CAPITULO 6

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Mi peor error siempre fue estar en los lugares que no debería, no debí haber escuchado nada de lo que hablaban aquel día, no tenía por qué interesarme la vida de Samantha

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Mi peor error siempre fue estar en los lugares que no debería, no debí haber escuchado nada de lo que hablaban aquel día, no tenía por qué interesarme la vida de Samantha. Max no dejaba de repetirme día tras día que debía sacarla de mi cabeza, pero había algo mas que me llamaba averiguar sobre ella.

Después de todo no éramos tan diferentes ella no tuvo opción y tuvo que venderse a hombres por el dinero que le hacía falta, yo tuve que aprender a sobrevivir en la calle haciendo cosas que jamás debí hacer y peleándome con quien quiera dañar a quienes conocía.

- Por fin aprenderás a defenderte – le digo a Max, que golpea el saco de box que tiene delante.

Siento como si fuera ayer el haber conocido al niñito escuálido que golpeaban. escuche los ruegos de Max cuando pasa por ahí, estaba en el piso mientras los chicos más grandes lo golpeaban y él solo se defendía poniéndose en posición fetal cubriéndose por completo la cara.

- ¡He! Déjenlo – grite caminando hacia el grupo.

- ¡No te metas! – dijo uno de ellos, eran más altos que yo.

- ¿Creen que son mejores por golpear a alguien más pequeño?.

- Lárgate enano – uno de ellos me empujo.

Mire al niño del suelo que me miraba con asombro y mirada agradecida, ese día no dude en defender a Max, los dos tratamos de pelear contra los cuatro chicos, nos ganaron sin duda, nos ganaban en masa muscular y en altura, pero cuando se cansaron de golpearnos se fueron.

Max y yo nos pusimos de pie adoloridos y más que jodidos, pero desde ese día no nos separamos y ya ninguno de los dos estábamos solos, éramos la única familia que conocíamos.

- ¿sigues pensando en ella? – pregunta.

- No, solo recordaba cosas.

- Yo tampoco me la sacaría de la cabeza – Max sonríe y le tiro mis guantes a la cabeza.

- Cuidado con lo que dices – lo reprimo – ni tu ni yo deberíamos pensar en ella.

- ¡Hermano! yo no la deseo, solo se admirar su belleza – dice levantando las manos.

- Es más que deseo... es algo que me llama a ella – le digo.

- No la conozco para nada, pero no creo que puedas tener algo con ella, viste como la trata el imbécil de Bastián, nos podrá pagar un dineral, pero no le quita lo imbécil e hijo de puta que es con ella.

Me levanto para practicar un poco y me posiciono delante del saco de boxeo imaginando solo una maldita cara delante mío.

Bastián

- ¿Por qué sigue con él si es un idiota? – pregunta Max.

Callo al recordar toda la conversación que escuche entre ellos, no soy nadie para meterme en sus asuntos.

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