Día 7: Insomnio mutuo (2/3)

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—Continuación del día 6.

—Los mensajes con "→" son de Horacio, y los de "←" son de Volkov.

★★

La noche había caído por completo en la ciudad, el manto oscuro cubría Los Santos, puntos luminosos se visualizaban tenuemente en el cielo, tintilantes y lejanas.

Horacio se hallaba recostado en su cama, se encontraba todavía en trámites con la mudanza, desempacando cajas y decorando las habitaciones.

Es por eso que, usualmente, al caer la noche, el cansancio podía con él, haciéndolo caer dormido casi al instante, para despertar al día siguiente y continuar con su rutina.

Ese día era diferente. Haber visto al ruso de nuevo había revuelto todos los pensamientos en su cabeza, muchas preguntas habían inundado su mente.

Mantenía la mirada fija en el techo, perdido en algún punto de la discreta pintura blanca, mientras en su mente surgían cada vez más dudas.
¿Qué hacía ahí? ¿Dejó la policía? ¿Dónde había estado? ¿Por qué se fue sin avisar?

Deseaba respuestas, cosa que le impedía ser envuelto en el sueño a pesar del cansancio que inundaba su cuerpo.
Sabía que estaría destrozado al día siguiente si no dormía, pero simplemente no podía. No hasta conseguir respuestas.

Se dió media vuelta en la cama, para estirar su brazo perezosamente, tomando su móvil desde la mesita de noche situada a un costado.

Deslizó su dedo una y otra vez, subiendo y bajando en su lista de contactos, preguntándose si debería hacer lo que rondaba por su mente.

Finalmente, tratando de convencerse de que era sólo para su paz mental y para avanzar tranquilamente en su investigación, presionó el contacto con el nombre de "VV.".

Observó la conversación vacía por unos segundos, tecleando y borrando el mensaje una y otra vez, hasta que, decidió simplemente presionar el botón de enviar.

→Hola, soy el mago.

No quería decirle su nombre real a través de un mensaje, temía que alguien de su organización pudiera leerlo y eso podría poner en peligro a ambos.

Pasó unos minutos esperando una respuesta, impaciente, observando la conversación y leyendo una y otra vez su mensaje, comenzando a considerar borrarlo, cuando de pronto vió cómo debajo del nombre de contacto aparecía "escribiendo..."

Observó la hora: 3 a.m. ¿Qué hacía Horacio despierto a esa hora?

Se dispuso a responder el mensaje, sin poder evitar esbozar una sonrisa ante la forma de presentarse. Supuso los motivos de aquello, así que decidió no preguntar más sobre el tema.

←Priviet, ¿cómo se encuentra?

→Bien, aunque no he podido dormir.

←Yo tampoco, la verdad.

Era una conversación simple, pero no podía evitar sentir su corazón acelerarse, nunca, desde que volvió a la ciudad, creyó que se encontraría mensajeándose con el ruso en la madrugada.

Recordó el motivo de su mensaje, así que decidió abordar el tema, temía que el contrario lo tomara mal, pero la única forma de saber era preguntando.

→¿Ya me vas a explicar lo de hoy?

←No puedo explicarte por mensaje.

Analizó la respuesta. Tenía sentido. Si iba a hablarle sobre la organización, alguno de los miembros o el por qué y cómo se encontraba metido ahí, era demasiado riesgoso hablarlo por mensaje.

→¿Entonces?

←📍[UBICACIÓN]

Marcó la ubicación en el GPS del móvil, analizando el lugar donde lo había citado.
Era una zona un poco alejada de la ciudad, pero cercana a la nueva sede del FBI.

Decidió ir. Sabía que era riesgoso, podría ser una trampa. Quería pensar que no lo era, que Volkov no le dañaría, pero no podía tener nada por seguro.

Así que, suspirando, abrió la puerta de su hogar, saliendo y dirigiéndose a su garage, en donde subió a su mini, marcando el sitio en el GPS del auto y partiendo hacia su destino, no sin antes dirigirise a la sede del FBI.

Se sentía culpable de tan sólo considerar la posibilidad de una trampa, le dolía desconfiar del ruso, pero la vida le había enseñado a no confiar en nadie, mucho menos en aquellos que fingen ser tus amigos.

En su mente sabía que el ruso tenía motivos para odiarlo, comenzando por el disparo en la pierna que lo dejó a la deriva frente a Pogo.

Llegó a la sede, dirigiéndose rápidamente a la armería, en donde se encargó de tomar su pistola, junto con un cargador que esperaba no tener que utilizar.

Se colocó el chaleco antibalas por debajo de la playera que llevaba puesta, intentando disimularlo con la esponjada chaqueta de cuero sintético que llevaba para protegerse del frío.

Finalmente, salió de la sede a pasos veloces, no podía tardar demasiado en llegar. Subió nuevamente a su vehículo, poniendo dirección hacia la ubicación que había recibido en el móvil minutos atrás.

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Esta vez decidí hacerle una continuación al día 6, serán 3 partes y esta es la segunda <3

Es bastante corto, lo sé, pido disculpas :(

Espero les guste 💖

ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora