Third wheel!

Quería saber de ti.

Narra Ae:

Adoro que sea tan seguro de su físico ahora, pero olvidas Pete... Que si me pones celoso claramente voy a vengarme.

A: ¿Estas totalmente seguro que puedes hacer rogarme?

Pt: Te tengo que recordar... ¿Cómo me veías en short toda esta semana en el gym?

Lo tengo acorralado contra mí, yo ya estaba duro desde que pase por esa puerta y la cerré, pensaba llevarme a Pete a la cama hoy pero no de esta manera, toda la maldita semana me estuvo provocando, Pete sabe lo que hace, ya no es ese chico inocente, cada que íbamos al gimnasio se llevaba short, y no era solo yo el que notaba sus blancas pero torneadas piernas, el hecho de que este caminando de un lado a otro casi todo el día le ha hecho efecto, se le ha marcado más lo glúteos, Can después de la primera vez diciendo que yo necesitaba reafirmar más músculos, nos mandó a hacer pesas y Pete cada que se agachaba por las mancuernas... Carajo, no pude evitar quedarme viendo y él lo noto, lo hizo a propósito, curiosamente se agachaba enfrente de mí, hay una maldita pared llena de espejos, y cuando se dio cuenta me sonrió cínicamente.

Entonces me saque la playera, y dejo de sonreír dándome ahora la oportunidad de reír porque bajo la mirada después de ver mi pecho algo musculoso, ya no se sonroja pero hay cosas que aún no sabe cómo manejar, y si vamos a jugar asi... Por mi encantado de verte agacharte e imaginarte en cuatro, o hacia flexiones, o con las maquinas se ponía boca abajo y flexionaba piernas, ahora Pete es consciente de su cuerpo, lo que puede provocar, y a diario se burló de mí, me quería ver perder el control... Ayer jueves, en que el gimnasio estaba casi solo, Can fue rápido al baño y cuando Pete se agacho me apresure a acercarme a él por atrás y agacharme a la par para alcanzar la mancuerna, claramente el sintió mi paquete, y cuando tomamos la mancuerna juntos... El volteo a verme, estábamos a escasos centímetros...

Pero escuche la puerta abrir y me separe de él, y note un ligero sonrojo, hice un gran esfuerzo por que de regreso a la habitación íbamos muy callados, se sentía la tensión entre nosotros pero cuando llegamos a nuestras respectivas habitaciones me acobarde de último momento, quería declararme antes de esto, puedo esperar un poco más, aún era muy pronto, o al menos asi lo sentía. Pero hoy... Que Dayli me molestaba por haber crecido un poco, pero mi cara según ella sigue siendo de bebe, excepto mis ojos y mi sonrisa, son la perdición de todas me dijo, por eso cuando me tomo de la mejilla fue para decirme "Pete se esta volviendo loco por ti" y yo me quede tan impactado que olvide por completo su mano en mi cara, hasta que llego Pete y lo vi, esa mirada molesta, de celos, queriendo gritarme, claramente lo iba a perseguir, pero cuando me cerro el elevador, entendí que se haría el difícil, Pete... ¿no ves que tan idiota me traes de nuevo?

Y todo iba bien, hasta que me dijo que pensaba buscar a alguien para hacerlo gemir, ahí fue cuando decidí no declararme hoy, pensaba hacerlo suplicar porque me lo follara, dejarle claro que no puede seducirme toda la semana y no merecer un castigo por ello.

A: Y tu... Viéndome tan descaradamente el pecho, ¿te gusta esto?

Tome su mano y la hice recorrer todo mi pecho hasta llegar a mi entrepierna que no dudo en darle un apretón, haciéndome suspirar pesadamente. Una de mis mano estaba en su cabello aun, haciendo que me mirara, y la otra recargada en la puerta, su cara esta rojísima, y solo muestra mera lujuria, sus pupilas dilatadas y deseosas, todo él me está gritando sexo. Sus labios entre abiertos, y estamos a poca distancia, pero lo quiero hacer sufrir por llevarme a esto, pensaba una manera más romántica para este día.

Pt: ¿Qué estas esperando...?

A: Que me ruegues...

Ninguno de los dos quería ceder, actualmente somos tan orgullosos ambos, que esta noche será una verdadera pelea de egos, pero solo físicamente, emocionalmente... Ya me tiene rogando. Me incline a su cuello, y pase mi lengua hasta su lóbulo de la oreja, tire de su cabello para que se hiciera mas de lado su cabeza y me diera mas acceso al cuello, mi otra mano se dirigió a su mano para alzarla contra la puerta y entrelazar nuestros dedos. Podía sentir su cuerpo tenso, negándose a soltar gemidos solo nuestras respiraciones cargadas de deseo y su sonrojo que tanto había extrañado, el empezó a sobarme el miembro con su mano, hasta que lo mordí en el cuello y me dio un apretón tan fuerte que me hizo soltarle el cabello y detener su mano.