29. Traición

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Quentin pov

La Orden 66 es el clímax de las Guerras Clon. No el final, que llegaría unas horas después, cuando una señal codificada enviada por Nute Gunray desde el búnker secreto de Mustafar desactivase simultáneamente a todos los droides de combate de la galaxia. Es el clímax. No es un clímax emocionante, ni la culminación de una lucha épica. De hecho, es todo lo contrario. Las Guerras Clon nunca fueron una lucha épica. Nunca se pretendió que lo fueran. Lo que pasa en este momento es la razón por la que se han librado las Guerras Clon. Es la razón de su existencia.

Las Guerras Clon siempre fueron, en sí mismas y desde su misma creación, la "Venganza de los Sith". Eran un cebo irresistible. Ocurrían en lugares lejanos, sobre todo en planetas que pertenecían a "otros". Fueron libradas por apoderados prescindibles. Y fueron creadas para que, independientemente del resultado, siempre se ganara. Las Guerras Clon eran la perfecta trampa Jedi. Los Jedi perdieron justo en el momento en que decidieron luchar en ellas. Al desperdigarse la Orden Jedi en exceso, repartiéndose por toda la galaxia, cada Jedi estaba solo, rodeado sólo por los soldados clon que él, ella o ello mandaba en ese momento. La misma guerra vierte oscuridad en la Fuerza, espesando la niebla que limita la percepción Jedi.

Y los clones carecen de malicia, de odio, de la menor intención que pueda dar la alarma. Sólo siguen órdenes. En este caso, la Orden 66. Pistolas láser aparecen en manos clon, los ARC-170 retroceden para situarse en la cola de los cazas Jedi, los AT-ST mueven sus cañones, las torretas de los aerotanques giran en silencio... Los clones abren fuego, y los Jedi mueren. Por toda la galaxia. Todos a la vez.

Los Jedi mueren.

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¿Como se tanto de esto? Puedo parecer viejo, y un poco lo soy, tenía 22 años cuando sucedió la Orden 66, estuve allí, en la legión 815, liderada por la Maestra Jedi "Sata Mahvin" de la especie Korunnai, y su aprendiz Mirialano "Zeqe", misma que la de la aprendiz de la Maestra Unduli. Sata era... una mujer terca, tengo que admitirlo, bastante impredecible en sus ataques, pero muy buena con sus soldados, los veía como auténticos hermanos para ella, era muy respetada en la orden.

("Todo era bueno, antes... de los tiempos oscuros.")

La Orden 66 fue ejecutada, nos ordenaron matar a todos los jedi que veamos, que eran traidores al Senado y a la República, intentaron asesinar al Canciller Palpatine, pero de no ser por el General Skywalker... habría muerto por el jedi Mace Windu. Sabía lo que tenía que hacer, pero no tuve ni el valor ni la fuerza para hacerlo, asesinar a quien había salvado mi vida un millar de veces en la guerra.

Mis compañeros de Legión abrieron fuego contra la Jedi, yo estaba apuntando con mi bláster, pero no podía disparar, ella desviaba los disparos mientras le gritaba a su aprendiz que huyera sin mirar atrás, este lo hizo claro, y logró escapar de los soldados Clon, la Jedi sucumbió ante la ráfaga y la interminable ola de disparos láser azules de los DC-15 de mis amigos, Sata cayó al suelo inmóvil, y en ese entonces mi superior, el Coronel Cratta, se acercó a reclamar su recompensa. El sable de luz Dorado de la Korunnai.

Cratta: Terminemos esta batalla soldados. Arrasemos con los Droides separatistas.

Dijo el Coronel, no podía entender del por qué la habían asesinado, pero como suelen decir casi siempre todos los clones de la ahora muerta República

Star Wars Lannister: La Historia Nunca Contada [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora