te ha ido en el examen de hoy- devolvió el portapapeles a su lugar para recoger sus cosas a los casilleros -Bua' no quiero ni hablar de eso, seguro me ha ido fatal y tendré que repetir el último año- bloqueo su celular para guardarlo en la mochila que tomaba tanto como para ir al instituto, como para ir a trabajar -No digas eso, estaba fácil, todos aprobamos- confesó abriendo la puerta del local, despidiéndose de algunos de sus compañeros -Pero Sam... Sabes que no se me dan bien las matemáticas- siguió quejándose -Según tu, no se te da bien ninguna materia, pero siempre pasas de año-.
-Y me sigue sorprendiendo como he llegado acá- acotó a lo que él moreno había dicho, río al escuchar lo que había dicho el menor, siempre estaba inseguro de sus estudios -Bueno, ¿Por dónde dijiste que iríamos?- preguntó mirando a ambos lados de la pista, mientras que el otro cruzó sin mirar -Como yendo a la casa del calvo- contestó sin interés -Auron...- regañó, no le agradaba mucho que el castaño ponga apodos a los demás, a ellos no les molestaba, pero a Samuel no le hacía mucha gracia que por su primer Gmail le llame Vegetta -Ya, calma, debemos cruzar por allá- señaló lo que parecía un barrio peligroso, con poca iluminación y botellas de vidrio rotas por el piso -No me da buena pinta; Doblas vayamos por otro lado- le giró los ojos, sabía que era un camino largo y algo peligroso, pero prefería ir por allá, a encontrarse con el muchedumbre de gente que pasaba por el camino corto -Vamos Vegettita- puchereo -Ya estamos cerca- trató de convencer -Si me quitan un riñón me pagas la recuperación- se burló haciendo el ambiente más ameno -Y deja de llamarme Vegetta, o yo te empezaré a llamar Osito- desafío con una mirada divertida.
El otro lanzó una mirada de indignación falsa por lo mencionado -Triple siete cabrón- murmuró -Ya olvídalo, pasó el año pasado- comentó refiriéndose a lo ocurrido en la mudanza -Como voy a olvidar ese osito de peluche, se veía tan tierno en tu caja de "Recuerdos"- comentó haciendo comillas en la última palabra -Era de uno de mis hermanos de la casa hogar- se explicó por milésima vez -Bueno, llámame como quieras, me importa poco- actuó con indiferencia simulando que le valía -Esta bien Osito- río tras decir lo último mientras cada vez más se adentraban en el callejón -Ya Vegettita- se burló al ver como su expresión del mayor cambiaba drásticamente a una fingida de enojo al mencionar ese apodo, al fin y al cabo se había acostumbrado, sobre todo por que habían empezado a vivir juntos para ahorrar en la renta; en un momento se dejó de reír y presentó un semblante de preocupación -¿Escuchas eso tío?- preguntó deteniendo su caminar -Chaval, ya estás alucinando- se burló -Cállate un mes- actuó desesperado -Que se oye un llanto- Samuel trató de callarse y al final llegó a escucharlo.
-Creo que viene detrás de ese contenedor- dijo el más alto para acercarse -Rubén ¿Crees que sea algo malo?- preguntó algo asustado -Averigüémoslo- dijo para acercarse más mientras él moreno se quedaba mirando para llamar ayuda por si pasaba algo -Ohh, hola- saludó Rubén, estaba agachado y su amigo no lograba ver lo que sucedía -¿Qué pasó? ¿Qué es?- volvió a preguntar -Ven y míralo conmigo- llamó levantando algo que parecía ser... ¿Un bebé? Eso parecía, pero desde donde estaba no podía ver bien, así que se acercó -Hola pequeño, como te llamas- preguntó el castaño -Eh, Doblas, Sabes que no te va a responder ¿No?- volvió a hablar -Eso da igual, pero mira que monada estás hecho- le hablo nuevamente al pequeño -¿Hay una nota o algo?- preguntó el mayor, y su amigo respondió negando con la cabeza -¿Qué hacemos?- preguntó mirando el pequeño, miraba como había parado de llorar en cuanto el menor lo había levantado -No podemos dejarlo acá- dijo Rubén -¿Qué esperas que hagamos?- ambos estaban sin saber que hacer, nunca hubieran pensado en encontrarse eso al ir por ese callejón -Hay que llevarlo, en el camino comprare fórmula, pero no lo dejaré acá- tenía suerte de ser viernes -Vale-.
Bueno, llegamos a la primera entrega de esta historia, espero les guste y para realizarla tuve que investigar precios y etc. La cosa es que tuve que improvisar con los costos porque salían más de lo previsto, disfruten.
edit: Olvidé poner en negrita los diálogos.
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(Acá será caja)
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Ojos Avellana - Rubegetta
RomanceRubén estudiaba y trabajaba para vivir el día; cierto día regresaba del café donde trabajaba con su amigo y escuchó un llanto que provenía de un callejón, notaron que habían abandonado en una caja a un recién nacido. Lo protegería con su vida. #Ru...