Capítulo 18: El inicio.

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– Mira, mira, mira… – Dice Luna mirándonos y luego mirando a Michael como esperando quien empezaría con su sermón.

– ¡¿Estuviste con él todo este tiempo?! – Le pregunta Michael a Nathy con una voz fuerte.

– A ella no le estés hablando de esa manera… – Le digo pasivamente e  incorporándome pero siento el apretón de las manos de Nathy, que me hace permanecer en calma.

– ¿Sería un descaro si pregunto en dónde estaban? – Dice Luna con indiferencia.

Al parecer no le importa mucho el asunto pero no es bueno que Luna esté aquí, para nadie.

– ¿Por qué no contestabas mis mensajes y mis llamadas? – Pregunta Michael ansioso.

– No me dio la gana. – Dice Nathy con muchísima serenidad.

– Ya lo entiendo todo… – Dice Michael y se recuesta en su cama.

La habitación es un tanto grande, pero reconfortante, cualquiera se sentiría a gusto aquí. Pero el entorno actualmente no es el apropiado.

– ¿Tú qué haces aquí? – Le pregunto a Luna.

– Si yo fuera tú, no diría ni una palabra. – Responde con Luna con la misma indiferencia.

Las manos de Nathy están congeladas, por reacción lo que hago es tomárselas y tratar de calentarlas, pero mi intuición me dice que algo malo pasará aquí.

– Nosotros nos vamos. – Sugiero.

– No. – Responde Nathy. – Yo sí quiero saber quién eres. – Dice sugiriéndose a Nathy.

La respiración de Nathy no es normal.

– Yo sí me voy. – Luna recoge sus cosas. – Pero solo te diré una cosa, querida. – Se acerca a mí y no me quita la mirada. – Soy Leidy Lang. – Mira a Nathy y se retira.

Por un momento siento como las manos de Nathy pierden su tacto con mi brazo e inmediatamente se cae.

Michael se levanta a ver cómo está Nathy pero no se lo permito.

– Tú aléjate. – Le sugiero a Michael.

– Llévala al médico inmediatamente. – Dice preocupado.

– ¿Ella sufre de algo? – Pregunto, mientras cargo a Nathy y la sostengo en mis brazos.

– ¡Llévala ya! – Yo debo irme.

¿Qué mierda?

Salgo corriendo con Nathy en mis brazos hacia el auto, realmente no me importa qué esté sucediendo, pero es primera vez que veo a Nathy en esta situación.

Me llena de ira y frustración como Michael, quien es su “novio” no sabe cómo tratarla, al menos pudo haberme acompañado para ayudarme… Pero no seguiré pensando en eso, ahorita Nathy es mi prioridad.

A Nathy se le salen un par de gotas de sangre por la nariz y me preocupo muchísimo más. Llego al auto, como puedo abro la puerta y qué casualidad… No hay absolutamente nadie cerca.

¿Qué tendrá Nathy?

Arranco el auto dejando marcas de los neumáticos en el piso y mi mente se hace miles de preguntas, tanto por la situación de la salud de Nathy como por la situación de que Luna estuviera con Michael… Pero realmente lo que deseo en estos momentos es que Nathy esté bien.

Ya estamos en la clínica donde llevamos al papá de Nathy. Le busco la presión arterial a Nathy en el cuello y la consigo, la vuelvo a cargar de nuevo y salgo corriendo a la clínica pidiendo ayuda, se acercaron un par de paramédicos pidiendo camillas y se llevan a Nathy adentro…

– Por favor, atiéndala rápido. No sé realmente qué le sucedió. – Digo mientras se llevan a Nathy por el pasillo hasta la última puerta que logré observar.

Espero que Nathy esté bien…

"El final como el comienzo de una historia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora