Día 4: Vodka (4/4)

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Continuaban encontrándose en reuniones relativas a las investigaciones que el FBI llevaba en conjunto con la LSPD y la LSSD y en múltiples atracos y persecusiones.

Se dedicaban algunas sonrisas sinceras, sólo para indicarse que se alegraban de verse nuevamente. Aún así, después de aquella emotiva reunión en la sede de la LSPD, Viktor se había quedado con ganas de conocer un poco más sobre lo que había sido la vida del ahora jefe del FBI en su ausencia.

Es por esto que ahora se encontraba en la puerta de su casa, con una botella de vodka, rezándole a lo que fuera que estuviera en el cielo que Horacio se encontrara en casa.

Dió dos golpes en la puerta, sintiendo sus manos comenzar a sudar por los nervios. Mentiría si dijera que no había pasado la tarde ensayando las palabras exactas que diría cuando le abrieran la puerta.

Palabras que olvidó por completo cuando escuchó la puerta abrirse, dando paso a un despeinado Horacio con la mitad de los botones del uniforme abiertos.

Ya se encontraba lo suficientemente nervioso por el simple hecho de aparecer tan repentinamente en su puerta para ofrecerle beber unos tragos, pero verlo tan relajado y despreocupado en la tranquilidad de su hogar le recordaba que ahí, en el fondo, seguía siendo el mismo.

Sintió el calor apoderarse de sus mejillas, mientras sus labios se movían torpemente en un intento de formular una oración, viéndose interrumpido por el de cresta.

-Buenas noches, Volkov. - saludó - ¿Ocurre algo?

-No, eh... yo... eh... ¿Vodka? - levantó la botella, enseñándola.

-Adelante, pasa. - se hizo a un lado, sintiendo una sonrisa dibujarse en su rostro. Siempre le gustó poner nerviosa a la gente, en especial al frío y serio comisario Bombón.

-Traje Vodka- se apresuró a decir, dejando con cuidado la botella en la mesa del living, para darse cuenta de inmediato de lo que acababa de decir. Se maldijo a sí mismo y trató de mantenerse tranquilo.

-Iré por un par de vasos, puedes sentarte si quieres. - caminó hacia la cocina, acomodando su ropa y peinando su cabello con sus manos.

Tomó dos vasos, caminando de regreso hacia la sala donde se encontraba sentado el comisario, quien agradecía que Horacio hubiera pasado por alto el detalle.

Depositó los vasos en la mesa con cuidado, tomando asiento al lado de Volkov. A pesar de ser menos evidente, él también se encontraba nervioso por la situación, aunque sabía que alguno tenía que llevar las riendas de esa reunión si querían que todo salga bien.

-Y... bien, ¿a qué debo agradecerle tu visita? - rompió el silencio el moreno.

Viktor llenó uno de los vasos con el líquido para después beberlo de un solo trago, intentando tomar todo el valor necesario del alcohol. Era más sugestión propia, pues era consciente de que un simple vaso no le haría nada, sin embargo, le ayudaba a tomar más confianza culpando al vodka.

-Pues... mi turno terminó algo pronto y no me apetecía beber solo. - dijo en un tono más confiado, mientras llenaba nuevamente el vaso.

-Pues gracias por considerarme, supongo - soltó una pequeña risa, mientras veía a Viktor beberse nuevamente el vaso de un solo trago - ¿no es eso demasiado alcohol?

-Para mí esto es como agua - justificó. En realidad los nervios le secaban la garganta, haciendo que pierda la cuenta de cuánto alcohol bebía.

-Ojalá tener esa resistencia - ambos rieron ante el comentario, recordando cuando bebieron en el apartamento del ruso, finalizando aquella velada con un Horacio inconsciente balbuceando en la cama de Volkov.

El vodka comenzaba a subirle a la cabeza, sintiéndose más seguro y pensando mucho menos lo que decía al hablar.

-¿Y cómo te va la vida, Horacio? ¿Tienes pareja? - la pregunta descolocó al de cresta, quien ya comenzaba a notar las palabras arrastradas en la voz del ruso.

-No, no tengo pareja. - comenzó a reir suavemente - creo que es mejor que dejes de beber por hoy. - le quitó el vaso de las manos, observando cómo éste tomaba la botella y comenzaba a beber directamente. - Volkov, ya es suficiente - la situación le hacía gracia, nunca se imaginó ver al comisario en ese estado, con un comportamiento caprichoso e infantil escondiendo la botella a un costado.

-¡No! ¡Es mío! - se puso de pie, levantando la botella para que Horacio no la alcanzara.

El ruso reía mientras continuaba levantando la botella, mientras federal saltaba para alcanzarlo, pero no lograba llegar. De no ser porque comenzó a marearse, no habría podido quitársela.

Volkov se dejó caer en el sofá, sintiendo cómo todo su cuerpo comenzaba a pesarle y sus párpados se cerraban involuntariamente.

Horacio se acercó con cuidado, acomodándole recostado de lado en el sofá, para evitar algún accidente durante la noche. Le colocó uno de los cojines en la cabeza, para después traer una de las cobijas de la habitación para cubrirle.

Al sentir la tibia manta caer sobre su cuerpo, tomó la orilla, llevándosela a la nariz y aspirando fuertemente, para después liberar el aire y soltar una pequeña risa.

-Huele a Horacio. - dijo riendo, entre balbuceos.

-Ya lo creo - respondió el agente, sonriendo ante la divertida escena.

Habría dicho algo más de no ser porque comenzó a escuchar unos ligeros, casi imperceptibles ronquidos provenir del comisario.

Sonrió nuevamente, definitivamente no olvidaría esa noche, donde los papeles se invirtieron y el que quedó inconsciente gracias al alcohol fue aquél ruso que tanto aguante presumía.

Su sonrisa se borró enseguida, dando paso a un fuerte sonrojo cuando escuchó al ruso balbucear entre sueños: "Sí, Horacio, me gustas".

----FIN----

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Bueno, aquí termina el primer AU. Los siguientes serán fragmentos independientes 💖

Espero que les haya gustado 💖

ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora