Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ.

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—Amo a Amaris, ella es alguien muy especial para mí, pero no puedo seguir consintiendo su comportamiento.— Denis junta sus manos y juega con sus dedos, nervioso ante la mirada del Alfa frente suyo.
—Tú, mejor que nadie, debes saber todo lo que he hecho por ella. Si eso no demuestra mi amor, no sé que lo hará.—
Quiere mirar al Alfa a los ojos, así no dudaría tanto de él, pero no se atreve.
—Ella me pidió venir y me dió instrucciones de lo que debía decir... No quiero pedir eso, quiero otra cosa.— su tono baja cada vez mas, dificultando el entendimiento.

—Denis.— Ethan aprieta su mano, dándole seguridad.

Dievs observa a los dos con duda en su mirada. Quería reprender a Denis, pero Ethan está presente, el pelinegro no lo dejaría asustar, aunque sea un poco, al Omega de rubios cabellos.

Suspirando con fuerza, Dievs termina por recostarse sobre la arena.
~Está bien, puedes hablar.

Ante sus palabras, Denis sonríe con alegría y toma a Ethan para que así ambos puedan sentarse al lado del Alfa.
—Quise pedir esto desde hace mucho, nunca me animé. Sé que es algo difícil, sin embargo, es lo mejor para ella.

~Dilo directamente.~ interrumpe, sabía lo que venía y tenía muy claro que no podía seguirle el ritmo al Omega.

—Dievs.— Ethan se acerca más a él y el Alfa coloca su cabeza sobre los muslos del Omega, éste acaricia sus orejas con suavidad.
—Dejalo hablar, él quiere contarnos todo.—
Guardando silencio, Dievs obedece la petición de su pareja. Aunque ambos supieran la historia entre el Omega y la beta, Ethan podía sentir como Denis ansiaba poder contarles personalmente.
—Cuentanos, Denis.— levanta su cabeza para verlo y recibe una mirada llena de agradecimiento.

Los ojos de Denis brillan con emoción e inocencia, después de tanto tiempo podía hablar con otros libremente sin que lo hicieran callar. Sabía que podía ser molesto, su habla atropellada alteraba a muchos y la única que podía seguirle el ritmo ya no está.

~Prepárate.~ el tono de Dievs es ligeramente divertido.
Cuando conoció a Denis, creyó que era alguien tímido y reservado, pero resultó ser todo lo contrario. Al Omega le gusta hablar y estar en constante movimiento, su hiperactividad fue tanta que terminó por agotarlo.

Ethan ríe cubriendo su boca y observa al rubio, quien parecía un niño esperando a que sus padres escucharán sus increíbles y fantasiosas historias.

—Cuando comenzó a hablar más fluido, Oliver no se callaba con nada.
¿Cómo puedo aburrirme de escuchar?
Puedes hablar, Denis, escucharé cada palabra.

El Omega asiente varias veces sin borrar su hermosa y clara sonrisa.
—Ustedes ya saben el comienzo de la historia, no entraré en detalles. Ethan, sabes que Dievs nos permitió vernos sólo por algunos días, pero no te contó el resto.— Denis mira como Ethan aprieta ligeramente la oreja del Alfa y mueve sus manos, negando con nerviosismo.
—Yo le pedí que guardara el secreto, Amaris probablemente tampoco lo sepa... Nadie debe saberlo, sólo yo y Dievs sabemos, no es que sea algo malo, simplemente quiero tener un secreto, nunca tuve uno. Amaris y mamá sabían todo de mí, ¿cómo puedo tener secretos con ellas?
Bueno, le pedí a Dievs que no quitara el castigo porque Amaris... Ella... Ella me engañó. Yo estaba tan enamorado que no me atreví a terminar nuestra relación, ella se disculpó incontables veces, pero no podía sacar de mi mente aquella imagen de ella con su destinada, me dolió tanto.— junta ambas manos y las aprieta contra su pecho. La tristeza lo rodea de a poco y sus ojos se llenan de lágrimas.
—Ella dijo que era único ante sus ojos.
¿Por qué mintió? Yo también conocí a mi destinado, ¿hice lo mismo? Claro que no. Yo la amo, ¡¿Qué tan sincero fue su sentimiento?!

Al terminar la última oración cubre su rostro con ambas manos y gira levemente su cuerpo, ocultandose de la pareja.

Ethan lo observa y su estómago se estruja, formando un nudo. Sabía lo que ocurrió, Amaris no resistió el lazo que la unía a su otra mitad y terminó por enredarse con ella. Denis aún sufría por ello e Ethan lo podía sentir con mucha facilidad.

Lleva una mano a su vientre y lo frota con cuidado, tratando de quitar aquella abrumadora sensación, preocupado de que su bebé pueda sentirlo.
Dievs al ver sus acciones, acerca más su rostro y presiona su nariz contra la mano de Ethan, logrando que su pareja dejara de sentir aquello.

~Muy pocos pueden resistir el lazo, Denis. Tú pudiste, eres alguien fuerte y con sentimientos muy claros.

Denis limpia sus lágrimas y sonríe tímido. Esas palabras fueron las que quería escuchar todo este tiempo, sin embargo, nadie se las había dicho, ni siquiera Amaris.
—Le pedí a Dievs que sólo nos dejara ver por unos días, que no quitara el castigo. No quería ver a Amaris, pero a la vez sí, quería estar cerca de ella, sentirme amado y a la vez quería alejarme. Ella fue quien me dijo la verdad y se disculpó mucho, pero... ¿De qué me valía su disculpa?
Los hechos no pueden cambiarse y yo no podía borrar esas imágenes. No quería terminar con Amaris, pero quería tiempo para mí, estar solo.— junta un puñado de arena y juega a pasarlo de una mano a otra.
—Amaris hizo todo lo posible para que me fijara en ella, desde flores hasta cantarme. Todos los días aparecía con algo nuevo, saltando y gritando mi nombre mientras volaba por el océano, siguiéndome y cuidándome, sonriendo con dulzura cada vez que mis ojos se fijaban en ella, su trato delicado al acercarse, su mirada reflejaba amor y ternura.¿Por qué cambió?— su voz se quebraba con cada palabra.
—¿Acaso hice algo mal? ¿Es porque nunca pude darle un hijo?
Quizás, ¿fue sólo un mero capricho?— inconscientemente se acerca a Ethan, buscando consuelo.
—Esas y más preguntas se formaron en mi cabeza al verla sonreírle a alguien mas. Ethan, ella me enamoró, hizo lo impensable para poder estar juntos, hasta amenazar al Dios y...— Ethan acepta que se recueste contra su pecho, alejando un poco al Alfa que se levanta y se coloca detrás de ambos, haciendo que Ethan recargue su espalda contra él.
—Yo quería pedirte lo que debiste hacer desde el principio. Yo... Yo quiero que ella sea felíz y que pueda tener un vida normal, que se enamore y pueda estar con su otra mitad.— abraza con más fuerza al pelinegro y frota su cara contra el pecho ajeno.
—Dievs, retira el castigo sólo para Amaris.

Ethan acaricia con tranquilidad el rubio cabello, dejando que el Omega descanse y se relaje después de muchas preocupaciones.

~¿Estás seguro?~
Dievs ya sabía de esto y no quería entrometerse tomando una decisión por sí mismo. Quería que el Omega se diera cuenta de la situación en la que estaba, que abriera los ojos y viera lo que tanto había negado.

Amaris hacía tiempo que dejó de amarlo, aún así, siguió con él por la culpa que sentía. Y Denis, ese ingenuo e inocente Omega, la amaba más que a nada y tenía miedo de perderla, por lo tanto, se colocó él solo la venda en los ojos, negando aceptar la realidad.

Pero nada dura para siempre

Y Denis, cansado de sufrir en silencio, se atrevió a hablar con ellos. Todo gracias al joven de hermosos ojos bicolor que estuvo dispuesto a escucharlo.

Denis habló y dijo todo lo que guardaba en su corazón, contándole de todo al pelinegro, desde su niñez hasta el momento. Cada situación vivida, cada aventura que tuvo y todas las criatura que conoció y ayudó, todo fue contado.

Estuvieron horas sentados en aquella playa, Ethan sonreía y preguntaba con interés, sin demostrar signos de cansancio. En cambio, Dievs se había dormido mientras el rubio contaba una de sus aventuras recorriendo el océano.

Dᴇsᴛɪɴᴏ. ·Segunda Parte·  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora