Capítulo XVI - Verdades ocultas.

1.3K 128 748
                                    

La voz de Harold hizo que la sangre de Brian se helara en una milésima de segundo. Hacía tanto tiempo que no la escuchaba que al oírla pronunciar su nombre completo lo transportó de inmediato a aquel último día que había estado en casa. Aquel día donde había iniciado todo.

Al ver la reacción del rizado, el par de amigos se pusieron alerta, haciendo que Brian se quedara tras ellos para protegerlo de aquel ser que sólo le estaba causando sufrimiento.

—¿No tenías suficiente con deshonrar a tu familia? Tenías que exhibirte de esta manera tan baja. Mostrarle al mundo que no solo eres un hijo desagradecido, sino que también eres un degenerado, un desviado y un maldito maricón.

Freddie no necesitó que le presentaran a ese hombre alto y delgado que vociferaba insultos sin parar a su amigo que seguía tras él y Roger como si de un crío se tratara. No podía ser otro más que Harold May. Se cruzó de brazos e inmediatamente después puso su palma derecha frente al rostro del hombre mayor. No iba a permitir que insultaran a Brian así.

—Con todo el respeto que no mereces, pero que aún así te voy a tener: cierra la boca, cielo —su voz era brusca, nada parecido al tono que Brian y Roger conocían—. Tú y tu pensamiento arcaico pueden regresar al siglo pasado. Aquí nadie ha matado a nadie, deja de llenar la cabeza de tu hijo de toda la basura que llevas dentro. ¿Crees que lo que prefiera en la cama lo define como persona? Estás equivocado, eso ni siquiera debería importarte...

—¡Tú cierra la boca, a ti nadie te ha pedido tu maldita opinión! La cosa es entre mi hijo y yo, no entre ustedes , par de maricones. Deberían tener vergüenza de comportarse y de ser así...

Roger no pudo más. A él le importaba un bledo lo que la gente opinase de su persona, de su estilo de vida y de sus gustos, pero bajo ningún motivo iba a permitir que ese hombre siguiera sometiendo a Brian a su mano de hierro y a sus juicios estúpidos. La furia parecía quemarlo vivo. La blanquecina piel de su rostro se volvió bermellón y su boca fue incapaz de contener lo que desde hace mucho había deseado decirle a Harold May.

—A quien debería darle vergüenza es a ti. Mírate, tienes un hijo que es poco más que un prodigio. Se graduó antes de lo que debería con notas de excelencia, según he visto. Tiene un empleo con el que la mitad de los recién graduados sólo podría soñar. Y de seguro ese doctorado que sueña con terminar lo hará con las mejores notas. Brian es un hombre noble y de sentimientos bondadosos. ¿Pero qué sucede eh? —De forma amenazante dio un par de pasos para mirar a Harold más de cerca— Que para ti nada de eso parece importar. Que prefieres ignorar el hecho de que tienes el mejor hijo del mundo solo porque este decidió no seguir con tus imposiciones. Decidió ser libre, y ¿sabes? Es la mierda más injusta.

—No te metas en lo que no te importa, mariquita, que si Brian se ha convertido en una basura exhibicionista es solo por tu maldita culpa y...

— ¿Cómo carajos te atreves a hablar así de tu propio hijo? —Con la furia consumiéndole el cuerpo entero, Roger avanzó un paso más dispuesto a dar el primer golpe de la noche, sin embargo, los hábiles reflejos del persa le impidieron llegar siquiera a alzar el puño.

—Rog, no —espetó Freddie mientras intentaba alejarlo de Harold tanto como fuera posible.

El mayor de los May contuvo las ganas de propinarle un puñetazo a ese muchachito altanero. Aunque muy en el fondo sabía que Roger tenía razón, su orgullo lo cegaba a aceptar que dentro de todo, Brian era un buen hijo. Y el hecho de verlo convertido en un marica era inaceptable ante sus ojos. Respiró hondo y continuó sacando mierda hacia su hijo.

— ¿¡Para esto te ha servido estos meses fuera de casa!? ¿¡Para mariconear a la vista de cualquiera!? Me avergüenzas, Brian. Has deshonrado a tu familia. ¿Qué pensará tu pobre madre cuando se entere?

Nevermore [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora