Capítulo 5: Primera conexión.

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– ¿A dónde habían ido? ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué están como un desastre? ¿Qué les pasó? ¿Hacia dónde fueron? – Dice la Sra. Merlín, intentando mostrarse preocupada, pero pareciera fingir. Tiende su abrigo y su paraguas y se acerca a nosotros.

– Estábamos en la Clínica Central, el Sr. Hendrick está en cuidados intensivos, estábamos con él, vinimos acá para que Nathy se calmara un poco y volver a la Clínica. – Trato de explicar de manera rápida.

– ¿Tú dónde estabas? Mamá. – Añade Nathy.

–¡¿Perdón?! ¿Dices que todo ese alboroto fue por Hendrick? ¿Qué le sucedió? No entiendo nada… – Dice con un tono para nada importante.

– ¿No sabes nada al respecto? – Responde Nathy, volteándose y dirigiéndose al baño.

Hay mucha tensión en este lugar, las respuestas exclamativas de Nathy son un tanto incómodas para la Sra. Merlín, pero es que la reacción de ella por tal situación es totalmente confusa. Conecto miradas con la Sra. Merlín y me dice de todo con su mirada, creo que se refería a que sacara a Nathy de la casa o a que me fuera, pero lo cierto del todo es que no la dejaría sola, siendo sincero, esa señora ya me da mala espina.

– ¿Acaso crees que oculto algo? Nathaly. – Dice en tono serio.

Nathy sale del baño y tira la puerta con fuerza.

– No me sorprendería, primera vez que lo haces no sería. – Dice Nathy, como con desánimo.

¿Por qué la Sra. Merlín guarda silencio? Nathy me toma de la mano.

– ¿Sabes qué? Vámonos Eithan, acá no tenemos más nada que hacer.

Salimos de la casa y empezamos a caminar, nos dirigimos prácticamente hacia la nada, pasando 15 minutos pregunto:

– ¿Hacia dónde nos dirigimos? Cariño.

– No lo sé, pensé que íbamos a cualquier lugar que quisieras. – Dice con una pequeña carcajada.

– Bueno, de ser así, entonces se me ocurre una idea. – Le digo mirándola a los ojos, sonriendo y me devuelve el gesto.

Hemos llegado hasta la cafetería y nos sentíamos tan bien juntos que ni siquiera nos habíamos percatado de que estábamos agarrados de mano, desde que salimos de la casa de su madre.

Cuando volvimos en sí, fue cuando tomamos la orden y nuestras manos parecieron accionar de manera incoherente por el contacto que tenían nuestros dedos. Pareciera que debería permanecer así el resto de nuestras vidas.

Mientras tomábamos un café, noto a Nathy un poco distraída, sosteniendo la taza con las dos manos posando sus codos en la mesa, fuera de este mundo, perdida en el pensamiento. Por un instante me pregunté si así me veía yo en las tantas veces que ella se daba cuenta.

Chasqueo los dedos.
– ¿En qué piensas? Querida señora de los cielos y las tierras. – Vuelve en sí.

– Estaba pensando en mi papá, en mi mamá, en todo esto que está sucediendo. Todo fue tan raro hoy, te lo juro que no sabía que este día sería así. – Dice sin mover prácticamente ninguna extremidad de su cuerpo.

– Pienso lo mismo que tú. – Sorbo mi café. – Sin embargo, no me gusta verte así. ¿Quieres que vayamos a ver a tu papá? – Sugiero.

– Tú no debes entender nada de esto ¿me equivoco? – Me mira intacta.

– Estás en lo correcto, sin embargo, estoy aquí por… – Miro mi café.

– ¿Mí? – Me interrumpe.

– ¿Veremos a tu papá o no? – Evito.

– Lamento mucho haberte pedido que me acompañaras. – Dice bajando su mirada a su café.

– Oye – Le tomo su cara con mi mano. – No tienes nada que lamentar ¿Ok?

– Vamos por mi padre.

Nos levantamos, pago la cuenta y nos retiramos de la cafetería.

Apenas saliendo de la misma, mi mano automáticamente busca la de ella y lo más sorprendente es que las dos chocan mutuamente y antes que ella diga algo:

– Te tomaré la mano, no vaya ser que te pierdas por ahí y luego no te encuentre. – Le sonrío y se ríe.

– Es lógico que lo haces porque no podrías vivir sin mí, estoy segura de eso. – Dice con muchísimo ego.

No sé si sea bueno o malo, pero realmente tiene toda la razón.

"El final como el comienzo de una historia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora