Capítulo 23

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09/04/2017

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09/04/2017

Ivelisse cerró la puerta de entrada y colgó las llaves en un gancho con una fotografía de flores anaranjadas. Hacía un mes que tenía un nuevo trabajo: mesera de restaurante. Se levantaba temprano y llegaba tarde, cualquier cosa para pasar menos tiempo en la maldita casa con Nessa. Pronto se marcharía, quería ahorrar lo suficiente para rentar un apartamento luego de pagar el préstamo que había pedido y largarse de ese infierno en que vivía desde la muerte de su madre.

Dio un paso, pero frenó al encontrarse su valija repleta de pegatinas ridículas en el pasillo. Un líquido ácido le subió por la garganta y cayó nuevamente a su estómago quemándola, el terrible presentimiento la espantó. Avanzó por el recibidor y el pasillo de puntillas, aferrándose a la correa de su bolso.

Pasó por el marco de la sala y atinó a ver un par de maletas en los sofás, Erin estaba de visita no le quedó duda. Oía a alguien llorando, asustada se asomó a la cocina para encontrar a su tía consolando a su prima. Se preocupó de inmediato, ignoró la vocecita en su cabeza que le gritaba que huyera y se aproximó hacia ambas mujeres.

La mirada de Nessa la acusó en cuanto apareció en la cocina.

O'Neal se tragó sus palabras al ver algunos de sus viejos diarios en la mesa y sufrió un mareo al imaginarse lo que habrían leído. Había tanto silencio que su respiración se le hacía muy ruidosa.

Erin levantó el rostro para observarla con decepción.

-¿Por qué me hiciste esto? Fuiste la amante de mi esposo -exclamó su prima desorientada.

Oh, no. Maldita sea ¿Cuántas páginas tenían el nombre de Asher en ellas?

-No, Erin... no es lo que crees. -Se apresuró a explicar.

Necesitaba decirle la verdad. Sí, se había enamorado de él, pero nunca buscó inferir en su relación. Jamás pasó nada. Alzó las manos en un gesto de súplica y... vino el primer golpe en la cara. Impactó contra el marco de la puerta de la cocina, la boca le supo a sangre y el dolor fue una bofetada en la mejilla derecha, la mandíbula se le partía en dos. Había mordido su lengua en una reacción instintiva y estaba sangrando. En el piso, trató de erguirse para preguntar qué rayos acababa de pasar. Sin embargo, un nuevo golpe le dio en la espalda.

-¡Mamá, basta! ¡¿Qué estás haciendo?! -gritó Erin horrorizada.

-¡Maldita bastarda malagradecida! ¡Tienes la misma sangre de tu padre! ¡Te metiste en el matrimonio de mi hija! ¡Eres una zorra asquerosa y no te quiero en mi casa! -bramó Nessa amenazándola con una escoba.

Ivelisse apenas las entendía, se arrastró hasta uno de los sofás para usarlo como soporte y así ponerse de pie, aunque su tía la ayudó en eso. La anciana le sujetó el cabello para obligarla a levantarse mientras la arrastraba a tirones violentos hacia la entrada, abrió la puerta para aventarla a la calle como si fuera una bolsa de basura y luego le aventó su maleta encima. La hija de Moira se sentó sobre el césped admirando las manchas de sangre en su uniforme, se estremeció cuando Nessa se le acercó con los ojos desorbitados y quiso poder salir corriendo, pero sus piernas no respondían.

Tú + Yo= YellowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora