uno: 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜

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Septiembre 1 1993

Era el primer día en Hogwarts de Camille Tonks, una joven de quince años quien se había cambiado de escuela para poder estar dentro del mundo que, de jóvenes, vivieron sus padres.

Al bajar del Hogwarts Express, Camille se dirigió al colegio en busca de la oficina del profesor Dumbledore. No sabía en donde estaba así que le preguntó a la primera persona que encontró, la profesora McGonagall.

—Hola, disculpe —dijo con voz firme.

McGonagall volteó a verla con asombro en su rostro. 

—Soy la nueva, Camille Tonks.

—No puede ser, eres idéntica a tu madre —dijo McGonagall con emoción en su voz— dime, Camille ¿qué necesitas?

Camille sonrío al escuchar el cometario sobre su mamá.

No era la primera vez que alguien le decía que era muy parecida a Andromeda y sabía que al llegar a Hogwarts recibiría varios comentarios de este tipo.

—Necesito ir con el profesor Dumbledore antes de que empiece la ceremonia de bienvenida, pero no sé en donde se encierra su oficina.

—Sígueme, querida. Es por aquí

Camille la siguió por los largos y grandes pasillos de Hogwarts hasta llegar al tercer piso en donde McGonagall se detuvo enfrente de la estatua de una gárgola la cual, es el acceso a la oficina de Dumbledore.

—Aquí es, ahora párate justo ahí. —señaló la estatua— ¡Pastel de limón!

En ese momento la escalera comenzó a ascender haciendo que Camille tambaleara un poco y luego ésta se detuvo en la entrada de la oficina.

—¿Profesor Dumbledore? —preguntó dando un paso al frente.

—¿Sí? —contestó Albus Dumbledore acercándose hacia la entrada— Oh, Camille querida. Pasa, no te quedes ahí afuera, ven entra.

—Gracias.

Entró y lo siguió hasta su escritorio.

El lugar era una gran sala circular con varias ventanas y retratos de los directores pasados, miles de libros y una serie repisas en las que se ubicaban delicados instrumentos de plata que giraban y emitían pequeñas bocanadas de humo.

También se podía ver una esquina al Fénix de Dumbledore; Fawkes y por otro lado se encontraba el pensadero.

—Bien, como sabrás; tus compañeros ya están cursando su tercer año y hay varias cosas que debes saber.

Camille asintió y él le empezó a explicarle lo básico: el sorteo de las casas con el sombrero seleccionador, como se ganan y se pierden los puntos, las materias, los periodos vacacionales, etcétera.

—¿Te quedó todo claro?

—Así es, todo claro.

Tomó una hoja— Aquí viene tu horario y tu dormitorio. —se la entregó— Si te surge alguna duda no dudes en venir a hablar conmigo. Ya te puedes retirar, te veré en unos minutos en el Gran Comedor.

Camille se despidió y salió de la oficina.

Mientras caminaba hacia el gran comedor escuchó una voz masculina a sus espaldas.

—¿Tía Andromeda?

Se quedó parada durante unos segundos a la mitad del pasillo hasta que decidió voltear.

Se dio la media vuelta y vio a un chico rubio, bastante atractivo, alto y de ojos grises mirándola con curiosidad.

—Perdón, creí que eras-

the half-blood princess. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora