Por fin iba a hacer el trato de armas que llevaban semanas planeando. Dante y Adam habían conseguido contactos en una organización grande encargada de la producción y venta de drogas, logrando así acordar una venta de armas con ellos.
Era el impulso que les hacía falta para terminar de adentrarse más en el mundo de la mafia, por fin comenzarían a tratar con las organizaciones más importantes y así lograrían conseguir más información.
Llevaban todos el uniforme de su banda, una camisa en color blanco con una corbata roja, por encima una gabardina negra. Los pantalones entallados negros delineaban perfectamente sus ejercitadas piernas y los zapatos elegantes del mismo tono complementaban a la perfección el outfit.
Usaba un pasamontañas negro con una calavera dibujada enfrente, acompañado de una cadena de plata y un reloj fino en el mismo color, a pesar de que este último no se veía debido a los guantes de cuero negros que cubrían desde la punta de sus dedos hasta poco más allá de sus muñecas.
Bajaron del vehículo, tomando una actitud seria, completamente opuesta a minutos atrás, donde se encontraban cantando y bailando en el auto con las canciones que salían en la radio.
Tomó la delantera, siendo él quien quedaba de pie frente al líder de la otra organización.
Éstos no llevaban uniforme, iban todos vestidos completamente de negro, a excepción del líder, quien llevaba unos pantalones militares con una camisa verde oscuro de mangas largas. Usaba una pistolera en la pierna derecha y un pasamontañas negro, a juego con sus guantes del mismo color.
Encima del pasamontañas llevaba una mascarilla con estampado militar, la cual combinaba con una boina del mismo estilo.
Sus gafas oscuras terminaban de ocultar su identidad.
Aunque no para todos.
El federal no tardó en reconocer aquél outfit, le traía tantos recuerdos que sentía sus manos comenzar a sudar, un escalofrío le recorrió toda la columna, sin embargo, no podía salir corriendo de ahí.
No importaba cuánto le costara, debía mantener la compostura y la imagen que había creado para con su pequeña organización.
No podía ser él. Era imposible. Desapareció hace meses de la ciudad, nadie sabía nada de él. ¿Se había unido a una mafia?
Deseaba estarlo confundiendo con alguien más, pero en el fondo también deseaba que fuera exactamente quien él creía que era.Sólo quería terminar la venta y salir corriendo de ahí. Se dió cuenta que no sería posible cuando escuchó las palabras que salían de la boca del más alto.
-¿Pueden dejarnos a solas? Tenemos algo que hablar. - los integrantes asintieron, retirándose enseguida a su vehículo blindado desde el cual vigilarían que no le hagan daño a su jefe.
-¿Qué hacemos mago?- preguntó Dante.
-Espérenme en el vehículo. - respondió serio, manteniendo la compostura.
Una vez estando solos, pudo por fin liberar el aire que no se había dado cuenta que aguantaba desde que inició la reunión, soltando un pesado suspiro.
-Así que mago, ¿eh? - rompió el silencio.
-¿Qué haces aquí?- habló en un susurro.
-No puedo hablarle de eso aquí. - mantenía su postura segura y firme. - deme su móvil.
-¿Qué? ¿Ahora también asaltas? - respondió en tono de burla.
-Para agendar mi número, coño. - la vergüenza comenzaba a subir a su rostro.
Horacio le extendió el móvil, viendo cómo éste tecleaba su número y lo guardaba bajo el nombre de "VV". Recibió su móvil de regreso, guardándolo de nuevo en su bolsillo.
Finalmente, el más alto le extendió la mano, intentando disimular un poco más la conversación que acababan de tener, si es que se le podía llamar de esa manera.
-Dígales que acordamos otro trato de armas. - dijo rápidamente Volkov, mientras unían sus manos en un apretón.
Los pasamontañas escondían perfectamente el color carmín que se apoderaba de las mejillas de ambos al sentir el tacto a través de los guantes.
Mentirían si negaban que habían extrañado sentir la manera tan perfecta en la que sus manos encajadas, como si hubieran sido hechas justamente con el propósito de unirse en algún momento.
Una vez separaron sus manos del apretón, el cual duró más de lo usual, cada uno se dió media vuelta, regresando al vehículo donde se encontraba el resto de integrantes de sus organizaciones.
-¿Qué pasa, Mago?- preguntó Adam, curioso.
-Creo que seremos sus proovedores. - respondió, mientras una sonrisa se dibujaba por debajo del pasamontañas.
Encendió el vehículo, sintiendo la mirada del ruso encima suya. Presionó ligeramente el acelerador, retirándose del lugar.
Sentían sus corazones latir con fuerza, como lo hicieron años atrás.
Al parecer algunas cosas nunca cambian.
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Hasta aquí el día 6, espero que les guste. 💖
Sé que es bastante corto pero tampoco quería hacer algo largo que no me guste (?.
El outfit de V es el del simulacro de atraco a la joyería, el de Horacio es el de la mafia feliz.
No puedo poner ambas en la portada del capítulo así que puse la de V jsjsjs 💖
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Valentine
RomanceEste libro está hecho por el #VolkacioValentine. Habrá pequeños one-shots y algunos mini-au de algunos pocos capítulos. Espero que les guste.