—Por cierto, Dievs ya sabe que estás esperando a su hijo.—
Kristiāns habla mientras carga a Oliver y al ver la mirada llena de desilusión del Omega, sabe que volvió a meter la pata.
Se aclara la garganta y cambia con rapidez de tema.
—Tienes que tener cuidado, ¿de acuerdo?
Dievs no es como lo conoces.Ethan, quien camina a su lado, seguía con la mirada clavada en el suelo. No podía creer que Dievs supiera de su estado, ya no podría darle la sorpresa.
—¿A qué te refieres?— su voz sale bajita.
No tiene muchas ganas de hablar.
Kristiāns al escuchar el tono, suspira sintiéndose culpable de nuevo.
—Lo lamento, Dievs nunca había estado tan alerta y me confíe, pero, Omega, no lo hice con malas intenciones.— aclara.
—Simplemente tenía curiosidad, el niño no es hijo de ese idiota...— mira a Oliver, quien duerme profundamente.Ethan frena de golpe y levanta la cabeza, mirándolo con enfado.
—Oliver es nuestro hijo, mío y de Dievs. No tienes porque sentir curiosidad.El moreno desvía la mirada y se golpea mentalmente. La cagó otra vez.
—Entiendo, asunto privado. Lo lamento.—
Ethan le quita a Oliver y sigue caminando con expresión de enojo.
—Espera.—Dijiste que me ayudarías y me llevarías con Dievs. Hemos dado varias vueltas y no hay rastros de él.— camina apresurado y Kristiāns le sigue el paso, tratando de detenerlo.
—¿Crees que es fácil para mí? Debo buscar a alguien que puede ocultarse y desaparecer en un segundo. Ve más despacio, Omega, te harás daño.
—Te dije que yo puedo encontrarlo.
—No, no puedes.— Kristiāns frunce el ceño y sigue caminando detrás del Omega, quien apresura el paso.
—Espera, Omega.—Estoy enlazado con él.
¿Por qué dices que no puedo?— aprieta a Oliver contra su pecho y sus ojos se cristalizan un poco.
—No sabes nada. Si le hubieras hecho caso a Dievs, ahora mismo estaría con él y con mi bebé despierto.— Ethan solloza y su respiración se acelera.Kristiāns se apresura y se coloca enfrente, deteniendo a la fuerza al Omega.
—¡Él no sabe quien eres!
¿Piensas que puedes hacer algo con el lazo? Eso no sirve si él bloquea todo. Eres tú el que no sabe nada, crees conocer a Dievs, pero no es así.— eleva su tono de voz e intenta agarrar a Ethan con sus dos manos, quemándose al instante.
—¡Diablos! ¡Ese hijo de perra!— maldice una y otra vez sacudiendo sus manos.—Alfa.
Ethan tiene su mirada clavada detrás de Kristiāns.
—No lo llames, no te va a escuchar.— exclama aún con enojo. Respira varias veces y oculta sus ojos con una mano.
—Cargaré al niño, no puedes hacerlo en tu estado.— trata de tocar a Oliver e Ethan se aleja con su rostro lleno de lágrimas.Kristiāns está a punto de gritar de frustración cuando escucha un profundo gruñido detrás suyo. Se congela en su lugar y mira fijamente a Ethan, ese par de bicolores ojos brillan de emoción y el moreno ya sabe de quien se trata.
—Mierda...— susurra antes de tirarse a un lado, esquivando a la perfección el ataque de Dievs.
El Alfa lo observa con sus rojizas iris.
~No lo toques.~ su voz sale más profunda, sin control alguno.
Observa al moreno por un tiempo más y vuelve la mirada al Omega, que está quieto en su lugar con una pequeña sonrisa es su boca. Se acerca con cautela y su rostro queda a uno centímetros de Ethan, Dievs inclina la cabeza, confundido ante la actitud tranquila del Omega.
~¿Estás bien, Omega?~Ethan al escucharlo, deja de lado la sonrisa y lo mira con tristeza.
Tenía la esperanza de que todo lo que dijo Kristiāns fuese mentira, pero ahora viendo a su Alfa, la duda se instala en su mente.—Estoy bien.— dice bajito, inclinando la cabeza hacia abajo.
Algo en el interior de Dievs se retuerce al observar y oler la melancolía en el Omega.
~Bien, me iré ahora.~ dice, dándose la vuelta. Da unos cuantos pasos y se detiene, sacude su cabeza y vuelve a caminar.
Un sollozo se escucha y el Alfa gira bruscamente su cabeza. Ethan comienza a llorar y a apretar con más fuerza al niño en sus brazos.
Dievs se acerca deprisa y lo rodea con nerviosismo.~No llores.
¿Te lastimaste? ¿Tienes miedo?~
Ethan niega con suavidad, su llanto le dificultaba hablar.
~Está bien, quédate aquí. Volveré rápido.~ dice y desaparece de allí.Kristiāns, que observa todo tirado a un lado, suspira y se acerca a Ethan.
—No te ilusiones.— aclara al ver como Ethan comenzaba a sonreír.
—Dievs, en aquella época, solía ser muy amable con todos los Omegas.El pelinegro lo mira con enojo y se sienta sobre el suelo, acomodando con cuidado a Oliver.
—Apareció en cuanto sintió que algo no estaba bien conmigo. ¿Por qué no puede reconocerme?— acaricia la tibia mejilla del niño y acomoda su cabello.—Por accidente borre los recuerdo de Dievs. Sólo tiene memoria hasta el incidente con Keith, todo el resto no lo recuerda.— el moreno se acomoda a su lado y extiende su mano para agarrar la más pequeña.
—Escucha, Ethan. No trato de hacerte sentir mal, pero debes saber y tener claro que Dievs no es el mismo, su actitud es muy diferente y en aquel tiempo él...— suspira y baja la cabeza.—¿Él..?— Ethan lo mira confuso y aparta su mano.
—A Dievs le gustaba divertirse, no tenía compromisos ni responsabilidades. Cada Omega que se le ofrecía, bueno tú sabes.— aclara su garganta y se niega a mirar los bicolores ojos.
—Nunca creyó en las parejas destinadas y por lo tanto jamás la buscó. Por eso, te pido que no te ilusiones.Ethan aprieta los labios y seca con brusquedad sus lágrimas. Dievs se lo había dicho, le había contado cada detalle de su vida, sin embargo, eso no quita el dolor en su pecho al saber que es tratado como cualquier otro Omega.
—No es lo mismo.— susurra, creyendo firmemente que su Alfa muy en el fondo lo recuerda y que su trato es más especial.
—¿Sabes lo que decía Dievs cada vez que veía llorar a un Omega?—
El menor niega, encogiéndose en su lugar.
—"Si un Omega llora, es porque tiene hambre"— dice, imitando la voz de Dievs.
—El idiota creía que al llenar a un Omega, éste se sentiría especial y dejaría de llorar.Las palabras del moreno son crueles y, como pequeños cuchillos, se clavan en el corazón de Ethan. Aun así, seguía creyendo con firmeza que es único para su Alfa.
Podía sentirlo, el calorcito en su pecho no había desaparecido y a momentos percibía lo que sentía su Alfa en ese momento.
—En cuanto Dievs aparezca, lo hará en su forma humana y traerá bastantes frutas, se sentará a tu lado y va a mirarte mientras comes. Te llenará de palabras dulces y en una noche, te sentirás el ser más amado de todos.— Kristiāns se levanta y se aleja de Ethan.
—Luego, se irá y no volverás a verlo.— declara.A Ethan lo invade la tristeza y la inseguridad.
Confía en Dievs, en todos estos años le había demostrado el profundo amor y adoración que sentía por él, pero las palabras de Kristiāns lo hacían dudar y más al ver aparecer a Dievs.
El Alfa está en su forma humana, vestido sólo con un par de pantalones. En sus manos había una gran canasta llena de frutas y, cómo dijo Kristiāns, se sentó a su lado mientras sonreía con amabilidad.
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Dᴇsᴛɪɴᴏ. ·Segunda Parte·
Fantasy2do. Libro de la saga "Destino" ----------------- Oliver y Dievs quedan devastados por la muerte de Ethan. El Alfa se encuentra sumergido en la tristeza y desolación, sin percatarse de los cambios que ocasiona en el mundo. La inesperada visita de un...