Capítulo XX - Bienvenido al "Five Doors"

1.2K 108 300
                                    

El reloj de la estancia marcó las siete en punto. Tenía poco más de dos horas para salir a su primer día de trabajo. Brian recién había terminado de preparar la cena pero un hueco en el centro de su estómago le impedía sentir algo más que no fueran los molestos nervios.

La noche anterior apenas si pudo dormir. Ahora era dueño de su propia vida, debía afrontar sus propios gastos y comenzar a contribuir con la sociedad pagando sus propios impuestos. Aunque mamá le siguiese pasando cheques, no podían ser por un valor demasiado alto para que Michael no se diera cuenta y sabía que ese era el mejor trabajo para poder afrontar los gastos que le ocasionarían esa mansión.

Sentado en la cocina, con un refresco en la mano, movía su pierna derecha de arriba a abajo poniendo histérico a Brian. El roce de una mano en su rodilla hizo al rubio concentrarse de nuevo dejando de lado sus pensamientos.

—Rog, mi amor, para ya. —espetó con un creciente enojo en su tono de voz—. Me estás poniendo histérico.

Roger exhaló un bufido pesado. No tenía hambre, no quería absolutamente nada que no fuera estar de nuevo en su cama durmiendo junto a Brian acurrucados, abrazados, sintiendo el calor de su pecho desnudo sobre su espalda y su respiración calmada sobre su hombro.

Brian sirvió la cena, algo ligero para que su rubio pudiese tomar algo antes de entrar en el "Five Doors" aunque ante la negativa de éste lo obligó a ingerir aunque fuera una poca cantidad.

—Bri, tengo miedo.

La voz de Roger dejaba ver que su afirmación era completamente cierta. Sus ojos reflejaban el terror que cualquier persona tendría cuando se enfrenta a su primer día poniendo en práctica sus conocimientos.

Brian dejó lo que estaba haciendo y se sentó junto a él. Lo tomó de la mano y depositó suaves caricias sobre el dorso.

—Rog, todo va a salir bien —su voz suave le daba la confianza de que sus palabras eran sinceras. Necesitaba otorgarle al menor la autoconfianza que necesitaba. De antemano sabía lo dura que llegaba a ser la vida laboral, pero confiaba en que lo hiciera bien. Aunque en el centro de su estómago también existía una ligera incomodidad que prefería ignorar.

—Brian, jamás he trabajado. Jamás he sido por lo menos responsable. A veces hasta sonsacaba a Tim para que ignorase alguna tarea que mi papá le había encomendado solo para contarle de mis aventuras universitarias —Con el ceño fruncido miró al mayor quién lo observaba con una sonrisa pacífica. Con la dulzura habitual que le tibiaba el corazón— Yo no creo poder con ello. No creo poder con una responsabilidad jamás.

El de ojos hazel depositó un suave beso en cada una de sus manos e, ignorando su propia inquietud, trató de darle ese valor que necesitaba:

—Confía en ti, Roggie. Eres muy capaz de hacer todo lo que te propongas.

Las palabras de May pasaron de largo. Estaba claro que Brian confiaba plenamente en ese rubio que le hacía perder la razón pero éste seguía arrastrando la baja autoestima a través de los años.

—Brimi... siento que esto me viene grande, estoy seguro que acabaré metiendo la pata en lo más sencillo.

—Roger —Brian se puso de pie a su lado y lo miró— ¿confías en mí? —El menor lo observó con el ceño fruncido en señal de confusión por un instante tratando de descubrir el significado de esa frase— ¿Confías en mí, sí o no?

—Por supuesto, amor.

—Entonces ven. —Tendió su mano al rubio y, una vez de pie, le pidió que se pusiera de espaldas a él —Déjate caer.

Nevermore [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora