—Inhala otra vez, por favor.
Roger hizo lo que el médico solicitó, dejando escapar lentamente el aire que contenían sus pulmones mientras el frío estetoscopio corría por la pálida piel de su pecho.
Brian observaba las acciones desde el marco de la puerta mientras las uñas de su mano izquierda eran víctimas de su nerviosismo siendo cortadas toscamente por sus dientes. El rubio lo miró con ternura. Buscó hacer contacto visual con él y una vez que lo logró, con esa radiante mirada le pidió que se acercara. Este obedeció y fue sentarse a su lado. Sin reparo, Roger tomó su mano y contrario a los tactos cariñosos que esperaba, recibió un leve manotazo que lo hizo fruncir de inmediato el entrecejo.
—Morderse las uñas es un hábito desagradable, no lo hagas, Brimi.
—No te muevas, Roger, por favor —El médico lo reprendió y el rubio recobró la compostura por un momento.
La revisión acabó y el hombre sacó del maletín su block de recetas e hizo en una un par de anotaciones para entregarla al más chico.
La preocupación era una con Brian, pese a que desde el incidente no había dejado a solas a Roger ni un segundo, la existencia de posibles secuelas le carcomieron el pensamiento más de una noche, por lo que de inmediato se apresuró a preguntar:
— ¿Rog está bien?
El mayor dio un leve asentimiento y miró a ambos muchachos—. Todo parece ir en orden, esos —Señaló el papel que entregó al ojiazul— Serán un par de estudios que necesitas hacerte para cerciorarnos de que tu corazón se encuentra en mejores condiciones. Aun así mis recomendaciones siguen siendo las mismas; evita beber alcohol, fumar. Opta por comida baja en grasa y sería realmente bueno que comenzaras a practicar algún deporte. Cualquier ejercicio es bueno.
Brian suspiró con alivio y le dedicó una sonrisa cálida al más pequeño. Este la correspondió y le guiñó con coquetería mientras se acomodaba la camiseta.
—El tema del alcohol y el cigarrillo están controlados por Brian a la perfección. No me deja tomar nada más fuerte que jugo de naranja. Es vegetariano, así que mi comida se ha convertido en algo aburridamente sano. Y el ejercicio también es parte de la rutina. Nado un par de veces a la semana y... —Con picardía se mordió el labio inferior sin quitar su mirada de la de su compañero— Comencé a practicar cardio todos los días. Bri también me ayuda con eso.
El color carmesí no tardó en instalarse en las mejillas del rizado, sin embargo trató de guardar la compostura y evitó hablar pues creía que de hacerlo soltaría alguna imprudencia. El médico rió por lo bajo entendiendo lo que dijo el rubio entre líneas pero sin tomarle más importancia.
—Entonces será muy probable que podamos darte de alta al cien por ciento muy pronto.
Brian acompañó al hombre a la salida y al regresar a la habitación, la sorpresa y un calambre en la parte baja del abdomen se hicieron presentes al observar la maravillosa vista que se posó frente a sus ojos: Roger lo esperaba completamente desnudo, tendido en la cama, deslizando su dedo índice por la delicada piel de uno de sus muslos en movimientos ascendentes y descendentes. Devorandolo con la mirada en cuanto apareció en su campo de visión.
—Estoy listo para la sesión de hoy, entrenador. ¿Empezamos?
Con la lujuria desbordando por cada poro de su cuerpo, el de ojos hazel se arrancó la ropa a una velocidad impresionante dejando en evidencia que su miembro comenzaba a despertar. Se lanzó a la cama y pronto estuvo sobre el cuerpo del más chico probando de la dulce miel que parecía emanar de su cuello. Lamiendo, acariciando. Recorriendo los caminos de su piel que ya parecía conocer de memoria pero que jamás se cansaría de visitar.
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Nevermore [Maylor]
FanfictionResponsabilidad. Esa palabra de quince letras resonaba veinticuatro horas al día, siete días a la semana en la cabeza de Roger Taylor, un joven adinerado de veinte años, adicto a la noche londinense. A pocos kilómetros, en una casa humilde de un ba...