Star Wars Lannister: La Historia Nunca Contada [Finalizada]

79. Primer Paso hacia la Libertad

Tres días después - Planeta Shili

Lucio y Lizzy se encontraban en la cima de una meseta, con una vista en lo alto espectacular hacia el pueblo de Oldwood, la HammerHead estaba a vista y a simple manera era tan pequeña como una uña del dedo, tanto el Sith pelirojo como la Togruta estaban bebiendo un jugo azul que los pueblerinos cosechaban y ofrecían con amabilidad, no había ruido sí no era el del viento, la paz era muy agradable, buenas vistas y poco ruido era lo que precisamente uno necesita cuando está estresado, tal es el caso de Darth Vladd.

Lizzy: Es linda... ¿No es así? ... La paz, el silencio, la suavidad del viento. —mencionó con una sonrisa— 

Lucio: Sí... es... agradable. —dijo con una mirada neutra, no enfadada pero sí se lograba denotar tranquilidad, aunque en su interior, el torbellino de emociones era implacable—

Lizzy: Hay... —dijo— Algo que te molesta, y no puedo adivinar qué es. 

Lucio: ¿No me ves contento? ¿No estoy como esperabas que estaría con esta... tranquilidad? —cuestionó—

Lizzy: No... has hecho esfuerzos para mostrarte así; y sin embargo yo he descubierto lo que nadie en ti... que fingías. 

Lucio: ¿Fingir? ¿Contigo?

Lizzy: Sí. —afirmó— 

Lucio: Hmm... en cierto modo tienes razón; me veo precisado a vivir fingiendo. 

Lizzy: No. Yo no digo que siempre, sino que este día en específico. 

Lucio: Siempre lo he hecho.

Lizzy: No; ha sido hoy. 

Lucio: Va para más de tres años que vivo engañando a otros.

Lizzy: ¿A mí también?... Explícame eso. 

Lucio: No a ti, a todos. No es algo que tenga explicación. 

Lizzy: Santas estrellas, por... por lo que más quieras, explícamelo. 

Lucio: —suspiro largo— No trabajo para el Imperio.

Lizzy: ¿Qué? 

Lucio: Ya lo oíste, no sirvo al Imperio y tampoco al Emperador, mi lealtad no es hacia él.

Lizzy: ¿Y de qué bando estás entonces?

Lucio: Del de mi Maestro, Darth B'eik.

Lizzy: ¿El Imperio no sabe sobre la existencia de tu maestro?

Lucio: No deben saberlo... su existencia, su anonimato... está por encima de todas las cosas que debo preservar.

Lizzy: ¿Más que tu vida?

Lucio: Más que mi vida...

Lizzy: No puedes... vivir manteniendo el anonimato de una persona para el resto de tu vida, es imposible.

Lucio: Sólo... olvídalo. ¿Sí? —Lucio notó como Lizzy se le acercaba, mirándole fijamente— Oye... no me mires así.

Lizzy: ¿Así cómo?

Entonces Lucio se dijo en voz baja: 

Lucio: Santas estrellas... tú...

Lizzy: Dime ya. —insistió—

Lucio: He estado engañándote a ti también, porque no me he atrevido a confesarte lo que realmente siento en mi corazón

Lizzy: ¡Más todavía! ¿Y por qué no me lo has dicho?