diez: 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎

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Al día siguiente, Camille se encontraba saliendo del baño después de haberse dado una ducha cuando se encontró con Daphne quien la miraba con intriga.

—Buenos días, ¿hablamos?

—Buen día —saludó— ¿Hablar sobre que?

—¿Qué pasó entre Pansy y tú ayer?

—¿Cómo te enteraste?

—Tienes el sueño tan pesado que no notaste que, anoche cuando llegue, Pansy estaba en un mar de lagrimas y muy alterada.

—Hice lo que tenía que hacer —se encogió de hombros— no iba a seguir tolerando que le hablara así a mi mejor amiga y lo mismo hubiera hecho por ti, por Astoria, por Ginny y hasta por Luna con la cual apenas he cruzado unas cuantas palabras.

—Claro, te entiendo y estoy completamente de tu lado —sonrió sin mostrar los dientes— En otras noticias, George me invitó al baile.

Chilló— ¡Lo hizo! ¿Cómo fue?

—Me llevo al lago, se arrodilló y me dijo: "Daphne Greengrass, eres la niña más controladora que conozco, pero lo que tienes de controladora lo tienes de hermosa. ¿Quieres ir al baile conmigo?" —citó— Y le dije que sí.

—Qué... peculiar —sonrió— me alegro mucho por ti, cariño.

Daphne asintió sonriendo.

Las dos amigas bajaron a la sala común y caminaron hacia el Gran Comedor, al llegar vieron que ahí ya estaban los gemelos, Ginny, Astoria y el trío de oro.

—Buenos días —saludó Astoria— hasta que bajan.

—Se nos hizo un poco tarde —comentó Daphne— ¿De qué nos perdimos?

—De casi nada —habló Ginny— solamente de que George ha estado hablando todo el tiempo de ti y de que serás su pareja de baile.

George le lanzó una mirada fulminante— ¡Ginevra Molly Weasley!

—Sabes que no me gusta que me digan Ginevra.

—Entonces deja de estar de chismosa —la reprendió.

—Gracias por la información, Ginny —soltó una risita— George, si sirve de algo, yo también estaba hablando con Cam de lo mismo hace rato.

—Sí, mucha información para las ocho cincuenta de la mañana —dijo mientras se sentaba a lado de Hermione.

La abrazó por los hombros— Hey, ¿qué pasa, mala noche?

—Te cuento después —susurró.

Hermione asintió.

Terminaron de desayunar y fueron a todas sus clases del día.

Camille salió de su última clase y decidió ir al patio a sentarse un rato sola a observar los arboles y pensar. Unos minutos después escuchó unos paso detrás de ella, volteó y sonrió levemente al ver a Hermione.

—¿Puedo? —señaló el espacio vació en la banca.

—Claro.

Tomó asiento y recargó su cabeza en el hombro de su amiga— ¿Ya me dirás que es lo que te pasa?

—Tú misma lo dijiste en la mañana —dijo— mala noche.

—No solo me refiero a hoy. Ayer también estabas así y no me vayas a decir que no tienes nada porque soy tu mejor amiga y te conozco.

Eso era completamente cierto; Hermione la conocía a la perfección y Camille lo sabía. No podía ocultarle absolutamente nada.

Suspiró y decidió contarle la verdad— El vestido solo lo envió mi papá. Creo que mamá sigue molesta conmigo por mi insistencia de venir aquí y porque... —calló al darse cuenta de que tal vez ya había hablado de más.

the half-blood princess. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora