Narra Noah:
— Y quizás podríamos cambiar la idea de acompañarte a hacer las compras como dice en el itinerario. — dice Leandro junto a mí. — ¿Qué dices, Noah? — No le estoy tomando nada de atención a lo que dice, puesto que en mi mente solo se escuchan las ácidas palabras de Daniel.
Hace un rato llame a Carlos preguntándole lo que pasaba y no supo responderme, lo que me dejó aún más nerviosa. Se supone que Carlos fue con él para cuidarlo y apoyarlo.
— ¡Noah! — me sobresalto y veo a los niños frente a mí.
— ¿Les parece si lo hablamos mañana? — Leandro suspira irritado. — Haré la cena. — Los tres salen de la cocina y busco ingredientes para improvisar algo que sea fácil y rápido.
¿Por qué diría que no lo vuelva a llamar? ¿Hice algo malo? ¿Daniel está pasando por un transtorno bipolar no diagnosticado? De cualquier manera, ¿por qué siento que me está queriendo volver a alejar? Él me buscó, ¿por qué querría eliminarme de su vida de nuevo?
— Creo que deberías prestar atención en lo que haces. — toma mis manos haciendo que detenga mis movimientos al cortar el pan. — ¿Estás bien? — lo miro y él me está mirando como si tuviera un grano gigante en el rostro.
— Sí. — me alejo de él y hago que suelte mis manos.
Quizás yo debí haber ido con Daniel. No, esa en ninguna dimensión habría sido buena idea, por culpa de las razones que son externas a nosotros.
— Me quería disculpar por haberte ofendido con esas palabras, ambos tuvimos una mala primera impresión del otro...
— Sí, ok. — Sigo haciendo los sándwiches, siguiendo las recetas que dejó su madre para cada uno, lo más rápido que puedo. Necesito llamar a Sam. — ¡Niños! — les entrego a cada uno sus sándwich. — Ahora regreso. — les digo aunque sé que no me toman importancia. Son parecidos a mí cuando estoy comiendo, no hay nada más importante cuando lo hago.
Salgo al patio y marco su número, sé que haya es muy tarde, pero todo esto me tiene muy preocupada.
— ¿Noah? — pregunta con su voz adormilada.
— Sé que es tarde y también sé que en este momento no te gustaría que fuera la persona que llame, puesto que soy la hermana de tu ex. — Sí, he estado apoyándola con toda la situación con el tema de su ruptura, pero también le dado tiempo ya que la última vez que la llamé me dijo que le recordaba a mí hermano por la manera de hablar y terminó llorando como por horas. Se puso a llorar solo porque dije una frase que es usual en mi hermano, lo siento, pero llevo viviendo con él cuatro años y es evidente que este tipo de cosas se nos iban a pegar.
— ¿Qué? Noah, antes de ser la hermana de mi... Ex, — Aún le cuesta decirlo, ellos se aman. Pero entiendo que tuvieron sus razones para terminar la relación. — eres mi mejor amiga. — sonrío. — Sé que el otro día me puse muy dramática, pero no sé, toda esta situación me hace estar así y lo odio.
— Siento ser tan dura, pero todo es una cuestión de superación y, si eso no ocurre, pues quizás no fue la mejor decisión que pudieron haber tomado.
— Por favor, no me digas eso ahora.
— Ok. — Por algo empecé con: Siento ser tan dura... — Oye, te llamaba para preguntarte algo.
— Dime.
— Sé que Daniel fue a verte esta tarde, ¿cómo estaba él?
— ¿Pasó algo? Pensé que ahora hablaban de hasta sus horarios para ir al baño. — ruedo los ojos. — Pues lo vi muy feliz y con ganas de molestarme, terminé desquitándome con él. — ríe.
ESTÁS LEYENDO
Melodía momentánea
Ficção Adolescente¿Te agradaría la idea de escuchar diferentes melodías cada que ves a una persona que tu mente considere importante? ¿O una melodía en momentos importantes en tu vida? Sería como un musical, solo que serías la o él único que lo escuche. A nuestra pr...