03/04/2013
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Ivelisse desde el sofá.
—Corrigiendo tareas —respondió Asher en su escritorio.
La controversial O' Neal había venido a su casa para hablar con Erin, que llegaría en cualquier momento. Él y su novia vivían juntos desde el año pasado, su relación aún no era la de antes, pero estaban trabajando en ello juntos para superarlo.
Ahora se encontraban en su estudio en lo que esperaban a que la hija de Nessa Mckenna llegara del trabajo.
—¿Quieres que te de una mano?
—Eso no sería profesional —respondió él.
—Vamos, nadie lo sabrá. Te lo juro por el amor que le tengo a Meryl Street.
—¿Sabes algo de movimiento bidimensional?
—Lo haces difícil a propósito —se quejó la muchacha.
Suspiró, abandonó su trabajo un segundo para mirarla con desafío y un cuarto de arrogancia. La mujer le devolvió la mirada con atrevida curiosidad.
—¿Análisis de vectores mediante trigonometría? —mencionó Davies a sabiendas de lo que vendría.
—Tú ganas, profesor. No sé de qué rayos hablas —admitió ella.
—Si estas aburrida puedes ver una película en la sala.
Su amiga tardó un micro latido en desaparecer por la puerta del estudio. Asher sonrió y regresó a su trabajo, tomó el bolígrafo rojo para poner una X en un ejercicio con una mala resolución. Pasó la siguiente hora evaluando las "obras maestras" de sus alumnos, no obstante apretó los labios cuando escuchó el sonido de unos pasos aproximarse demás y se mordió la lengua cuando Ivelisse le dejó un yogurt junto a la engrapadora.
—Es de vainilla así que no puedes quejarte —argumentó decidida—. No te molestaré, pero come algo mientras haces lo tuyo de física súper complicada.
—¿Cómo sabes que me gusta la vainilla? —cuestionó cogiendo el yogurt y la cuchara que le había dado.
—Profesor, te he estado observando muy de cerca estos últimos tres años —dijo la frase con voz tenebrosa y se movió hacia su librero para husmear sus adquisiciones literarias.
—¿Ah, sí? —Metió la cuchara en su boca, sus papilas gustativas vitorearon en una inquisición de sabor dulce y delicioso—¿Estas bien con la cita del miércoles?
—Es un poco aterrador.
Una buena noticia: ella empezaba a tener la confianza suficiente como para regresar al campo de las citas. Ilustraba nervios y aprensión. No mentiría, a él también le intranquilizaba, pero no se podía vivir recluido en una jaula de inseguridades durante mil años porque finalmente la vida te llamaba para ampararte.
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Tú + Yo= Yellow
RomanceEl universo y el amor traman planes impensados los 356 días del año, esta prohibido ignorar sus señales. Asher Davies es un profesor de física que lleva un año saliendo con su novia, Erin, y es hora de conocer a su familia. Sin embargo, lo que meno...