Star Wars Lannister: La Historia Nunca Contada [Finalizada]

98. Fugitivo

Sabine: Espera... —dijo Sabine. Miraba hacia abajo al droide desde la torreta— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar arreglando los escudos?

Chopper zumbó en binario el mensaje de Hera para Sabine. Ella sacudió la cabeza y volvió a disparar. Sus tiros impedían que los dos TIEs se acercaran más.

Sabine: ¿Dijiste que estás arreglando el comunicador? —preguntó—

Chopper giró la cúpula hacia ella. El droide tenía que reconocer que la Mandaloriana era uno de los orgánicos más inteligentes con los que había trabajado. Sabine Wren a menudo captaba la esencia de lo que Chopper chirriaba. Sabine no esperó a la respuesta de Chopper mientras seguía disparando los cañones.

Sabine: ¡No! ¡No necesito hablar con la "Capitana" Hera ahora mismo. Lo que necesito es que vayas y ¡Arregles los escudos! —pidió enojada, a lo que el droide le respondió con pitidos y gruñidos— ¡Ya se que Zeb se ocupa de los Escudos, pero no puede hacerlo solo, ve y ayúdalo!

Chopper gimió. Podría haber arreglado o los escudos o la unidad de comunicaciones durante los 34,2 segundos que había perdido aquí. Se dio la vuelta y volvió hacia la cabina del piloto.  Chopper reiteró sus quejas de tonos bajos. Los orgánicos eran tan ineficientes al comunicarse entre sí. Hera tiraba de los controles de vuelo de derecha a izquierda para evitar los láseres de los TIEs. La computadora de navegación mostraba que los dos cazas bloqueaban el vector de escape al hiperespacio. Si Wren no podía hacer su trabajo y destruirlos, tendría que encontrar una manera de deshacerse de ellos. Chopper reingresó a la cabina. El droide silbó algo que sonaba como que ella tenía que volar mejor.

Hera: Oh, eso dijo, ¿Verdad? 

Hera tiró de los controles a un lado, poniendo al Fantasma en un arco rápido alrededor de un TIE. Sus dedos bailaban en los controles. El sistema de puntería del cañón del morro se puso en línea. Casi de inmediato ella tuvo una solución de tiro contra el TIE.

Hera: ¿¡Tengo que hacerlo todo yo?! —dijo, presionando el botón de disparo— 

El TIE no tuvo ninguna posibilidad contra su ataque desde atrás. Su explosión le recordó a Hera los fuegos artificiales en su mundo natal de Ryloth.

Hera: ¡Eso es, acabo de reducir los objetivos de Sabine a la mitad! —Hera miró al droide por encima de sus colas cefálicas— Dile a nuestra valiente líder que debería ser capaz de manejar un caza TIE solitario por sí misma.

Chopper espetó algo y volvió hacia el pasillo. 

Hera: ¿Qué fue eso? —preguntó Hera—

No escuchó nada más mientras el droide se alejaba. Cuando Chopper estuvo fuera del alcance visual de Hera, airadamente agitó dos de sus brazos de reparaciones en su dirección. Esto era ridículo. Adelante y atrás, como un programa de computadora atrapado en un bucle interminable. Mientras tanto, sin escudos, el Fantasma no tenía nada más que una delgada capa de casco para impedir que todos fueran destruidos. Aunque Hera y los Fénix pudieran ser imprudentes con sus vidas, Chopper quería que sus circuitos continuaran operando. Y aunque nunca se los diría en binario, a él también le importaban las suyas. Su programación le daba instrucciones de preservar sus vidas a toda costa. Fue por eso que pasó rodando más allá de la torreta sin parar.

Ezra: ¡Se acercan refuerzos! —gritó el joven jedi mientras continuaba disparando—

Y su advertencia se hizo realidad, un destructor estelar salió del hiper espacio, y con el, varias decenas de cazas TIE que venían para acabar con los Rebeldes Fénix.