Me vestí toda de negro y al bajar Sam me miró con alabanza. Le sonreí apenada.
—Se cuidan y no los quiero tan tarde.
—De acuerdo, señor —Comentó Sam, con su acento francés remarcado—. Que tenga endemoniada cena.
Mí papá frunció el ceño, de inmediato la desesperación entró en mí.
—Quiso decir linda cena, papá —Agregué, ocultando mis nervios—. Sam estudia demonología.
Eso no convenció tanto a mí padre, pero igual no le dio importancia. Tomé a mi pareja del brazo para llevarlo afuera de casa. Quedé sorprendida al no ver el lamborghini negro mate, pues ahora es un Ferrari rojo brillante. Solté un silbido.
—Te toca manejar, pequeña. Mientras más practica, mejor.
Recibí las llaves con las manos todas temblorosas. Jamás en la vida había manejado esta belleza, ¡nunca imaginé que iba aprender con autos lujosos!
Sam me dio indicaciones de como iba a conducir. El camino a la iglesia fue lento porque hubieron demasiados autos negros.
—¿Por qué el Rojo? —Cuestioné un poco avergonzada.
Me Incómoda como algunos nos miran mal.
—Para faltarle respeto a la jodida muerta —Respondió orgulloso.
Alcé las cejas con sorpresa, ¡¿donde está su corazón?!
—Intentó matar a tu padre, quiso ponerlos a ustedes en la calle y su fantasía era verte muerta —Una risilla burlona se le escapó——, pero mira como la vida da cambios repentinos, la paga por lo que se anhela, puede ser de alto costo. Y como dicen algunos, el muerto al pozo y el vivo al gozo.
Sentí eso como una indirecta, le di un reojo con temor, él abrió un poco los labios.
—¡Oh no, pequeña! Por favor, no lo tomes así —Corrigió—, tú no eres como ella ni como nadie más, tú eres la única estrella que brilla mejor en el cielo.
Estacioné el auto. En la entrada vi al mayor llorando junto con los padres de las otras chicas, fueron consolados por algunos. Sam dio condolencias como s8 de verdad lo hubiese sentido, e igual le seguí la corriente. Él se quedó a esperar afuera con la excusa que tenía unos asuntos de trabajo y le iban a llamar. Por otra parte, yo entré a la misa aburrida. Al finalizar era la hora de marcharse, más todos quedamos en shock.
La hermana mayor de Brenda, Alessia, se hizo presente. El silencio reinó. Recuerdo que esa chica al cumplir la mayoría de edad, se fue del lugar porque se había casado con un riquillo, jamás volvió hasta ahora.
—No les voy agradecer porque asistieron —Comenzó a decir en voz alta y haciendo eco. Se posó en frente del ataud de su hermana—, todos ustedes quieren un bienestar por lo cual pueden largarse, dejen de perder tiempo, no sienten nada por lo que ha sucedido, déjenme decirles que encontraré al asesino o asesina de mi hermana y pagará con muerte.
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Nuestro pacto (terminada)
RomanceSer pobre, ser humillada y sufrir por un amor, ¿es justo? ¿Cuál sería tu respuesta si un ser sobrenatural te propone un trato? ¿Darías tu amor a cambio de tus deseos? ¿Sin importar que puedas morir? ¿Vas a huir o a confiar? No, no medites las respue...