CAPITULO 17 - INCONSIENTE

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INCONSIENTE

Brenet se había quedado unos minutos más para tratar de calmarme, pero inútil seguía igual de drogada que enantes

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Brenet se había quedado unos minutos más para tratar de calmarme, pero inútil seguía igual de drogada que enantes.

- Necesito que me den el acceso a Italia – le decía Bastián al tipo con él que habla.

- ¿Cosa offri? – que cosa ofreces le decía él.

- ¿Cosa vuoi? – dice Bastián señalando a todo el lugar.

- Una alianza, un trato – dice él italiano.

- ¿Es cierto lo del tráfico de órganos?

- Si, secuestramos niños y jóvenes para extraerles los órganos y venderlos.

El italiano habla sin una pizca de remordimiento, pensar en que mi hermano podría ser una de sus victimas me enferma, son niños, son personas.

- ¿Tú hermano aceptara el tratado? – pregunta el italiano.

- No tienes porque preocuparte por él, pronto no será un problema.

La traición.

Caleb

Caleb nunca quiso meterse en trafico de personas, Bastián debió haber accedido a cosas que a él no le parecían, Traición, la traición se paga con muerte y si Caleb no había matado a Bastián, pues él si pensaba matar a Caleb.

Sabia que Bastián se obsesionaba con las cosas, con las personas, con obtener todo el poder que este a su alcance así eso le cueste traicionar a su propia familia.

Camino hacia uno de los mozos, para rellenar nuevamente mi copa.

Mi vida estaba en peligro, la vida de todos, Bastián era una maldita bomba y terminara por explotar destruyendo a todos los que estamos cerca con él.

- Veo que aun no se aburre de ti – escucho una voz amarga detrás mío.

-¿Solo viniste a comprobar eso? – le respondo a Dalia.

- Por ahora si – dice mirándome de pies a cabeza.

- Que hace una – me callo pensado que decirle – mujer como tú.

- ¿por acá? – termina ella – vine a divertirme un rato con uno de mis amantes.

- Tan descarada como siempre – trato de alejarme de ella.

- Has visto a ese chico – sigo la dirección en la que señala su dedo.

Como no. Señala a el boxeador que estaba juntos Max mientras reían y hablan despreocupados, creo que ambos se percataron de nuestras miradas porque Brenet sonríe en nuestra dirección.

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