veintidós: 𝑐𝑎𝑟𝑐𝑎𝑗𝑎𝑑𝑎𝑠

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La mañana del día siguiente estaba más cálida de lo habitual, el sol rebotaba por todas las paredes del castillo haciéndolo ver muy acogedor.

Eran aproximadamente las ocho veinte de la mañana cuando Daphne se encontraba despertando a Camille del amigable sueño que estaba teniendo con Cedric.

—Cam, buen día. —saludó— Ya es hora.

—Sí, ya voy. —se quejó— Estaba teniendo un sueño bastante agradable.

—¿En verdad? —encarnó una ceja curiosa.

Asintió— No recuerdo de que se trataba, pero me dejó una linda sensación.

—Bien, pues espero que ese buen humor dure todo el día, porque tenemos algo que comentarte.

—¿Tenemos quienes?

—Ya sabes; Hermione, Astoria, Georgie, Ginny, etcétera.

Camille asintió con la cabeza aún sin saber qué era lo que estaba por suceder, pero sabía que debía darse prisa.

Se levantó de su cama y se dirigió al baño para darse una ducha rápida, se alistó y bajó a la sala común para encontrarse con Daphne.

El camino hacia el Gran Comedor se resumió en una Camille siendo interrogada por su amiga acerca de la tarde-noche anterior.

Camille le contó con lujo de detalles lo sucedido con Cedric y era la primera vez que Hermione no era la primera en enterarse de todo.

Cuando llegaron al comedor, se dirigieron como de costumbre a la mesa de Gryffindor en donde ya estaban la mayoría de sus amigos presentes.

—Que bueno que ya llegaron. —dijo Astoria— Ven, Cam, toma asiento que tenemos algo que decirte.

Camille se sentó a un lado de Hermione quien la recibió con un fuerte abrazo.

—No es nada emocionante, pero de todas formas lo tienes que saber —comentó Harry.

Soltó una risita— Da igual, ya díganme.

—Bien, pues —empezó Hermione— para que no nos suceda de nuevo el estudiar a última hora como en los exámenes finales de invierno; ayer, mientras estabas con Cedric, decidimos hacer un pequeño grupo de estudio a partir de hoy hasta el viernes. Tenemos el tiempo justo para poder estudiar bien todo y sacar buenas notas. —respiró hondo a causa de la velocidad en la que habló— ¿Qué dices?

—Tenías razón, Harry; no fue nada emocionante, —vaciló— pero sí, acepto.

—Y también decidimos que fuera a las diecisiete treinta horas, ya sabes, para tener al menor una hora para poder comer, o algo por el estilo, después de que terminen las clases.

—Ronald, ¿podrías dejar de pensar en comida por primera vez en tu vida? —inquirió Hermione a lo que Ron únicamente respondió con poner los ojos en blanco.

—Seríamos los mismos de la vez pasada, pero si quieres puedes invitar a Cedric —sugirió Ginny con una sonrisa.

—Lo tendré en cuenta, aunque de todos modos, estudiaré pociones con él por separado; ayer me lo pidió.

—¿Qué? No, Camille, —reprochó Daphne— sabes muy bien que Georgie, Fred y yo te necesitamos para pociones.

—Lo sé y por eso será en otro horario, tranquilízate. —contestó— Por cierto, ¿en dónde están los gemelos?

—Fueron a apartar un salón para la tarde —informó Ron.

—Sí y así no tendremos problemas con la señora Pince y podremos hablar en voz alta si queremos —complementó Harry.

the half-blood princess. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora