Día 25: Anillo de matrimonio (1/4)

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Había sido una temporada intensa para la iglesia, así como para el registro civil, pues todas las parejas de Los Santos estaban comenzando a contraer matrimonio.

La mayoría de los agentes de la LSPD había celebrado ya sus bodas, invitando siempre al comisario, quien asistía acompañado del moreno, pues éste era quien le convencía de asistir a las bodas, insistiendo en que era buena excusa para afianzar la relación con sus compañeros de la malla.

También habían asistido a las bodas de algunos Sheriff, pues el de cresta se llevaba bien con varios de ellos, además de haber asistido a la boda de Dominik, quien ya conocía la verdadera identidad de Horacio. La fiesta fue de antifaces, por lo que no corrieron mayor riesgo de ser reconocidos.

Volkov ya estaba cansado de la misma pregunta por parte de los demás: ¿cuándo se casarían ellos?

Él había comenzado a preparar la proposición hacía ya varios meses, pues quería que todo saliera perfecto, sin embargo, no lo había comentado con nadie más que con Willy, pues, de sus personas de confianza, era quien más conocía a Horacio y quien estaba seguro de que sabría guardar bien un secreto. Además, el moreno no solía hacer preguntas cuando le pedía reunirse, por lo que podría ser el medio perfecto para llevarlo al sitio en el que se lo propondría.

No pensaba hacer algo demasiado grande, planeaba simplemente una cena romántica en la playa, con algunas flores y velas, pero quería esperar a que la vida de ambos estuviera más tranquila y estar seguro de que ambos se sentían preparados para dar ese paso.

Había notado a Horacio más desanimado en cada ocasión en la que les preguntaban, sabía bien -por medio de Willy- que éste siempre había tenido la ilusión de una propuesta romántica, de casarse con la persona indicada y formar una familia.

Sabía que Horacio no le comentaría sobre la idea de casarse, pues no quería hacerlo sentirse presionado. Cada vez que les preguntaban, éste respondía únicamente con una ligera risa forzada para después proponer ir a bailar o cualquier cosa que los alejara de la situación.

Los operativos e infiltraciones habían finalizado hacía unas semanas, por lo que de momento se encontraban tranquilos, aprovechando el tiempo juntos, pues no sabían en qué momento la delincuencia incrementaría y se llenarían de trabajo nuevamente.

Tras analizarlo un poco, puso fecha y hora a la proposición, comenzando ya a informar a algunas personas a las que les pediría ayuda para llevarla a cabo, pues ciertas cosas podrían levantar sospechas si las hacía él; después de todo, Horacio seguía siendo un agente del FBI y gracias al club de marujas terminaba por enterarse de todos los chismes de la ciudad.

Primero, le pidió ayuda a Kovacs, quien al parecer fue de los más emocionados con la noticia, haciendo que el ruso se alterara ante la idea que gracias a la emoción arruinara la sorpresa, amenazándolo con degradarlo si llegaba a decir algo. Éste sería el encargado de comprar las rosas y algunas velas, estaba casado y era común que comprara aquellas flores para su esposa, por lo que no sería raro verlo saliendo con aquellos objetos.

Estaba seguro de que, si iba a comprarlas él mismo, no pasaría ni un día antes de que toda la ciudad comenzara a correr la voz de que el frío comisario ruso fue visto comprando objetos tan románticos, chisme que claramente llegaría a oídos de su pareja.

Tampoco quería dejar todo en manos de Kovacs, por lo que, aunque no le gustaba la idea, pues su relación con él no era la mejor, tuvo que pedirle ayuda a Collins para que éste comprara champagne y vino tinto, además de pasar a comprar comida italiana, pues no quería arriesgarse cocinando algo que luego saliera mal.

Además, le pidió a Willy que sea él quien lo citara en la playa, inventándole alguna excusa. Volkov le diría que se quedaría a hacer papeleo hasta tarde, pero sería quien iría a preparar todo en la playa; no confiaba en que nadie lo dejara exactamente como él quería que quedara.

ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora