trece: 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑢𝑙𝑝𝑎𝑠

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Un mes después Camille se encontraba en plataforma nueve tres cuartos despidiéndose afectuosamente de sus padres.

—Te voy a extrañar mucho —depositó un beso en su frente— Escríbeme en cuanto llegues.

—No dudes en escribirme si necesitas algo —añadió Ted mientras abrazaba a su hija.

—Ni cuando me fui por primera vez se pusieron así de sentimentales —rió— y claro que les voy a escribir.

Sonrió— No olvides lo mucho que te amamos.

—Nunca, mami.

Se despidieron y Camille entró al Hogwarts Express.

Caminó por el pasillo hasta que encontró una cabina vacía, entró y dejó sus cosas.

Minutos después escuchó tres voces las cuales conocía muy bien; eran Harry, Hermione y Ron acercándose a su cabina.

—¡Cam! —chilló Hermione en cuanto la vio y corrió a abrazarla.

Le devolvió el abrazo— ¡Mione! Te extrañé mucho.

—Yo a ti, como no tienes idea —se sentó a su lado.

—¿Para mí no hay abrazo? —preguntó Ron sonriendo.

—Claro que sí —lo envolvió con sus delgados brazos— y también para ti, Potter.

—Te extrañamos, Cam —dijo Harry al separarse del abrazo.

Unos treinta segundos más tarde, el expreso comenzó a moverse y los cuatro amigos tomaron asiento, comenzaron a conversar sobre sus vacaciones y evitaban tocar el tema de Fred a toda costa.

Al cabo de unas horas, llegaron a Hogwarts, subieron a los carruajes y fueron al comedor.

—Hola, Cam —saludó Ginny quien venía acompañada de sus dos hermanos mayores.

"Mierda" pensó Camille al tener a Fred justo enfrente.

—Hola, Gin —trató de disimular su nerviosismo— George.

George sonrió en forma de saludo y la abrazó.

Al separarse del abrazo, Fred se aclaró la garganta.

—Hey, ¿salimos? —ni siquiera podía verla a los ojos.

Solamente se limitó a asentir.

Ambos salieron al pasillo para poder hablar tranquilos y sin las miradas curiosas de sus amigos.

—Yo —empezó— en verdad lo siento, Cami.

—Como le dije a George; voy a tratar de ser tu amiga y de superar lo que sea que haya sido eso que hubo entre nosotros.

Alzó ambas cejas— Wow, creí que me gritarías y me dirías cosas horribles como Ron y Ginny todas las vacaciones.

—¿Te gritaron y dijeron cosas horribles? —se burló y soltó una risita— Se los agradeceré luego.

—Como extrañaba tu risa —acarició su mejilla.

the half-blood princess. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora