Capítulo 96

49 6 1
                                    

Narra Daniel:

Llego del trabajo a casa un tanto cansado por lo que solo pienso en llegar a mi cama y recostarme. — Hola. — Saludo a ambas chicas sentadas sobre el sofá, que están hablando cómodamente la una con la otra, y me acerco a las escaleras. A mitad de camino a mi habitación, me detengo en seco y bajo rápidamente hasta la sala de estar, Samantha me mira confundida por mi actitud y Noah intenta no mirarme, pero aún así me notó.

  — ¿Qué tienes? — pregunta Sam.

  — ¿Ustedes están hablando...? — pregunto un poco desconcertado y me acerco al sofá.

  — Somos mejores amigas, ¿por qué no hablaríamos? — vuelve a responder Sam. — Y soy la primera persona que ella recuerda. — dice con una amplia sonrisa y mira a Noah, también volteo a mirarla.

  — Recordaste algo. — Ella asiente lentamente aún sin querer mirarme y sonrío. No porque me esté ignorando, sino porque ella recordó algo. Noto que su mirada está concentrada en sus manos y las miro. — ¿Qué...? — me coloco frente a ella de cuclillas y tomo sus manos de manera delicada para que no se sienta abrumada por mi actuar. — ¿Qué fue lo que pasó? — miro a Sam y ella mira a Noah.

Sus palmas están cubiertas por banditas rositas. — Catalina me las puso. — me responde Noah. — No es nada. — Aparta sus manos de las mías, vuelvo a mirar a Samantha y ella niega con la cabeza dándome a entender que no debería insistir.

  — ¿Y qué fue lo que recordaste? — pregunto intentando cambiar de tema.

  — Es un recuerdo muy vago, estaba con Samantha.

  — Fue del día que nos conocimos. — dice Sam y asiento comprendiendo. — Puedo saberlo porque esa fue la primera vez que te mandamos a la mierda. — Abro la boca sorprendido por el comentario de Sam y me cruzo de brazos algo indignado. — Lo siento, amigo, pero en esos tiempos nos caías como el culo.

  — Vale, entiendo, lo merezco. — Samantha ríe y puedo notar una pequeña sonrisa por parte de Noah. — No las molesto más entonces. — me levanto. — Buenas noches.

  — Pero no has cenado. — dice Sam y frunzo los labios.

  — No tengo hambre, solo quiero ir a dormir.

  — ¿Mucho trabajo? — asiento. — Vale, no te entretengo más entonces. — sonrío y volteo a mirar a Noah, ella sigue sin querer mirarme. ¿Qué hice mal?

Suspiro, Sam me hace un gesto compresivo y, sin más motivos por los cuales quedarme ahí, camino hacia las escaleras para ir a mi habitación. Dentro de mi habitación, me encuentro con Samuel, Ross y Carlos jugando en la play; aquí no podré dormir con todo el bullicio que hacen, pero bueno, al menos compartiré un momento con ellos.

  — Hey. — me saluda Carlos y los otros dos al notar mi presencia también saludan, pero sin perder la concentración en su juego.

  — ¿Y ustedes desde cuándo son amigos? — les pregunto a Samuel y Ross, mientras dejo mi maleta a un lado de la cama. — ¿Siquiera se hablaban?

  — No somos amigos, ahora somos familia. — dice Ross empujando a Samu y sonrío un poco confundido.

  — ¿Es por qué los Sam's tendrán un hijo? — pregunto y Carlos se sienta junto a mí.

  — Por supuesto, eso ya nos hace familia.

  — Pero... ¿No son familia desde que Sam empezó a salir con Samuel? — vuelvo a preguntar, mientras me quito las botas.

  — Esto lo hace más oficial. — me responde Samuel.

  — Un hijo o matrimonio, de esas maneras pasas a formar parte de la familia de tu pareja. — dice Ross y levanto la mirada un poco preocupado.

Melodía momentáneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora