Llegamos a la clínica central y preguntamos por el Sr. Lang, lo cual nos dejan perplejos con lo que nos dicen porque lo transfirieron a un hospital que queda aproximadamente a treinta minutos de distancia entre ese hospital y donde estamos actualmente. Nathy me mira una cara de desesperación y le digo que tome asiento y me espere mientras yo consulto a donde lo transfirieron y todo el trámite que le hicieron, preguntando porqué se lo llevaron si estaba en un estado crítico y aparte saber si por lo menos había despertado.
– Ya hablé con la asistente de consulta y me dijo que a tu padre le dieron de alta a un chica llamada Leidy Lang, la llevaron al Hospital del Norte y notó que la chica parecía desesperada, tenía lentes oscuros y unas pañoletas que le cubrían el rostro y no se le podía reconocer. – Le digo a Nathy mientras me siento a su lado.
Me sorprende la manera de ser de Nathy, el mundo puede estar derrumbándose, el mundo puede estar llegando a su fin, incluso su vida puede estar terminando en pocos segundos y la calma se adueña absolutamente de su ser.
– ¿Leidy Lang? – Reclama – ¿Quién carajos es Leidy Lang? ¿Qué ha pasado en mi familia desde que me fui? Todo esto es tan… – Se incorpora y hace una expresión con sus manos como no saber definir con una sola palabra lo que está sucediendo en estos momentos y la entiendo.
Mi celular vibra, es un número desconocido.
– Ni se les ocurra venir a este lugar, el Sr. Lang está en buenas manos, no se atrevan a aparecer por aquí, primera advertencia. –
Era la voz de una chica.
¿Será que le digo a Nathy? No quiero que siga pasando por esto, no se merece tanto. Pero… ¿Quién soy yo para decidir qué hacer con ella? Si ni siquiera tengo a mis padres.
– ¿Quién era? – Dice Nathy.
– Era de la escuela. – Evito conversación. – Debo ir a terminar algunos trabajos pendientes y entregarlos mañana. – La miro directamente a los ojos. – ¿Qué quieres hacer?
– Quiero ir a ver a mi padre. – Se levanta.
– No. – Le sostengo el brazo.
– ¿Qué sucede? – Me mira confusa.
– ¿Realmente mereces esto? Nathy. – Impongo.
– ¿A qué te refieres? – Sigue confundida.
– Es decir, vinimos con mucha ilusión a ver a tus padres, conocerlos, pasar un buen rato con ellos y hasta ahora mira por lo que hemos pasado… – Mira al piso aceptando que tengo razón.
– Tu mamá no nos da explicación de nada, tu padre ¿en un accidente de tránsito y con una herida de bala? – Lo digo como en tono de reclamación y me mira con esos ojos de nuevo.
Definitivamente no sé qué tienen, pero me encantan, son mágicos, no son normales, es decir ¿por qué antes no sucedía con otros ojos que no fueran los de ella?
– Creo que tienes razón… – Mira al piso de nuevo.
Inmediatamente me tranquilizo y le tomo la cara con mis dos manos.– Cariño, sé que todo esto es complicado, pero realmente siento que no mereces esto. – La beso.
Solo fueron unos segundos a los cuales ella me aparta, ni si quiera me mira y se marcha…
– ¡Nathy! – Grito.
La llamo e intenté seguirla, pero no respondía, ni siquiera volteaba… Y no es nada, ahora tengo dos misterios en mi cabeza: el primero es ¿por qué Nathy reaccionó de esa manera?, y ¿quién carajos me llamó diciéndome que no fuéramos al Hospital del norte?
Algo que sí tengo bien claro es que Nathy no merece todo esto, sencillamente sé qué se siente no tener padres y no me gustaría que sufriera ese vacío interno y desolado, no tener a nadie con quién conversar, no tener ni siquiera a alguien para comentarle como estuvo su día y aparte no tener a quién hacer sentir orgulloso.
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"El final como el comienzo de una historia"
RomanceEithan, posiblemente con muchos errores y malas decisiones en su vida toma rumbo a un destino que solo corresponde a alguien, a quien menos lo espera, a quien solo lo ama de verdad, a quien le corresponda, aunque no se dé cuenta...