"Preciosa." Harry toma la mano de Samantha y le da una vuelta admirando su vestido."Gracias." Se sonroja y arregla su cabello. "Creo que vamos tarde."
"Creo que sí." Se rio pero antes de que ella pudiera darse la vuelta, tomó su rostro entre sus manos, dejándole un beso que definitivamente le hizo desear más. "No me importaría llegar más tarde." Le susurró y tomó de su trasero para pegarla a él más, causando que gimiera ante lo duro que estaba.
"Por favor..." Pidió jadeando cuando sintió sus besos en el cuello, sin dejar marcas solo repartiendo húmedos besos por todo el largo. "Rápido, no podemos retrasarnos más"
"Entonces tengo que hacerte correr rápido." Le dijo y Samantha rio soltando un pequeño grito cuando Harry la tomó de los muslo, pegándola contra la pared de la salida.
Ambos alzaron el vestido de Samantha con prisa y desespero, mientras que Harry bajaba sus panties negras hasta las rodillas. En menos de un minuto Harry había desabrochado su pantalón negro de vestir.
"¿Lista?" Samantha asintió jadeando y tomando del cuello a su esposo. "Mírame y dime que estás lista."
Gimió desesperada y echó la cabeza para atrás cuando sentía la punta de Harry rozarla. "Estoy lista." Asintió frenéticamente viéndolo a los ojos.
No esperó más para introducirse lentamente causando que ambos jadearan. "Mierda siempre tan apretada para mi." La tomó del cuello y empezó a moverse rápidamente. "Mírame Samantha." Hizo que su rostro de enfocara en el de el. "¿O quieres que pare?"
"No no, no." Habló como pudo y sintió las lágrimas del placer llenarle los ojos cuando lo sentía tan profundo.
"¿Me sientes aquí?" Bajó su mano del cuello a su estómago que era cubierto por la tela del vestido.
"Sí..." Se removió bajo su tacto y gimió arqueando la espalda. "Sí papi." Puso su mano sobre la de el y apretó. "Tan tan profundo" Susurró y apretó sus piernas indicándole que estaba a nada de correrse.
"Vamos, córrete amor." Besó su mejilla varias veces sintiéndola temblar.
"Tenemos que apurarnos." Ambos rieron con la respiración agitada.
La fiesta era de gala.
Harry llevaba un traje negro y Samantha un vestido del mismo color.
Lo único que destacaba eran los lujosos collares, anillos que ambos llevaban. Agarrados de la mano con el equipo de Harry atrás, saludando al boxeador con admiración e impresión de verlo.
Samantha era la única mujer de Harry en su vida que lo había aceptado tal cual sus gustos. Y que había llegado al altar con el.
El miedo era constante, claro. Pero Samantha jamás veía a su esposo perdiendo, jamás lo veía derrotado ni mucho menos pasando algo terrible en el ring. Confiaba en el y sus habilidades desde el primer día que lo conoció.
"Toda la gente te ve, campeón." Sam le susurró a su oído y Harry rio tomando su cintura.
"O tal vez te esta viendo a ti, luces hermosa." Le regresó el susurro antes de caminar a su mesa.
Era un evento de caridad al cual Harry, al ser el campeón, fue invitado además de otros destacados y millonarios boxeadores. Evidentemente Harry no era muy fan de esos eventos (menos cuando habían tenido una pelea hace menos de 5 días y su ojo seguía morado) sin embargo, Samantha estaba totalmente emocionada de ir y saber que parte del dinero de su esposo sería donado.