Capítulo 40

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Narra Carlos:

Tres días después...

  — No sé, han pasado tres días y Noah está mucho más alejada de nosotros. — digo mirando a los chicos frente a nosotros. Jeong toma mi mano y se recuesta sobre mi hombro.

  — Conmigo definitivamente no quiere hablar. — dice Sam. — Pero... Tengo un plan con otra persona, quizás esa persona la haga entrar en razón y la ayude. — sonríe.

  — ¿Quién? — pregunta Daniel.

  — No se los puedo decir, lo siento.

  — Hay algo que no me agrada del todo. — dice May. — ¿Ustedes no notan la incomodidad de Noah al estar cerca de Dante? ¿Por qué estaría así si es su novio?

  — Porque a Noah no le gusta Dante. — dice Sam y todos la miramos. — ¡Ay, por favor! ¡Todos debieron haberlo notado! — mira a Daniel. — ¿Y tú por qué me miras? Sabes que le gustas a Noah. — Daniel sonríe y baja la cabeza para ocultarlo. — No sé, debemos investigar qué le está pasando.

  — Podría hablar con Dante. — se ofrece May.

  — ¡Qué ni se te ocurra! — dice Daniel. — Ese tipo nunca me agradó...

  — Porque es tu competencia. — lo interrumpe Jeong, todos asentimos en un claro acuerdo con sus palabras.

Lo mira con los ojos entrecerrados y le muestra su dedo del medio. — ¡Hey! — le grito. — ¡Con él no, perra! — Daniel rueda los ojos y las chicas sonríen.

  — Son tan tiernos. — dice May mirándonos.

  — Como iba diciendo. — llama nuestra atención, de nuevo. — Hay algo en él, no sé el qué, pero algo trae entre manos. — dice mirando un punto fijo en el suelo y segundos después regresa a nosotros. — Como sabemos, Noah está en un punto en el que es fácil de manipular, así que sospecho que Dante la está manipulando con algo.

  — Ese hijo de...

  — O simplemente Noah quiere alejarse de nosotros. — dice Daniel. — O al menos de mí.

***~~***

Llego a la escuela y no puedo evitar sentirme incómodo ante las miradas de todos a mi alrededor. Con cada paso que doy para acercarme a mi salón, sus miradas me siguen hasta perderse en el pasillo y conseguir otras nuevas al encontrarme con más gente en nuevos espacios.

¿Tengo algo en la ropa o en los zapatos? ¿Por qué todos me están mirando así?

Llego al salón y veo como las paredes han sido cubiertas con fotos mías besando a Jeong, todas editadas. En otras está mi foto en la que muestro mi torso bien formado gracias al básquet, pero la editaron poniéndome una falda. Como si ver a un hombre con falda fuera algo del otro mundo.

  — ¿Quién hizo esta tontera? — les pregunto a los presentes. Ni siquiera me voy a tomar el tiempo de quitar las fotos. — ¿Las fotos se editaron y pegaron solas? — vuelvo a preguntar al no obtener respuesta.

  — Ya es hora de que aceptes lo que eres, ¿no? — pregunta ella. — Solo te di un empujoncito. — sonríe y se coloca frente a mí.

  — ¿Qué debería de aceptar, Grace? — me cruzo de brazos, mientras sonrío.

  — Tu realidad. — se encoge de hombros sonriendo.

  — Esta es mi realidad. — me señalo.
Volteo al ver como todos desvían su mirada de nosotros qhacia la puerta del salón. Lo veo a él mirando las fotos y luego su mirada choca con la mía, su mirada demuestra preocupación, pero le sonrío para darle a entender que esto no me molesta. — No tenía idea que por amar a una persona, tenía que "aceptar mi realidad". — me acerco a él y lo tomo de la mano. — Para la próxima consigue una foto real, tus dotes de edición son pésimas. — digo y ambos salimos del salón. Las personas afuera aún nos miraban, ¿cuál lo es lo extraño aquí? Solo somos dos personas amándose.

Melodía momentáneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora