Dᴇsᴛɪɴᴏ. ·Segunda Parte·

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪɴᴜᴇᴠᴇ.

Ambos Omegas siguen sobre la fina arena, Denis está feliz de poder hablar con alguien de su mismo genero y que éste entendiera todo lo que quería decir. Ethan escucha con atención y contesta lo que el rubio pregunta, aportando sus opiniones sin interrumpir la animada voz del otro.

—Mamá.

Oliver llega hasta ellos y se oculta tras Ethan, agarrando sus ropa con ambas manos.

—¿Qué sucede?— gira a verlo con preocupación.

—¿Dónde está papá?

—Ya regresa, le pedí que nos trajera un cambio de ropa.— sonríe y acaricia el castaño cabello. Oliver oculta su rostro y agarra con fuerza su brazo.
—Oliver.

—Ese hombre está ahí.—levanta su brazo y señala el lugar detrás de Denis.

Ethan eleva su cabeza tratando de ver a quien señala, pero no había nadie

—¿Kristiāns?— pregunta con duda, Oliver asiente y el disgusto se refleja en su cara.

Denis abre su boca queriendo decir algo, sin embargo, su voz se corta al intentarlo y más al escuchar la voz del moreno.

—¡¿Creen que soy un maldito perro doméstico?!
¡Dejándome esperando como un idiota! ¡YA VEN, ALFA DE MIERDA!

El tono aumenta de volumen a medida que se acerca a ellos. Al parecer, Oliver había sentido su presencia antes de que apareciera.
Ethan abre grande sus ojos ante sus palabras, había olvidado por completo que tenían que ir a encontrarse con Kristiāns, y Oliver gruñe un poco al sentir los gritos.

—¡ACLAREMOS ESTO DE UNA PUTA VEZ!— está enojado, mucho. Se había cansado de dar vueltas.

—Creí que durarias un poco más.

Dievs aparece detrás de él, sacándole un pequeño susto. Kristiāns se queda mirándolo fijamente mientras Dievs camina con tranquilidad hacia su pareja, se agacha y le sonríe, entregando lo que le había pedido.
Ethan lo toma con rapidez, agradeciéndole con un beso en la mejilla y se levanta para alejarse junto a su hijo, dispuesto a cambiarse de ropa.

Kristiāns rueda los ojos al ver como el Alfa no quita la sonrisa de su rostro y no deja de ver hacia la dirección donde desapareció el Omega.

—Dievs.— llama con impaciencia.

—Alargar este momento fue tu idea. Ahora te aguantas.— responde sin mirarlo, toda su atención está en su pareja.

Suspirando con pesadez, Kristiāns cruza sus brazos y mira de reojo al joven que había mantenido su cabeza gacha todo este tiempo.

—Oye, ¿eres Denis, verdad?— se acerca un paso y trata de ver su cara, pero el Omega se escabulle más cerca del Alfa.
—¿Eh? ¿Por qué huyes?
Sólo te hice una pregunta.— dice, indignado.

Dievs se gira y cubre un poco al rubio, mirando fijamente al moreno.
—Hasta que él lo permita, no te acercarás.— ordena con seriedad.

—¡Bien!— eleva sus brazos y responde con indiferencia.

—Denis, levántate.— su tono se suaviza ligeramente y el Omega obedece, parándose a un lado del Alfa.
—Ethan ya regresa, no tengas miedo.— le da una palmada a su cabeza y Denis, aún sin levantar la mirada, asiente varias veces. Sus nervios están por explotar, pero debía mantener la calma.

—¿Por qué no puedo acercarme?— el moreno veía con curiosidad la actitud del rubio.

—Porque él no quiere.— responde con simpleza. Dievs sabía a la perfección lo que ocurría y no desea meterse de más, era decisión del Omega lo que ocurriera.