Lilly era una chica muy agradable, solía ser la amiga más divertida y al mismo tiempo, la más seria del grupo.
Y ella, hablaba bastante.
"Entonces le dije que no, porque no tengo tiempo para hacer ese turno, yo solo estoy tratando de tener un extra y no quiero hacer más de un turno, ¿me entiendes?" Lilly preguntó.
"Sí, amor." Harry se rió tiernamente y asintió para que ella continuara.
"Pero siento que vendría bien tener un turno extra ¿no crees?" Se mordió el labio pensando. Harry solo la miró un poco distraído, estaba atendiendo unas cosas del trabajo y casi no estaba poniéndole atención, lo cual solía suceder muy raro porque amaba escucharla hablar de su día.
"Como tú decidas, corazón. ¿Por qué no mejor nos empezamos arreglar para la fiesta, hmm?" La hizo pararse del sillón y ella hizo un leve mohín queriendo seguir contándole su día a su novio, pero sabía que tenían que alistarse para la fiesta que tendrían en unas horas.
"De acuerdo." Habló un poco desanimada.
Y sin embargo, Lilly siguió contándole a Harry de su día, el jamás se aburría pero parecía que hoy Lilly le estaba contando lo que había pasado en 10 días seguidos, realmente no se quejaba pero su cabeza empezaba a doler un poco cuando ella solo hablaba y hablaba.
La fiesta había sido anunciada como algo tranquilo, pero una vez que llegaron, se dieron cuenta que había más gente de la que pensaron y la música estaba a reventar. Ambos no eran mucho de fiesta, a Lilly solía gustarle ir siempre y cuando tuviera con quien estar y conversar.
"No me sueltes." Le susurró Harry y tomó su mano para guiarla por la casa de su amigo.
Lilly asintió pero entre tanta gente se terminó perdiendo y encontró a una amiga suya.
"Dios, nunca te callas, ¿verdad?" Su amiga rio de ella y Lilly solo frunció el ceño sin entender muy bien lo dicho. "Hasta Harry lo dice."
"¿Qué cosa?" Lilly preguntó algo nerviosa y tomó de su vaso.
"Que nunca puedes guardar silencio, y es verdad." Siguió riendo y vio como otro chico se acerca a ellas. "¿Cierto, Dav?"
"¿Qué? Oh, de Lilly. Cierto, no guardas silencio jamás." Bromeaban pero Lilly no se lo estaba tomando a risa.
"¿H-Harry dice eso?" La voz de Lilly salió con duda, deseando que dijeran que todo era broma.
"Oh, sí lo siento." Tomó de su vaso la chica e hizo un falso puchero. "Nos dice lo cansado que está de escucharte siempre y que tan sólo intenta hacerte caso." No quería creerle, pero ahora que lo pensaba, recordaba días en los que Harry sólo asentía a lo que ella decía y a veces, solo cambiaba de tema. Pero jamás pensó que él estuviera cansado de ella.
Los seguía escuchando reír de ella y sabía que sus intenciones no eran malas (o eso creía) pero las bromas no le hacían nada de gracia. "Hasta puede irritar." Volvió a prestar atención y miró al chico que bebió del vaso actuando inocente, sin haber dicho algo.
"No seas tan rudo, David." Rio la chica fuertemente e imitó su acción de beber el vaso. "Pero tal vez."
Lilly solo rodó los ojos y se fue de ahí. "Oh, no te vayas, queremos seguir escuchándote." Gritaron detrás de ella y seguidos risas. "¡Sólo estamos jugando!"
No quería seguir ahí, jamás se había sentido mal por ser así de habladora, de hecho, nadie la había hecho sentir mal por eso. No era como que le importara, le gustaba hablar y era muy abierta para hacerlo. Pero no pensó que llegara a ser molesto, para Harry.
"Hey, ¿dónde vas?" Te estaba buscando." Harry la encontró y la miró sonriendo con ojos rojos. "¿Qué pasó amor?" La tomó del rostro preocupado.
"¿Es cierto qué te canso? ¿Que te cansa escucharme hablar tanto?" Ella lo miró un tanto enojada.
"¿Quién te dice eso?" Harry le preguntó serio y confundido, apenas y escuchando su voz.
"Dime Harry." Le exigió y cruzó sus brazos en su pecho.
"No entiendo a que te refieres, Lilly." Rodó los ojos.
"Me voy." Dio una vuelta para irse pero el la detuvo.
"Hey, espera. No sé de que hablas, no sé a que te refieras, dime para entender que te tiene así." Harry tiro el vaso vacío por ahí para poder tomarla entre sus brazos.
"Me dijeron que tú estás cansando de escucharme." Harry frunció el ceño y la miró confundido.
"¿Qué?" Preguntó. Lilly empezó a hablar rápidamente y no pudo entender que decía, solo veía su labios moverse y decir cosas.
"Tranquila." Puso su dedo en sus labios. "Estás exagerando, no tengo ni idea de lo que estás diciendo." Harry sonaba enojado, el alcohol empezaba a hacerle efecto y hacía que su molestia incrementara cuando ella volvió a hablar sin parar, mezclándose con la letra de la música. "Cállate, Lilly." Alzó su voz para que la escuchara sobre la música.
Los ojos de Lilly se abrieron y se calló.
"Así, solo..." Harry puso su propio dedo en su labio para evitar decir algo más. "Guarda silencio y explícame. No entiendo que estás diciendo, no dices nada y solo te estás quejando."
Lilly sintió sus ojos llenarse de lágrimas cuando recordó lo que había escuchado acerca de ella.
"¿Ya me dirás?" Harry la miró expectante, pero Lilly sentía total vergüenza y ahora no quería hablar. Jamás, nunca Harry la había callado.
"No... yo... me voy." Lilly susurró.
"¿Qué? No." Empezó a quejarse. "Sabes, está bien... has lo que quieras, he estado algo irritado de estar oyéndote." Susurró pero sí escuchó.
Sus palabras la hicieron rodar los ojos por lo borracho que se escuchaba, pero no fue excusa para alejarse de él.
"Como sea." Se volteó y sintió sus ojos soltar las lágrimas, sintiéndose avergonzada.
Era absurdo que ahora estaba peleada con su novio y más sabiendo que estaban en una fiesta y lo último que se podía hacer ahí era tener una conversación tranquila.
Sin embargo, ya estaba hecho y ahora sólo quería que la tierra la tragara.
