ELLA ES EL PECADO HECHO MUJER Y
EL PECADO DE ÉL DESEAR A QUIEN NO PUEDE TENER.
Samantha es la dueña del corazón de uno de los Mafiosos más poderosos en todo el mundo, es una mujer creada por el mismísimo diablo porque toda ella representa el pecado...
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- Uno bueno es mejor que dos inservibles – choca su copa con la del polaco.
- ¡No! – ellos me miran sorprendidos – no puedes hacerlo, un contrato te une a él.
Bastián tira su vaso al suelo con ira y se levanta acortando el poco espacio que nos separaba.
- ¡Soy el puto hombre más poderoso de este maldito lugar! – me agarra por la nuca - ¡Así que ninguna mujer va a venir a decirme que hacer! Menos una ex prostituta.
Esta vez saco fuerza y lo alejo pegándole fuerte en la cara, los tres hombres que estaban sentados se ponen de pie al ver lo que acaba de hacer.
- ¡Ofrezco dos cargas de la droga que quieran a que él ganara! – miro hacia Brenet que me miraba atento.
- ¡Estas loca! – Bastián se burla – No tienes esos cargamentos.
- Los tengo y si realmente te interesa tanto él poder acepta mi puta propuesta – le respondo – y siéntate.
Su cara es un puto poema, todos me miran y parecen dudar, pero aceptan mi oferta y toman asiente nuevamente en sus lugares.
- Así que siéntense y miren como Brenet gana – termino diciendo con la mayor seguridad que había sentido nunca antes.
Brenet parece escuchar mis palabras y me asegure casi de gritarlas, porque sabia que él lo haría, así que lo único que tenia que hacer era sobrevivir en esa plataforma.
- Si me disculpan, iré con él campeón – me pongo de pie tal vez sabiendo las consecuencias que mi rebeldía traería.
Avanzo hacia donde Max está al lado de las cuerdas, desde más cerca el ring se ve más imponente y grande casi que puedes ver toda la sangre de otros excampeones.
- Sam – Max se sorprende.
- Ayúdame – me subo ubicándome a su lado.
Desde acá Brenet se ve completamente gigante, puedo ver como sus músculos están tensos y como el sudor de su piel brilla mezclada con la sangre que se une.
Brenet retrocede demasiado casi hasta chocar con Max y cae de rodillas agotado, él mira hacia mí y su mirada esta confundida.
- Sam – susurra con cansancio.
- Debes ganar – él parece reaccionar y se pone de pie nuevamente – tú maldita vida depende de esta pelea así que no me decepciones.
La mirada de Brenet recobra el brillo habitual al cual estaba acostumbrada y se pone de pie limpiándose la sangre de la cara, se sacude y hace movimientos para volver a recobrar fuerzas.
Como si de una Bestia se tratara se alza mostrando ese ser imponente y terrorífico que a veces puede ser.
