Era inevitable no sentirse atraída por su jefe, pensaba Grace.
Era muy atractivo, pensaba para no justificarse, pues a Grace realmente lo miraba muy apuesto. Y es que no solo era su físico, el señor Styles era un caballero, era respetuoso con su gente, amaba a sus mascotas, a su familia, con sus empleados y sus trabajadores, ni se diga. Sabía que era un hombre serio, pero eso no le quitaba el respeto con el que trataba a la gente.
Recordaba la vez que alzó la voz por ella aquella ocasión en su oficina. La hacía sonreír como tonta y emocionarse por su jefe.
Y es que sentía que Harry tampoco ayudaba mucho.
Grace sabía que ella era una empleada ahí, y así como ella, habían varios en aquella casa, tenían su respectiva habitación y su baño. Los guardaespaldas comían en la cocina al igual que Louise y Grace.
Pero cuando Harry estaba en casa y su mansión estaba sola, las invitaba a comer en el gran comedor junto con él o su familia (su madre y su hermana.)
Era un acto que hacía a Grace sentirse apenada, pero era increíble lo humilde que la familia Styles era.
Comenzaba a sentirse muy cómoda en aquella casa.
Era tarde en la noche. Era su hora de salida y estaba en la oscura cocina esperando a que la lluvia cesara un poco para poder salir de casa.
El día de paga llegaba pronto y eso significaba que su dinero estaba llegando a lo casi último, y más, que unos días antes había tenido que comprar materiales de dibujo para Daisy.
Por lo que, no tenía dinero para pedir un taxi, tendría que caminar hasta la salida para hacerlo, lo cual no había hecho desde la última vez, que fue su percance.
"¿Grace?"
Grace saltó y miró hacia la voz, viendo como la persona encendía la tenue luz.
"Señor... pensé que llegaría después de su viaje." Grace lo miró, observando cómo dejaba su maletín en la entrada de la cocina y desabrochaba su corbata, haciéndola sonrojarse.
"He terminado el trabajo antes." Le dijo. "¿Qué haces aquí?" Preguntó, curioso. Se movió en su propia cocina, buscando algo.
"¿Quiere algo de tomar?" Grace le dijo rápidamente, dejando su bolso en el piso.
"No, no, gracias cielo." Dijo Harry desapercibido, abriendo su gran refrigerador.
Grace se mordió la mejilla ante el apodo, dejándola sin palabra.
"Entonces... ¿qué haces aquí?" Le dijo una vez que había sacado un jugo.
"Estoy esperando que pare la lluvia, señor." Dijo. "Para salir a tomar taxi."
Harry frunció el ceño. "¿No te quedas aquí?"
"Oh... no." Grace dijo. "Tengo que llegar a casa, a cuidar a mi hermanita Daisy."
Harry sonrió levemente y asintió. "¿Caminarás ahora de noche aún sabiendo lo qué pasó?" Preguntó mirándola. "Puedes llamar a un taxi a domicilio."
"Eh..." Grace titubeó. "No tengo dinero, señor." Tomó su bolso. "Suelen ser más caros hasta acá." Río levemente, no le daba pena decir que no tenía dinero, pues era su realidad, no tendría porque ocultarlo. "Pero prometo irme pronto, señor."
