Capítulo 24: ...

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Es reconfortante sentir cuando una persona quiere conocer de ti, quiere saber tus secretos, tus miedos, tus habilidades, las cosas que haces cuando estás en tu tiempo libre y aparte, no te juzga, no te critica y hasta se da cuenta que tienen muchas cosas en común.

Estar con Nathaly es así, ella no se enfoca en cualquier cosa que no sea más que en disfrutar con quien está, aprovechar los momentos, sentir esas sensaciones que la hacen escapar de la realidad pero al mismo tiempo mantener en ese pensamiento que todos somos temporales, nunca nos quedamos para siempre. Ella está muy consciente de eso.


Muy en el fondo deseamos que algunas cosas sean eternas. A mí me pasaba. Quería que así fuera con Nathy.

- No es muy interesante saber de mí, en realidad. - Digo con desinterés mientras sorbo el café mirando distraído.

- A mí no me importa eso. Quiero saber de ti. - Dice ignorando mi estado.

- Está bien. - Tengo como obligación hacer lo que me pida, quizá no sea así, pero soy masoquista con ella.

Le comento la mitad de mi vida, le hable del abandono de mi padre, del fallecimiento de mi madre, de cómo me iba en mis estudios, de las cosas que hacía de niño, de los pensamientos que me fueron influyendo a través de cada día que despertaba y Nathy estaba ahí, escuchando como si fuera lo más interesante que hubiera escuchado jamás.

Me tomó de las manos cuando le comenté sobre lo de mi madre.

- Estoy muy segura de que ella estaría orgullosa de ti. - Me regala una sonrisa.

Para terminar mi biografía personal, le comenté sobre mis fracasos amorosos y noto como en su rostro se le nota un ego monumental, se le nota a leguas.

Le hablé de prácticamente todos.

- Te cuidaré como nunca nadie te ha podido cuidar. - Dice sin mirarme y se sienta a mi lado.

- Yo puedo cuidarme solo. - Respondo al darme cuenta de su ego.

- Pero yo no te haré daño, idiota... - Dice riéndose con sarcasmo.

- Me encanta como me insultas con amor. - Sonrío con picardía.

- A mí me encanta insultarte y podría pasar el resto de mi vida haciéndolo. - Recuesta su cabeza en mi hombro.

Levanto el brazo y la rodeo por sus hombros.

- Acepto.

- ¡No te estoy pidiendo matrimonio, idiota! - Reclama con ternura.


- Eso pareciera. - Río a carcajadas.

*Vibra mi celular


¿Dónde estás?

Era Cristine.

- Estoy con Nathy y no quiero molestias por ahora. - Le respondo.

- ¿Está todo bien? - Dice Nathy notando mi cara seria al leer el mensaje luego de tan bonito que la estamos pasando.

- Contigo todo está perfecto. - Respondo sonriendo.

Es algo inevitable, pero debemos afrontar lo que nos queda por descubrir, tenemos que saber quien es Luna, tenemos que saber qué hacía Michael detrás de todo esto y también, algo que aun no olvido es ¿Qué carajos ha pasado con el Sr. Lang?

- Mucho mejor, necesito conversar con ustedes, les prometo que iré sola. - Responde de nuevo.

- Vamos a esperar a alguien, mi querida Nathy. - Digo mientras le mando la ubicación a Cristine.

- ¿Quién vendrá? - Pregunta curiosa.

- Cristine...

- ¿Cristine? - Se retira de mi hombro y me mira confusa.

- Sí ¿conoces a alguna Cristine? - Pregunto.

- Siendo sincera, sí.

- Descríbela. - Entrecierro los ojos, haciéndole pensar que no es la misma Cristine que conozco yo.

- Me da pere... - Se detiene y mi celular vuelve a vibrar, Nathy se levanta apresurada y sale corriendo.

- Ya estoy aquí.

- ¡Cristine! - Escucho la voz chillona de Nathy, gritando.


Cuando por el fondo veo a Nathy y a Cristine abrazadas.

¿Qué?

Pasaron algunos minutos y me quedo observando a lo lejos como Nathy y Cristine se quedan abrazándose emocionadas, se quedan conversando y poco a poco se van acercando a donde estábamos sentados Nathy y yo.

- Siéntate acá. - Dice Nathy sugiriéndose a Cristine indicando al asiento de al frente de la mesa.

Nathy se sienta a mi lado, empiezan a conversar de todo el tiempo que estuvieron sin verse, todo lo que hicieron, todas las cosas que no habían a hablado hasta que Cristine interrumpe con un breve suspiro y tratando de no tornar un ambiente incómodo.

- Vale... - Entrejunta sus dedos. - He venido aquí porque realmente ustedes no merecen seguir en una falsedad. - Dice Cristine sin crudeza.


- ¿A qué te refieres? Cris. - Pregunta Nathy confusa.

- Escucha mi chiquita.

¿Mi chiquita?

Observo a Cristine esperando lo que va a decir.

- ¿Recuerdas aquel día que encontraste a Luna llorando conmigo? - Me pregunta Cristine.

- Sí. - Respondo serio y siento la mirada profunda y confusa de Nathy en mi ser.

- Bien... - Se mantiene en silencio. - Ese día, Luna no estaba llorando por una ruptura amorosa, ni nada por el estilo...

- ¿Puedes ir ya al grano? - Interrumpo ansioso.

- Era algo más grave.

"El final como el comienzo de una historia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora