veintisiete: 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦

84 5 0
                                    

Era la mañana del veinticuatro de julio de 1994 cuando Camille despertó gracias a que escuchó un par de golpes en la puerta de su habitación.

Abrió los ojos y se sorprendió al ver a su hermana de pie a un lado de su cama.

—Buenos días, hermanita.

—Dora. —exclamó mientras se incorporaba— ¡Volviste!

—Claro, vine a despedirme y a desearte suerte.

—Sé que la voy a necesitar. —suspiró— Me cuesta admitirlo, pero tengo miedo... hay algo que me asusta.

—Puede ser el hecho de que nunca has pasado vacaciones lejos de nosotros y, hay que admitir, que estar con los Malfoy intimida bastante, pero hey, vas a estar bien.

—Supongo que sí. —sonrió de medio lado— ¿Ya está listo el desayuno?

—Apenas lo prepara mamá. —dijo— Te recomiendo que primero arregles tus cosas y después bajes a desayunar.

—Claro, gracias, Dora.

Nymphadora sonrió y salió de la habitación de su hermana.

Camille comenzó a empacar las cosas que creía necesarias, también tomó una pequeña bolsa de mano y guardó en ella su varita junto a unos libros para el camino.

—Buenos días, cielo —saludó Andromeda en cuanto vio a su hija bajar las escaleras.

—Buen día.

—Desayuna, ya casi vienen por ti, —dijo Ted después de depositar en beso en la frente de Camille— iré por tu baúl.

Ted se Apareció escaleras arriba y a los pocos segundos ya estaba de nuevo en la sala junto con el equipaje de su hija menor.

Aún faltaban quince minutos para las doce, tiempo suficiente para desayunar y estar lista para cuando llegaran por ella.

—Estas nerviosa, ¿cierto? —preguntó Andromeda mientras recargaba sus antebrazos en la barra de la cocina donde desayunaba Camille.

—Un poco, se siente raro ir a una casa extraña, en un lugar extraño con personas extrañas, —dio un mordisco a su pan tostado— pero estaré bien, sé adaptarme.

—Sabes que si quieres regresar, iremos por ti en cuanto lo pidas, —comentó Ted— no importa el día ni la hora.

—Camille va a estar bien —dijo Nymphadora quien entraba a la cocina en ese instante— No necesita que la rescaten.

—Gracias —se dirigió a su hermana.

Y justo cuando el reloj marcó las doce horas del mediodía, el timbre de la puerta de entrada sonó haciendo que la familia Tonks se sobresaltara.

Ted fue a abrir, ahí en la puerta se encontraba un hombre delgado, alto y con el largo cabello lleno de canas atado en una coleta

—Buenas tardes. —dijo en cuanto la puerta se abrió— Vengo por la señorita Camille Tonks en nombre de la familia Malfoy.

—¿Yaxley? —Andromeda se asomó por la puerta de la cocina y se acercó a donde estaba su esposo y Corban Yaxley.

—Hola, Andromeda, cuanto tiempo.

—¿Ahora sirves a la familia de mi hermana? —preguntó con el ceño fruncido y un leve tono de ironía en su voz.

—No, es solamente un favor.

Camille, con baúl y bolso en mano, y Nymphadora miraban muy atentas la conversación. Las hermanas no tenían idea de donde su mamá podría conocer a ese hombre.

the half-blood princess. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora