Capítulo 66

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  — Noah Viviana. — dice y la miro. — Ese era el nombre que quería ponerle a mi bebé, — voltea a mirar al rubio. — acabo de recordarlo. — Él sonríe al ver la sonrisa de mamá. — ¡Recordé algo, Rai! — dice emocionada y voltea a mirarme. — ¿Te llamas así? — asiento.

  — Samuel... — dice Antonio y volteamos a mirar a mi hermano.

  — ¿Por qué tuviste que dejarnos? — le pregunta con las lágrimas cayendo por sobre sus mejillas. — ¿Por qué dejaste que nos hicieran tanto daño? — solloza y se coloca de rodillas sobre el suelo. — De un día para el otro me alejaron de mi familia, lo hizo mi propio padre y ni siquiera me enteré que habías muerto hasta años después, exactamente cuando me enteré que tenía una hermana. — Mamá se acerca a él y se agacha para estar a su altura, coloca sus manos sobre las mejillas de Samuel. — Tengo miedo de que vuelvas a dejarme. — Rompe en llanto y mamá lo abraza.

  — Todo tiene una explicación. — dice Rai. — Y lo mejor será hablarlo en otro lugar.

***~~***

Logré convencer a Ander de hacerse cargo de los niños, creo que luego de ver mi estado accedió rápidamente. Al parecer si siente compasión por los demás.

Decidimos que nuestro apartamento sería el mejor lugar para poder escuchar la explicación de Rai y ahora estamos todos aquí, Antonio también está porque aún no se fía de nada de lo que está pasando y como nos tiene un gran cariño decidió no dejarnos solos.

  — Bien, ya saben lo que pasó con su madre. — dice Rai. Samuel y yo no hemos querido alejarnos de mamá, incluso ahora estamos sentados a cada lado de ella y ella nos tiene tomados de las manos. Parece que mamá tampoco puede creer que esto esté pasando. — La familia de su madre no son personas de las cuales se puedan confiar, incluso ella se acaba de enterar hace unos días.

  — Mis padres me han tenido en su casa durante años como prisionera con la excusa de que están cuidando de mí ante mi pérdida de memoria... A pesar de todos estos años junto a ellos, en ningún momento sospeché tener una hermana o hijos. — la miro. — Aunque a esa persona es imposible considerarla una hermana luego de saber todo lo que le hizo a mi familia.

  — ¿También te enteraste que echó a Noah de su casa aún siendo menor de edad? — dice Samuel. — No le dió ni una mísera moneda, ni siquiera le dió la oportunidad de sacar sus cosas o algo de ropa.

  — Samuel...

  — ¡¿En dónde vive esa perra?! — dice mamá y sonrío al escucharla.

  — ¿Ya vieron de dónde sacaron el carácter? — nos pregunta Rai y sonreímos. — Luego nos encargamos de Mary, por ahora ambos deben de saber qué fue lo que pasó con su padre. — dice y mira a Samuel. — Deberías dejar ese odio por él, ya que, gracias a él, tuviste una familia.

  — Me abandonó.

  — Hizo lo mejor para ti. — lo corrige. — ¿Sabían que sus abuelos querían deshacerse de ambos? No, ¿cierto? — No recuerdo mucho a los abuelos, pero por lo poco que recuerdo, sé que nunca me quisieron. — Pues gracias al sacrificio que hizo su padre, ustedes siguen aquí con vida. Su padre dió su propia salud mental y física para que ustedes estuvieran bien.

  — Cuando Sebastián me entregó a Samuel, — dice Antonio y lo miramos. — se lo veía muy mal y con miedo. Aún recuerdo la desesperación con la que me habló ese día, él quería que tú estuvieras bien. — le dice a Samuel.

  — Ese día tus abuelos estaban dispuestos a acabar contigo o venderte. — dice Rai. — Pero tu padre actuó rápido y te entregó a Antonio. — Rai me mira y suspira. — Te perdonaron la vida gracias a que Mary estaba obsesionada con tu padre y quería formar una familia con él. — Vaya, hablemos de abuelos que les regalan dulces o les dan dinero a sus nietos a escondidas... Pues los míos querían acabar con mi vida cuando apenas acababa de nacer, intenten superar algo así.

Melodía momentáneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora