Ser pobre, ser humillada y sufrir por un amor, ¿es justo?
¿Cuál sería tu respuesta si un ser sobrenatural te propone un trato?
¿Darías tu amor a cambio de tus deseos?
¿Sin importar que puedas morir?
¿Vas a huir o a confiar?
No, no medites las respue...
Hace unos días o hace unos meses, la explosión fue ocasionada por las armas de Michele, automáticamente se destruyeron.
Sin duda, logré huir con Samael, aparecimos en un bosque.
"Debiste decirme que ibas a cambiar los malditos papeles" Le reproché.
"No podía hacerlo, teníamos menos de veinti cuatro horas, el tiempo era poco, pequeña".
Con el pasar de los días, mis enojos explotaron, acompañados por frustración y arrepentimiento. Nuestras vidas se volvió en un escape para que los ángeles, arcángeles y mismos demonios, no nos hicieran daño.
Eso finalizó cuando nos quedamos en un extraño lugar, el cual pudimos llamar hogar por vez primera. Tenemos un mes cumplido de vivir en paz. Aunque de cuando en cuando, pienso en el pueblo y mí traidora familia.
Deja de ser tan quejosa y disfruta este día.
Me ordenó la pequeña voz de mí cabeza. Esta noche cenaré bajo las estrellas con Samael y habrá fuego artificiales.
Me puse uno de los mejores vestidos de mí closet. Cuando Samael me vio bajar las escaleras de nuestra cabaña, sus ojos brillaron de amor, ese que aún permanece siempre desde que nos conocimos.
—Eres perfecta, mí pequeña.
—Y tú tan hermoso, mí amor.
Se ve guapo, como lo ha sido habitualmente. No cambia nada, ni su manera de ser, de hecho, es más amoroso que antes, eso me trae seguridad y tranquilidad.
Después de cenar, nos dedicamos a ver los fuegos artificiales. Un sentimiento de alegría, me invadió después de tanto tiempo.
—Pequeña —Me llamó para que le prestara atención, él se arrodilló y sacó una caja pequeña de su pantalón—. Sabes que desde hace tiempo te amo, la mejor decisión que he tomado en mí vida es haberme enamorado de ti, sé que estamos unidos de sangre, pero quiero hacer esto igual a la tradición terrenal, porque te amo, te amo con todo mí ser. Yo, Samael asmodée, quiero casarme contigo, Darlyn Bell, ¿quieres ser mí compañera por la eternidad?
Abrí mí boca con emoción, salté de felicidad.
—Samael, yo...
Unas risa burlona se escuchó detrás de mí.
—Debieron saber que Michele no es el único favorito y poderoso —Exclamó una voz conocida—. Se fueron en el momento que quisieron, en efecto, se les olvidó recordar que, ¡nunca podrán huir de mí!
Le observé sobre mí hombro y una ráfaga blanca, fue todo lo que vi venir hacia nosotros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.