Capítulo 65

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Tres días después...

  — Ok, — detiene el juego tomando la pelota de mis manos. — aún sigues con esa actitud triste y con ganas de morir. — lo miro y ruedo los ojos. — ¿Qué ocurre? — me pregunta Morgan, el entrenador de Leandro.

  — Noah, si es por... Ya sabes. — me dice Leandro, mientras me siento sobre el suelo y apoyo mis brazos sobre mis rodillas. — En serio lo siento mucho. — Sí, al día siguiente de todo lo sucedido en esta casa, Leandro se acercó a mí muy temprano por la mañana para disculparse. Acepté sus disculpas porque sé que es solo niño que se dejó influenciar por las ideas de un adulto inmaduro.

  — Tengo problemas personales, Leandro. — suspiro, mientras seco el sudor de mi frente con mi camiseta. — Ese tema ya quedó en el olvido.

  — El castigo que me diste no opina lo mismo. — escucho su murmuro y sonrío, su castigo consiste en limpiar la casa durante los días que esté aquí. Parece un castigo leve, pero su casa es tan grande...

  — ¿Y crees que podamos ayudar en esos problemas? — pregunta Morgan agachándose frente a mí. Sonrío al ver su brillante sonrisa, cada que veo esa sonrisa me dan unas ganas de vivir... Su sonrisa es demasiado alentadora y no sé porqué.

  — Lo dudo. — suspiro y trato de cambiar de tema. — Pero... ¿Qué tal si nos acompañas a la fiesta que habrá hoy por la noche?

Desde que comparto mis responsabilidades sobre los niños con Ander, he tenido tiempo libre para entrenar junto con Leandro y Morgan, he tenido el tiempo de conocer un poco mejor a este último y debo decir que es una persona que me agrada tener cerca, es un gran amigo que ha tratado de subirme el ánimo estos últimos días.

Bueno, aún no lo puedo denominar amigo, pero creo que se entiende a lo que trato de llegar.

  — Noah, nosotros no podemos invitar a más personas... — dice Leandro un poco incómodo.

Me enteré que a la fiesta a la que irán los niños, es la misma fiesta a la que se supone que ya no iría porque me quedé sin acompañantes y muy posiblemente mi hermano no se presente, aunque pienso rogarle y convencerlo.

Al parecer los Rinaldi conocen a la familia de Adriano.

  — Niño, a mí me invitaron exclusivamente a esa fiesta. — sonrío y me levanto. — Conozco a más personas de las que asistirán que tú.

  — ¿Cómo...?

  — Mi familia es amiga de esa familia. — me encojo de hombros. — Tengo invitaciones.

Otra de las razones por las que invito a Morgan es porque Ander aún no me inspira confianza y no quiero intercambiar palabras con él durante la fiesta, se formaría un ambiente incómodo entre ambos. Además de cuidar a los niños, estoy segura que Orlando y Antonella estarán pegados el uno al otro porque acaban de oficializar su relación y por otra parte Adriano estará con su novia, sí, siguen juntos. Y mi familia, mi familia me obligará a acercarme a algún chico soltero porque creen que ya debo tener pareja. Desde que me conocieron, nunca les presenté a alguna persona que pueda ser mi futuro amor de por vida, evidentemente es sarcasmo eso último, pero realmente entiendo que estén buscando alguna pareja para mí.

Tener un amigo nuevo en esa fiesta me ayudará a no morir en el intento de tener que socializar con personas que no conozco.

  — Bueno, de ser así, acepto.

Narra Daniel:

  — Bueno, ¿te crees que esto es un hotel? — Entra y trato de alejarme tanto como puedo de él. — Fuera.

Melodía momentáneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora