Davzay: Perdí a mi tesoro en esa batalla, logramos entre mi esposa, mi hija y yo, 287 bajas en total. Un golpe que Lucio Lannister no olvidará. Pero... realmente mi corazón se partió cuando vi a mi hija morir en mis brazos sin poder hacer nada. Sentí un vacío que nunca podría llenar, ni siquiera con este maldito alcohol. —recordó con enojo mientras dejaba la botella en la barra— Me ascendieron a Capitán, pero nada me hace odiar más a ese sujeto que el hecho de saber que él mató a mi hija y luego a mi esposa. No quiero venganza, quiero justicia. Y se que la rebelión se la dará.
Jekkar: ... Amigo... —posó su mano en el hombro de Daniya— Se que quieres más que nada su muerte, pero confía en el juicio de Mon Mothma. Ella sabrá que hacer.
Davzay: Lo se, es solo que... desearía que las cosas no hubieran salido como salieron. Lo perdí todo por culpa de Lannister, quiero que muera.
Jekkar: Todos queremos eso. Cree en mi palabra, la Rebelión le dará el castigo que merece. Tu esposa e hija serán vengadas junto con todas las personas a las que él mató. Eso te lo prometo.
Davzay: ¿Tú que sabes de perder familiares?
Jekkar: Tienes razón, en eso no se lo que se siente. Pero si experimenté demasiado bien el ejecutar mujeres y niños por capricho de mi superior. Se que estamos a niveles diferentes pero similares al fin y al cabo. Entiendo tu dolor, o intento al menos de hacerlo. Creo que deberías aceptar la ayuda, no soy un sirviente del Imperio, trato de ayudar.
Davzay: Si... tienes... razón. —se limpió las lágrimas y dio otro trago— Me sorprendes J'ek. Eres alguien muy diferente al resto. Me agrada eso de ti. Quiero pedirte que te unas a la unidad Coyote.
El silencio solo se presentó en el ex miembro de la Legión Shadow, impaciente por una respuesta, Davzay clavó con un martillo su vista en Jekkar, deseaba solicitarle eso desde hace algunas semanas. Había demostrado ser más que un simple soldado, con sus conocimientos podrían vencer a la Armada de Lannister, esa que tantas bajas rebeldes que habían causado. J'ek colocó una cara de nerviosismo ante la propuesta, a decir verdad; deseaba unirse a la unidad Coyote. Sería un buen revés para Lucio. Lo pensó por unos pocos segundos, pero al instante dio la respuesta que Daniya deseaba.
Jekkar: Es... un gran honor que me pida eso, Comandante Daniya. Con todo gusto me uniría a la Unidad Coyote.
Davzay: Entonces es oficial. ¡Bienvenido a la unidad Coyote, joven Jekkar Naddios! —brindó con el joven mientras bebían de una sentada el trago fuerte—
El tiempo se alargaba en el bar. Los miembros de la Rebelión bebían como si hubieran derrotado al Imperio, algo en un porcentaje cierto, iban intercambiando miradas de felicidad. Jekkar se esforzaba por no decaer al segundo trago. Él y el Comandante Daniya bebían un vino blanco andoan, una de las mejores bebidas para reuniones formales o citas, lo tomaban como si eso fuera cerveza o licor Corelliano. A tragos y tragos de nunca acabar, pero aquella fiesta se vio interrumpida por la llegada de un ingeniero rebelde.
Ingeniero Rebelde: ¡Oigan, oigan! ¡Encontré algo! —todas las miradas se centraron en el ingeniero— Es una nave —informó. Un rumor de nerviosismo recorrió el bar. Davzay casi podía oler el miedo. Analizó la lectura del escáner— Es un transporte imperial... está saliendo del hiperespacio.
Soldado Rebelde 1: ¡Son ellos, señor! ¡Son ellos! Nos encontraron...
Davzay: ¡Pásalo al altavoz! —ordenó Daniya— Mientras tanto, avisa al equipo de asalto. Tendremos que cargar todas esas armas y destruir esa nave tan pronto como... —con un crujido de estática, oyeron la voz cansada de un soldado rebelde—
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Star Wars Lannister: La Historia Nunca Contada [Finalizada]
Science Fiction[Estado: Historia Finalizada] Muchos lo conocen por el nombre de Darth Vladd, una de las personas más temerarias, respetadas, y por supuesto, crueles de la galaxia. Su nombre real es Lucio Lannister, tal es su osadía, que es capaz de insultar a Dart...