harry x mia
ceo!harry
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"Entonces... ¿iremos a festejar?" Pregunta su amiga, Lauren.
Mia lo piensa unos minutos y tarda en responder.
"No lo sé, dicen que va puro hombre mayor a ese lugar." Responde ella y muerde su sándwich.
"Ese es el chiste." Ríe Lauren. "Anímate, no siempre cumples 21 años. Además, en tu primera borrachera me confesaste que te gustaría tener algo con alguien mayor." Se burla y ríe cuando Mia se atraganta.
"Shh... te van a escuchar." Se sonroja, mirando a todos lados.
La primera borrachera de Mia fue en su propia casa, no estaba su madre y jamás había tomado, bueno, tal vez había probado unos tragos pero nunca hasta ponerse mal. Decidió hacerlo en su casa pues no sabía cómo iba a reaccionar y Lauren estaría ahí para cuidarla. "Esta bien, pero solo iremos a festejar ¿de acuerdo?"
"De acuerdo, pero si alguien se te acerca tienes que aprovechar, no dejes que te gane tu tonta timidez." Lauren rueda los ojos riendo y Mía se ríe. "En serio, puede que sea tu noche y no puedes dejar que se te escapen sólo porque no sabes que decir, ya hemos practicado eso."
"Tienes razón, te haré caso." Mia se determina y se levantan cuando escuchan el timbre de la Universidad.
"Vamos, tenemos clase." Se salen de la cafetería de la escuela y caminan hacia las aulas.
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Dos días habían pasado y el cumpleaños de Mia había llegado, mala suerte pues estaba algo llena de tareas pero había estado adelantado todo para tener una fin de semana festejando su día sin compromisos.
En la mañana, su madre y una tía fueron a desayunar, fueron a comprar un regalo para ella y tuvo que irse a trabajar, cuidaba a unos niños los sábados sólo una horas, a veces entre semana si le iba bien.
Ahora Mía se encontraba alistándose, Lauren había llegado hace un tiempo por lo que la estaba ayudando a peinarse el cabello en ondas. "¿Lista?" Preguntó Lauren cuando terminó.
"Lista." Mia se miró en el espejo; llevaba un pequeño vestido rojo, de tiras delgadas. Era simple pero los accesorios hacían que no luciera así.
"Si no tienes a alguien esta noche será por tu decisión porque más que uno querrá estar contigo." Lauren rió y Mia sonrió, se sentía atractiva. "Vámonos, son casi las 10."
Se apuraron a irse, retrasándose cuando la madre de Mia les pedía que tuvieran cuidado y que trataran de regresar lo antes posible.
Cuando se subieron al coche de Lauren, Mia se sentía nerviosa, tenía tiempo que no iba solo con su amiga a una discoteca, le gustaba bailar y tomar un poco, pero cuando lo hacía normalmente iban más amigos de ellas, ahora sólo iban las dos.
Llegaron al bar sintiendo que se tropezaba con los tacones que llevaba, mostrando su identificación en la entrada.
Se la estaban pasando bien, ya habían recibido a Mía con un trago por parte del club, y habían hecho amigos fácilmente. Sin embargo, sentía que alguien la miraba, entre tanta gente no lograba identificar de quien se trataba, hasta que fue al baño con su amiga.