profesor! (2)

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nunca había recibido TANTOS comentarios de 2 parte KJJASSJA LOS AMO LAS AMO!

•••

Ir a clases después de lo sucedido no era fácil.

Le resultaba incómodo ver a Harry dar sus clases y tener que participar en ella. Lo que más le dolía es que él actuaba como si nada hubiera sucedido.

Pero no dejaría que eso la venciera.

Su amor por su profesor no la debilitaba, sabía que había tenido una mala semana cuando estuvo con él y que sí, sus calificaciones estaban empeorando pero ella no quería creer que había sido por Harry.

Así que Daisy siguió siendo la misma alumna ejemplar que antes.

Todo completo, sus apuntes limpios, sus exámenes correctamente contestados... y la impresión de Harry aumentaba.



"¿Estás bien? Te ves agotada." La amiga de Daisy le dijo mirándola.

"Sí, sólo que no he podido dormir bien." Comió de su desayuno. Era verdad, no había dormido bien desde hace días.

"Te ha ido muy bien, Dai. Tus calificaciones son intactas." La felicitó pero no duró tanto cuando Daisy sólo sonrió de lado. "Hey, en serio algo tienes, ¿qué pasa?"

Daisy la miró a los ojos, dudando sin decirle o no.

Pero no podía.

"No, nada." Se rio secamente. "Creo que me merezco un descanso, me la he pasado estudiando y entregando tareas así que es hora de darme mi tiempo." Tampoco era mentira, para distraerse de su dolorosa situación, había adelantado todo lo que podía, sin dormir, haciendo tareas y proyectos que tenían bastante tiempo de espera, tan sólo para mantener su mente en otro lado. Tan así, que ahora, a final de semana, no tenia nada pendiente para los siguientes días.

"Y te lo mereces." Asintió. "¿Irás con Keith?"

Daisy frunció el ceño al escuchar ese nombre.

"¿Keith?"

"Sí, ayer preguntó por ti, es obvio que ya no tiene novia." Sus cejas se alzaron y la miró con picardía. "Daisy, está guapísimo."

Lo sabía.

Pero su profesor era al único que podía ver con otros ojos.







La extrañaba.

Era obvio que la extrañaba.

Porque al final, era su Daisy.

Y le dolía verla con alguien más, le dolía y le hervía la sangre de pensar que alguien más podría estar disfrutando la compañía de la dulce Daisy.

Sin embargo, sabía que había hecho lo correcto, o eso trataba de convencerse. No podía estar con ella, sabía las veces que ella estuvo con él por la noche sin importarle sus deberes, yendo a clases con ojeras y dolores de cabeza por no dormir.

Así que no podía dejar que Daisy se corrompiera por el, no podía, no quería verla afectada por su culpa.

Pero la extraña, la extrañaba con todas sus fuerzas y era más su amor por ella, que la culpa que sentía de verla afectada en su rendimiento escolar. El amor no gana todo, lo sabía. Y deseaba que por primera vez, este fuera el caso.


"Lo siento." Se disculpó Harry cuando chocó con alguien y alzó la vista mirándola.

Su Daisy.

"Esta bien." Le sonrió amablemente y antes de irse, Harry la detuvo.

"Daisy..." Susurró su nombre casi ardiendo en su garganta.

Daisy suspiró y mordió su labio sintiendo su pecho arder, después de días, aquí estaban de nuevo, cara a cara.

"... ¿podemos hablar?" No sabía de que quería hablar con ella, solo quería verla, escucharla.

"De acuerdo, profesor." Su poco interés que demostraba lo hacía sentir nervioso e incómodo.

Ambos entraron a la oficina, con el corazón acelerado, nerviosos e impacientes.

Daisy recordó la última vez que estuvo en la oficina con el, cuando sintió su pecho arder por primera vez.

"Entonces...." Daisy habló bajito moviendo sus pies con ansiedad.

"Mierda..." Harry pasó su mano por su cabello y casi corrió hacia ella para tomarla por sorpresa, agarrando sus mejillas entre sus manos, "soy un idiota, un egoísta."

"Y arrogante."

"También" Acarició sus mejillas con sus pulgares tan suavemente, tan delicadamente. "Lo siento tanto..." Harry miró sus ojos, brillosos y tan bonitos como siempre.

"¿Ahora lo sientes?" Daisy negó cono la cabeza y la primera lágrima bajó por su mejilla.

"Siempre lo he sentido. No me gusta irme a casa solo." Habló Harry. "Sabes que te amo, Daisy."

Daisy sonrío con las lágrimas llenando sus ojos, confundida, aún dolida y con el estómago revuelto.

"No llores, mi Daisy, por favor." Le pidió en un susurro. "Solo míranos, mira al rededor." Ambos lo hicieron. "Estamos en un salón de clases, yo vestido en traje, tú con mochila, tareas pendientes y yo teniendo que revisar esas tareas."

"No me digas que me amas si dirás lo mismo que siempre." Hablaba con su voz cortada y muy baja.

"Digo la realidad." Harry sintió su corazón acelerarse aún más y la miró. "Me he dado cuenta de algo, que te amo..." no continúo cuando miró a Daisy morderse el labio casi llorando. "... lo suficiente para dejar este trabajo."

Lo miró sorprendida y frunció el ceño. "No, no Harry" Negó con la cabeza.

"Lo que dije estuvo fuera de control, pero es verdad. Te estoy afectando y se que la gente lo estaba sospechando." Daisy cerró la boca, sabía que aunque nadie dijera algo, lo veía y no eran tontos. "Tal vez no lo veíamos, pero después de lo qué pasó... creo que empecé a ver todo lo que no podía."

"No puedes dejar tu trabajo por mi."

"Lo puedo hacer, lo sabes." Volvió a tomar sus mejillas y dejo un beso en su comisura, deseando más. "Te he extrañado." Sus palabras eran verdaderas y casi irreales para ella.

"Yo también." Susurró de regreso aún indecisa, tomando sus manos sobre las de el. "Y...  c-creó que también te a-"

"Profesor Styles, ¿sabe de-"

Ambos miraron a su lado con los ojos abiertos cuando la puerta se abrió.

Daisy sintió sus piernas temblar y un frío recorrer su cuerpo.

Los habían visto, vio sus ojos sorprendidos hacia ellos sin creerlo.

Ahora sabría, que todos se enterarían de su mayor secreto.

De Daisy y su profesor.

harry styles ; one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora