26/02/2010
Asher se estiró en el asiento del copiloto mientras Clyde viraba a la derecha en la manzana, daban las 08:00 P.M en punto y estaban regresando a la casa luego de ir al centro comercial para cambiar un conjunto de ropa de bebé que desgraciadamente parecía para un niño de dos años en lugar de un recién nacido. Llevaban casi tres horas en el auto viajando de un lado a otro para conseguir algunas cosas que Skye necesitaba; su hermana se había quedado en la casa porque le dolían los pies.
Ya podían ver las luces de su hogar. Pintada de blanco con un tejado de algún tipo de verde azulado y varios arbustos en la entrada. Le gustaba mucho su casa.
—Gracias al cielo que llegamos —comentó Clyde.
—¿Te dije que tu coche huele a dedos de queso? —cuestionó él frunciendo el ceño.
—Antojos de Skye.
—Viejo, no me mientas. A ella le asquean y tampoco se ha subido al auto estos días.
Su amigo tosió para aclararse la garganta. Clyde era un tipo grande con tez café claro y cabello rapado, de esos que con habitualidad suponías que pasaba horas en el gimnasio y que practicaba un deporte pesado dónde la hipertrófica masa muscular era una bendición caída del cielo; en comparación él parecía un pollito desplumado. Lo había conocido en preparatoria e incluso con los distintos intereses que compartían, siempre habían sido inseparables.
—Bien, tú ganas, me atragante con un par esta mañana.
—¿No dijiste que ibas a hacer una dieta con ella? —preguntó con ironía.
No era como que su amigo necesitará bajar de peso, pero era algo así como un proyecto en pareja.
—No le digas.
Estacionaron enfrente del garaje, el motor se apagó y bajaron instantáneamente.
—Claro que le voy a decir —dijo mirándolo por encima del auto.
—¿Acaso quieres que me mate?
—Tuviste una buena vida.
Bajaron las bolsas del coche y se dirigieron a la entrada.
—Solamente tengo 35.
—Dije buena, no larga —aclaró Asher.
—Te odio ¿Sabes?
—Dime eso cuando no compartas tu refrigerador conmigo.
—Eres diabólico, la verdad no sé porque te quiero tanto.
Volteó para verlo con las pesadas bolsas de compras cortándole la circulación de los dedos.
—Te casaste y embarazaste a mi hermana pequeña —acusó con sarcasmo.
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Tú + Yo= Yellow
Storie d'amoreEl universo y el amor traman planes impensados los 356 días del año, esta prohibido ignorar sus señales. Asher Davies es un profesor de física que lleva un año saliendo con su novia, Erin, y es hora de conocer a su familia. Sin embargo, lo que meno...