Capítulo 29. Carpeta Manila.

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Lilibeth's POV.

Despierto un poco desorientada, lo primero que veo al abrir los ojos es un  cable conectado a mi brazo izquierdo. Una oleada de recuerdos me invade, la fiesta sorpresa de revelación de sexo, la puerta ser abierta y segundo después gemidos provinientes de la sala para por último ver su cuerpo unido al de ella y completa obscuridad.

Mis manos rápidamente viajan a mi estómago rogándole a quien sea que esté allá arriba que no me lo haya quitado, es lo único que me queda en esta vida no quisiera perderlo también. Me abrazo a mí misma controlando las ganas inmensas de llorar pero es inevitable.

Jonathan, ese chico de corazón y alma rota que me enamoro por completo, es el mismo chico que ahora a roto mi corazón sin consideración alguna.

La puerta se abre de golpe haciendo que me sobresalte, Mackenzie camina hacía mí con una sonrisa cínica en el rostro y unos papeles en la mano.

- Firmalos, no quiero que tú y ese bastardo que tienes en el vientre sean un inconveniente para cuando Jon y yo nos casemos. - dice lanzandomelos en la cara.

Con manos temblorosas sujeto la carpeta color manila, dentro de ella se encuentran varios papeles pero las palabras que más resaltan en ellos son divorcio y renunciar a todo el dinero que me pudiese tocar a mí o mí hijo. Mis ojos se comienzan a cristalizar pero no permito soltar ni una sola lágrima.

- No firmaré nada hasta que mi abogado revise los papeles y si es todo lo que necesitas te invito a que te retires, gracias- digo con voz firme haciendo que ella haga una mueca de disgusto que logra disimular con una sonrisa.

- Cómo quieras- dice dando la media vuelta y retirándose de la habitación.

Solo hasta que la veo pasar la puerta me permito llorar pero no es cualquier llanto, es ese tipo de llanto que te desgarra el alma y no te permite respirar. Intento levantarme para irme de este lugar pero mis piernas fallan y me derrumbó en el suelo, mis manos siguen sujetando con fuerza la carpeta y sollozos salen de mi garganta.

Escucho la puerta siendo abierta de nuevo pero no me levanto, pues no puedo hacerlo. Unos brazos me levantan del suelo y justo en ese momento todo se vuelve negro.

Malas decisiones. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora