Melodía momentánea

Capítulo 20

NARRA SAMANTHA:

Camino entre las personas y la mayoría que veía o me veían por primera vez en esta noche, me saludaba.

Oficialmente tengo dieciocho.

Lo busco entre las personas, él dijo que sí vendría. Dijo que estaría aquí y que no faltaría por nada en el mundo. 

Cuando estaba por sacar mi teléfono del bolsillo de mi vestido, alguien me abraza por detrás. — Feliz cumpleaños, Sammy. — susurra muy cerca de mi oído.

Su voz es tan ronca y... ¡Oh, Dios mío!

  — ¿Me estabas buscando? — volteo y lo abrazo.

  — ¿Qué te hace pensar eso? — ríe y me besa. — Bueno, sí te estaba buscando. — sonrío.

  — Te traje esto. — me enseña una pequeña cajita. — Sé que mereces mucho más...

  — Eh, eh, si viene de ti eso es mucho para mí. — abro la caja y veo una cadenita con un pequeño dije de una mariposa. Ok, me encanta. — ¡Está hermosa! ¡Gracias! — La saco de la cajita. — ¿Me la pones? — sonríe de lado. — La cadenita. — río al igual que él y lo empujo.

Doy media vuelta y aparto mi cabello para que me pueda poner la cadena. Es tan sencilla y tiene un dije de mariposa, amo las mariposas.

  — ¿Cómo sabes que me gustan las mariposas? — volteo a mirarlo.

  — Tienes mariposas en una de tus libretas, uno de los anillos que usas tienen pequeñas mariposas al igual que uno de tus bolsos. — Ok, eso tiene sentido.

  — Señor observador. — sonríe y me toma de la cintura. — ¡Oh, tengo que presentarte a...!

  — ¿Sam? — miro a mi lado izquierdo. — No sabía que tenías novio. — Ay.

  — Aún no somos novios. — digo y miro a Samuel, quien miraba a Ross un poco confundido. — Samu, él es Ross, mi hermano. — miro a mi hermano. — Ross, él es Samuel.

Sé que esto iba a ser secreto, pero... Dadas las circunstancias y que ya tengo dieciocho, no le veo el problema.

  — ¿Qué tal? — dice Samu y le ofrece su mano a modo de saludo.

  — Oh, muy bien. — Mi hermano acepta el saludo y suspiro. — No beban mucho, pero diviértanse. Aunque los estaré vigilando, sobre todo a ti. — mira a Samuel. — Manos en donde pueda verlas. — Sonrío. A pesar de que mi hermano cometa sus errores como cualquier persona, él siempre me demuestra que puedo confiar en él y que no es un pesado como otros hermanos. — Diviértanse, jóvenes. — dice alejándose y desapareciendo entre la multitud.

  — Sí supiera que eres mayor que él. — río.

  — ¿Cuántos años tiene tu hermano?

  — Veintitrés, los acaba de cumplir hace un par de meses. — lo miro. — ¿Por qué pareces de veinte? — lo tomo de las mejillas.

  — Solo tengo veinticuatro, niña.

  — Ya soy adulta, que no se te olvide. — tomo su mano. — Tengo que presentarte a alguien.

NARRA NOAH:

  — ¿Por qué hay una chica en el baño de...?

  — Solo sigue con lo que ibas a hacer, amigo. — ruedo los ojos y veo a Daniel, él estaba con mis audífonos escuchando la canción que escuché hace un rato en mi mente. La de Mejores amigos.

Me acomodo sobre la barra en dónde están los lavabos y trato de que mi mano no caiga dentro de alguno, vaya lugar escogimos para hablar. Veo a Daniel sentado junto a mí, él está concentrado escuchado la canción.